Trono de sangre. Akira Kurosawa.




Ficha técnica:


Título original: Kumonosu-jô.
País: Japón.
Año: 1957.
Duración: 111 minutos.

Director: Akira Kueosawa.
Guión: Hideo Oguni, Shinobu Hashimoto, Ryuzu Kikushima, Akira Kurosawa.
Diseño de Fotografía: Kyuichiro Kishida.
Música: Masaru Sotô.
Montaje: Akira Jurosawa.
Dirección artística: Yoshiro Horikawa.
Supervisor departamento de arte: Kôhei Ezaki.
Sonido: Fumio Yanoguchi.
Asesores técnicos: Seiton Maeda, Kohei Ezaki, Yoshio Sugino, Lenori Kaneko y Shigeru Endo.

Diseño de Vestuario: Taiki Mori.
Maquillaje: Masanori Kobayashi.
Peluquería: Yoshiko Matsumoto, Junjirô Yamada.

Productores: Akira Kurosawa, Sôjirô Motoki .
Diseño de producción: Yoshirô Muraki.
Compañías productoras: Toho Company, Kurosawa Production Co.


Intérpretes:


Toshirô Mifune: Taketori Washizu,
Isuzu Yamada : Lady Asaji Washizu,
Takashi Shimura : Noriyasu Odagura,
Akira Kubo :Yoshiteru Miki,
Hiroshi Tachikawa :  Kunimaru Tsuzuki,
Minoru Chiaki : Yoshiaki Miki,
Takamaru Sasaki :  Kuniharu Tsuzuki,
Chieko Naniwa: Bruja.


Sinopsis:



Japón siglo XVI. Las guerras civiles sacuden el país. Dos valientes samuráis, los generales Washizu y Miki, regresan a sus dominios después de una victoriosa batalla. En el camino, una misteriosa anciana profetiza el futuro de Washizu: el guerrero se convertirá en Señor del Castillo del Norte. A partir de entonces, Washizu se ve inmerso en una trágica y sangrienta lucha por el poder, instigado por su propia esposa.



Lo que se dice:



Esta es una de las ocasiones en las que la página Filmaffinity, un importante banco de datos, da un paso al frente y ofrece una interpretación propia: "El maestro Kurosawa, siempre a la búsqueda de textos tan eternos como universales, adapta esta vez nada menos que "Macbeth", de William Shakespeare. Como curiosidad comentar que se trata de la película favorita del poeta y dramaturgo T.S. Elliot y del cineasta Wim Wenders .

Corría el año 1957 y, como consecuencia,  no hay datos de las posibles opiniones españolas, sólo valoraciones del universo anglosajon. Derek Malcolm (The Guardian) la considera la mejor adaptación de la obra de Shakespeare que se ha llevado a cabo jamás, en la que se mezcla  la solidez visual y la sensibilidad japonesa; David Parkinson, (Empire), cree que la adaptación es, por otra parte, profundamente cinematográfica;  Bosley Crowtler (The New York Times) destaca el valor significativo del movimiento de las cámaras de Kurosawa; Jamie Russell (BBC)  cree, sin embargo que  el film altera profundamente la obra dramática original, convirtiéndola en una viaje terrorífico a través de la oscuridad, la maldad y la desesperación; Chuck Bowen (Slat) pone el acento en la representación de Kurosawa acerca del extrañamiento que se sufre cuando se pierde el control de la propia vida y se invoca la maldición existencial con una precisión implacable...





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