Los 7 magníficos. Antoine Fuqua. Comentario.













Ficha técnica, sinopsis, críticas, cartel y trailer. (Pinchad aquí)



Crítica:


Hay que ser muy pretencioso para arremeter con saña contra Antoine Fuqua, un director negro que cuando tenía tan solo 35 años hizo Training Day (2001) en la que trabajaron juntos Denzel Washington y Ethan Hawke, quince años más jóvenes, y que representa una de las mejores denuncias que se han hecho contra la corrupción policial en Estados Unidos, de tal profundidad que debía intimidar a quien es incapaz de hacer una alusión de lo más leve en su propio país. Es mucho más barato arreglar la casa de los demás.




Antoine Fuqua comienza por ubicar su historia en un contexto muy preciso: el fin de la Guerra de Secesión (1861/1865) que llenó los caminos de ex-combatientes que lo que único que sabían hacer era disparar, por lo que se postularon como pistoleros al servicio de empresarios que estaban construyendo el ferrocarril o practicando la minería en el 'Dorado', superada la etapa de los pioneros que recogían pepitas de oro y las lavaban en los ríos. Estas practicas llevaban consigo el uso de explosivos potentes que, en principio tenían usos civiles. Muchos teóricos del cine situarían esta película, por las razones expuestas, en el western crepuscular, y muestra las heridas que dejaron la 'marcha hacia el oeste' y la lucha con los aborígenes indios, agrupados en diferentes tribus, no siempre amigas entre sí, el enfrentamiento entre abolicionistas y esclavistas y, en definitiva entre los yanquis  del Nortey los confederados  del Sur, un enfrentamiento que no se ha desdibujado todavía en el siglo XXI.




Superando, en cierta medida, la morfología del cuento de Vladimir Propp, en el sentido de que el héroe no tiene como recompensa tras el restablecimiento del equilibrio, ni consigue el amor de la heroína, sino una cruz sobre su tumba, y el complejo que todavía embarga a más de uno a causa de la superación de  la tecnología analógica y su sustitución por las cámaras digitales que permiten una mayor precisión, especialmente cuando se pone detrás de las cámaras un fotógrafo de la categoría de Mauro Fiore , que consiguió un Oscar por su trabajo en 'Avatar' de James Cameron (2009), o Alejandro  Lubezki, que ha conseguido tres estatuillas consecutivas por Gravity (2013), Birdman (2014) o The Revenant (2015). Uno y otro nos muestran unos parajes diferentes y muy espectaculares, ofreciendo a la par imágenes icónicas del western, como las cabalgadas de Washington ocultando su cuerpo a un lado del caballo.



La película de Fuqua enlaza de forma más directa y menos romántica con el film de Kurosawa que la de Sturges, y rompiendo de forma no demasiado radical con la morfología narrativa tradicional, introduce tres hilos conductores que dan coherencia al relato:

  1. Los bandidos no son ganapanes y desarrapados, burdos y toscos, que atemorizan a inocentes colonos, gente de orden que está dando forma penosamente a una instituciones incipientes que garanticen el orden. El sheriff,  a diferencia del Marshall, ( una versión abreviada del shire-Reeve, encargado de mantener el orden público en la comarca, precursora del condado, en la Inglaterra medieval), fueron nombrados en las primeras colonias norteamericanas por los grandes terratenientes para proteger sus tierras o sus negocios, (en la película de Fuqua sus minas);  el Marshall, un empleado del gobierno ; el juez  y el verdugo con frecuencia eran itinerantes...(Los odiosos ocho de Tarantino, 2015). Por lo tanto no anda tan descaminado Fuqua cuando erige a Bartolomew Bogue en el máximo representante del axioma de Balzac, que afirma que detrás de una gran fortuna siempre hay un crimen. El cacique de Sacramento, que vive en una mansión que no envidia para nada a la de 'Lo que el viento se llevó', un film con varios realizadores y alguna postura vergonzante, en especial la de Clark Gable que se negó a trabajar bajo las órdenes de un gay como George Cuckor, formula con claridad el nacimiento de la sociedad capitalista, asociada a la democracia y con el beneplácito de la iglesia, a pesar de basarse en una organización del trabajo semi-esclavista y una expropiación de las tierras de los colonos cuando en ella aparecía oro o debía pasar el ferrocarril. Serán los colonos, temerosos e impotentes, dedicados a la agricultura y la ganadería (oficios medievales nobles, unidos a las armas) quienes contratarán a los pistoleros para enfrentarse con los caciques,  emulando a Kurosawa, mucho más crítico con los campesinos.
  2. El film demuestra que la Guerra de Secesión dejó heridas mucho más profundas de lo que la gente de este lado del Atlántico, con un desconocimiento profundo de la idiosincrasia norteamericana, cree, tenemos conciencia. Un enfrentamiento que subyace, latente y a punto de estallar en las relaciones entre diversos integrantes del grupo de los 7, y que se manifiestan cada vez que cualquier motivo, por pequeño que sea, amenace con romper las costuras de una, en principio, forzada armonía. No estamos de acuerdo con que se haya juntado un grupo constituido por hombres de diferentes razas como un guiño a unas generaciones educadas en el respeto a la diferencia. Desde el western clásico blancos, negros, chicanos e indios han sido protagonistas asiduos de estas historias épicas del nacimiento de un pueblo, aunque muchos han olvidado el papel que jugaron los chinos en la construcción del ferrocarril, que aparecen en películas como 'Sillas de montar calientes' de Mel Brooks (1974), que no duda en hacer esta mixtura de pueblos.  El ejército de la Unión estaba constituido por un 45% de nativos de ascendencia británica, el resto, en mayor o menor proporción eran alemanes (más de un 23%), irlandeses, afroamericanos, neerlandeses, irlandeses, canadienses, franceses, suecos, noruegos y daneses, italianos, mejicanos, daneses , polacos, aborígenes americanos (lo que en el western clásico reconocen como indios: apaches, xius...), húngaros, portugueses,  indios y...chinos. Y es habitual ver a las mujeres disparando rifles con eficacia. Pero es que esto lo vemos en el cine de todos los tiempos, lo que duele es verles hacer un papel protagonista, de héroe, cuando eran unos infelices y desgraciados pistoleros, cuya cabeza tenían un precio.
  3. Por último, una de las ideas más interesantes de la política es mostrar el camino que sigue un hombre, no hacia su regeneración (mueren haciendo lo único que sabían hacer antes, durante y después de la guerra, un periodo en el que el asesinato se vuelve legal: matar),  sino en la defensa de un ideal, el de apoyar a los más débiles frente a los más fuertes, que los transforma y los convierte en héroes de las masas, procedente de los estratos más bajos comprometidos con la sociedad. Así reza el epitafio que recita una voz en off ante las tumbas de los fallecidos.Los hombres pueden seguir dos caminos: o la intriga palaciega que los lleva al poder doblegandose a los poderosos, o enfrentarse a éstos y pagar un alto precio por ello; la elección de los 7 Magníficos, por razones bien diferentes, es la segunda y eso los convierte en héroes, guste o no.



James Horner, que en el fragor de la batalla nos regala un parabará, muy conocido por los que siguen a este compositor, y termina su score con un homenaje a Elmer Bernstein haciendo sonar la fanfarria que compuso para el film de John Sturges (1960). Un mirada nostálgica y romántica al cine de mediados del siglo XX.






Comentarios

Entradas populares