Preparando el remake de Déjame entrar.
Se ha estrenado el remake americano del film de Tomas Alfredson Déjame entrar, con el título en inglés Let me in, de Matt Reeves, y nos parece oportuno recordar el comentario que incluimos en nuestro blog, formacioenigualtat, en relación al film del sueco.
Esta obra está basada en la novela "Lat den rätte komma in" del escritor John Ajvide Lindquist que realizó la adaptación para la película. El libro trata temas como el bulling, las drogras, el asesinato, la pedofilia, aunque algunos de ellos no han sido desarrollados en la película y por lo tanto quedan un tanto confusos en la misma.
Ha recibido muchos galardones: Premio a la mejor película de Sitges, Premio de Público a la mejor película de la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián (2008), Premio a la mejor película de Tribeca-film Festival (2008), Premio Fancine 2008 al mejor largometraje del festival de Cine Fantástico de Málaga...
Ha sido muy bien acogida por toda la prensa, especializada o no, y directores de cine como Guillermo del Toro ha dicho que es "Un cuento de hadas glacial, tan delicado, atormentado y poético como nunca lo has visto". El País la considera "una pequeña pieza de orfebreria. La mejor película de Sitges, de lejos; El Periódico de Cataluña la ve como "una de esas maravillas que logrará traspasar el umbral del tiempo; Rogert Ebert del Chicago Sun-Times lleva sus halagos al extremo de decir que "Se toma a los vampiros tan en serio como lo haría Murnau o Herzog en las versiones de Nosferatu, y eso es tomárselo muy en serio".
Nuestros alumnos, que saben apreciar un buen producto si se lo ofreces y que se sienten muy interesados por todo lo gótico, han mantenido el mismo tono de crítica y a la vez han podido contactar con una cultura nórdica (Suecia), fría (muy bien emblematizada en paisajes, colegios y habitáculos de todo tipo) y muy diferente de la suya, lo que les permite un análisis introspectivo de su conducta. Es la mejor ambientación para un mundo de vampiros trasladado a la vida cotidiana de un pueblo sueco del siglo XXI, conservando algunos iconos de la leyenda.
A nosotros nos ha interesado como trata el bulling y la relación de Oskar (Käre Hedebrant) con una niña, Eli (Lina Leandersson), de apariencia sureña en un mundo de rubios casi albinos; sus encuentros se suelen producir en un patio de un suburbio helado. La niña va siempre sucia, descalza en medio de la nieve y mal vestida, pero despierta la ternura de nuestro personaje. Nos preguntamos por qué ha elegido el director un ser tan diferente a los demás, no sólo porque se le suponga muerto. Ella mata por hambre, él desearía hacerlo por odio.
Oskar es hijo de unos padres separados. De la manera más elegante y delicada, como todo lo que trata, nos sugiere que el padre ha abandonado a su mujer para entablar relaciones con otro hombre. Resulta muy inquietante el color rojo de su jersey y de otros objetos en el comedor de la casa de este, en contraste con los tonos fríos de la estancia ¿Desearía matar en ese momento a alguien ? Está claro que el niño no acepta esta relación, que se interfiere entre los dos , a pesar de los esfuerzos por ganar su cariño que realiza el amigo de su padre. Parece que el color rojo señala a víctimas y agresores.
Con la madre es otra cosa. Vive asustada al tener que educar, como muchas mujeres actuales, a su hijo en solitario, le agobian las noticias de accidentes y muertes y los conflictos escolares de su hijo y no puede contar con la ayuda de su marido. Al contrario que con su progenitor, Oskar no comparte jamás estancia con ella y en algunos diálogos sólo vemos la imagen que de él devuelve el espejo. Parece que la hace responsable de su situación y que existe una barrera importante entre ellos.
Destaca el uso redundante de espejos o cristales en los que se freflejan Oskar y Eli, que expresan la existencia de una doble naturaleza en ambos que sólo el espectador conoce: Oskar esconde bajo esa apariencia tierna y angelical, falsa y engañosa, un ser vengativo, que acaricia constantemente una navaja, con la que agrede a los árboles del patio a la vez que grita ¡chilla, chilla!, que es lo que le dicen a él constantemente; Eli necesita la sangre de los demás para vivir. Alfredson conoce muy bien el acoso escolar porque lo sufrió siendo un niño.
Otro hecho inquietante es la ambigüedad sexual de Eli, que frecuentemente le hace una pregunta al niño: "¿Y si no fuera una niña?". Esta ambigüedad no sólo tienen que ver con su condición vampírica sino que la suscita una imagen en la que el autor nos la muestra, al salir de la ducha desnuda, con una cicatriz en el lugar del sexo masculino. En la novela Eli es un niño castrado. La relación entre ambos se produce en un clima de pre-adolescencia y pre-sexo, donde importa sobre todo la amistad, a la que el niño subordina al miedo o al asco que le producen determinadas situaciones, como besarla en la boca llena de sangre.
Por otra parte, el contexo actual en que se desarrolla la historia no permite, frente a los viejos vampiros, ir por ahí matando a la gente, por lo que la niña necesita un cooperador para que le ayude a obtener sangre, su alimento, y a cometer asesinatos, y que le permita pasar desapercibida ante los vecinos y escapar continuamente, cuando se descubren los crímenes. Es lógico colegir que, al morir el hombre que hacía este papel y que envejecía mientras ella siempre tenía la apariencia de 12 años, será Oskar el sustituto. El vampirismo con todos los matices posibles.
"El cineasta sueco Tomas Alfredson narra una historia de adolescencia, de amistad, rechazo y lealtad, por un lado perturbadora y oscura pero también poética e inesperadamente tierna" (texto que aparece en la presentación de DVD)
La crítica no trata mal el remake,al contrario de lo que es habitual: "Lo fantástico y lo íntimo. Lo bello y lo siniestro. De semejantes alquimias se nutre Matt Reeves (...) En su traducción americana, esta enésima aproximación a la mitlogía del vampirismo infantil (instalada en un drama de acoso escolar ) ha perdido delicadeza, se ha embrutecido. La poesía se ha transformado en prosa de calidad. Se le ha dado nombre a las ideas, un envoltorio más aparente, el vehículo de una investigación policial. La ambigüedad moral y protosexual del romance entre la joven pareja (Oskar y Eli son ahora Owen y Abby ) queda claramente enunciada (...) Así, gran parte de la poética del fuera de campo que vertebraba la propuesta sueca parece haberse perdido en el camino..."
No pinta nada mal. Me parece difícil de igualar el film de Alfredson, pero es imprescindible comparar cosas que pueden ser distintas, pero de igual calidad. (Cahiers du Cinema.Octubre,2010. Carlos Reviriego)
La crítica no trata mal el remake,al contrario de lo que es habitual: "Lo fantástico y lo íntimo. Lo bello y lo siniestro. De semejantes alquimias se nutre Matt Reeves (...) En su traducción americana, esta enésima aproximación a la mitlogía del vampirismo infantil (instalada en un drama de acoso escolar ) ha perdido delicadeza, se ha embrutecido. La poesía se ha transformado en prosa de calidad. Se le ha dado nombre a las ideas, un envoltorio más aparente, el vehículo de una investigación policial. La ambigüedad moral y protosexual del romance entre la joven pareja (Oskar y Eli son ahora Owen y Abby ) queda claramente enunciada (...) Así, gran parte de la poética del fuera de campo que vertebraba la propuesta sueca parece haberse perdido en el camino..."
No pinta nada mal. Me parece difícil de igualar el film de Alfredson, pero es imprescindible comparar cosas que pueden ser distintas, pero de igual calidad. (Cahiers du Cinema.Octubre,2010. Carlos Reviriego)
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