Los hermanos Alfredson.

Esta semana se ha producido uno de los hitos importantes en las vidas de Daniel y Tomas Alfredsom: el estreno de un remake norteamericano, del que hablaremos en otro post de Déjame entrar de Tomas Alfredson, y la salida al mercado del DVD de la película La reina en el palacio de las corrientes de aire de Daniel Alfredson.

Quienes han seguido las aventuras de Lisbeth Salander podrán ya no sólo visionarlas, sino estudiar con detenimiento el lenguaje cinematográfico, los diálogos y el funcionamiento de las instituciones suecas, así como su comparación con las de nuestro país. No me gustan las adaptaciones literarias y menos la comparación de los productos literarios y cinematográficos; estoy de acuerdo con la posición que mantiene Straub y su empeño en impedir que en sus películas cualquier manifestación artística se impongan a las demás. Aquí y ahora juzgamos el film que nos dará satisfacciones muy diferentes a la lectura de la novela de Stieg Larsson.

Con una fotografía bellísima,a cargo de Peter Mokrosinski, que te invita a visitar un país que carecía de interés para ti, y un ritmo narrativo que mantiene el interés del espectador, hay dos aspectos de la saga que me interesa destacar: la existencia de grupos de acción que bajo el nombre de Defensa Constitucional vigilan, y si es preciso actúan, si el sistema democrático de Suecia corre algún riesgo. Los seguidores de la trilogía conocen que en unos tiempos en los que estaba en el poder un partido conservador se producen extraños sucesos en los que interviene un espía ruso, el padre de Lisbeth que acaban con un intento de asesinato y con la niña internada en un psiquiátrico, en el que comenzará a sufrir una serie de abusos sexuales ejercido sobre ella por una serie de 'hombres honrados'; otro es la fuerte personalidad de una joven, que, teniéndolo todo en contra no evita el enfrentamiento provocativo con una sociedad aburguesada, llegando a presentarse a un juicio a puerta cerrada, a causa de la sensibilidad de los temas que se van a tratar, con un look muy agresivo. Su instinto de supervivencia la ha convertido en una joven hacker que ha acumulado pruebas materiales que demuestran su inocencia. El hábito no hace al monje.

En una sociedad tan avanzada como la sueca son habituales los maltratos a mujeres, muy graves en el caso de Lisbeth y su madre, que ponen en guardia a otras mujeres, como una de las agentes de Defensa Constitucional' que no acepta que un compañero, en plena sesión de trabajo, le pida que busque un hervidor de té. A pesar de que Noël Burch se niege a admitirlo, en el cine reciente, si no se puede hablar de un modo de representación feminista generalizado, si que ha cambiado mucho la mirada que se practica sobre la mujer, que poco a poco va sustituyendo aquellas convencionales que estaban firmemente asentadas en el imaginario colectivo.

En esta saga, la Revista Millennium con Michael Blomkvist (Mikael Nikvist ) y sus colaboradores al frente, se distingue por la lucha contra la corrupción y los grupos criminales organizados que actúan al margen de las instituciones democráticas, bordeando muchas veces la ley a causa de la desconfianza cada vez más generalizada de la población ante las instituciones policiales y judiciales.



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