Andrew Niccol.El señor de la guerra

Aristóteles en su Poética describe la tragedia como la imitación no de personas, sino de acción y de vida, y la felicidad y la infidelidad están en la acción, y el objetivo es un tipo de acción, no la calidad. Y los personajes son tales o cuales según el carácter; pero según las acciones son felices o lo contrario. De ahí que no actúen para imitar los caracteres, sino que revisten los caracteres gracias a las acciones. De modo que los hechos y el argumento son el objetivo de la tragedia, y el objetivo es lo principal de todo. Además, sin acción no puede haber tragedia, pero sin caracteres es viable...

Esta máxima la han entendido muy bien los cineastas norteamericanos y deja algo desorientados a los críticos europeos, proclives al cine de autor y la profundización en los personajes; por eso en la presentación del DVD dudan en clasificarlo como cine de acción, aventuras, drama o sátira.

Andrew Niccol, (director de Gattaca) en El Señor de la Guerra, cuenta la historia de un exiliado ucraniano en Estados Unidos, Yuri Olov (Nicolas Cage) que se dedica al negocio del tráfico de armas, porque las actividades legales son menos rentables y grande la competencia . En este mundo hay un arma por cada doce personas, y su objetivo económico es que haya una por persona. Este negocio tiene sus riesgos, pero los que se introducen en él acaban apreciándolo y no saben vivir de otra manera. El miedo paraliza.

El film, en cierta medida documental, nos revela qué pasó cuando cayó el muro de Berlín: las dos grandes potencias tenían stocks de armamento: los americanos lo abandonaban , porque era más rentable tirarlo y vender el nuevo, con el riesgo que conllevaba para la población y la actividad de los facinerosos; mafias rusas traficaban con él. Yuri va a Ucrania y arrastra a su hermano, drogadicto con principios. Las armas sustraídas eran vendidas a líderes africanos, pequeños dictadores que masacraban a su población, a cambio de 'diamantes de sangre'. En cierta ocasión en la que es descubierto, regala todo el cargamento a los indígenas, sin discriminar entre niños y adultos. Las balas de los niños matan como las de los demás,como afirma uno de estos jefes criminales. El producto estrella er el kaláshnikov, del que se habló mucho en la invasión de Irak, intentando implicar subliminalmente a los rusos en las causas del conflicto.

Ésto es lo que importa denunciar: acabada la guerra fría entre las dos superpotencias, comienza la guerra fratricida de los pueblos africanos, a los que se venden armas obsoletas a cambio de piuedras preciosas extraídas de la tierra con su propia sangre. En Nueva York, los 'corderos', como los llama Robert Redford, viven en casa muy lujosas, gastan sin moderación y están preparando la crisis en la que estamos inmersos. ¿Es ésto una tragedia ?

El tipo de acciones en que se ve involucrado el protagonista, produce la infelicidad de su familia, esposa, hijo, padres..., pero él es como es y no puede cambiar de vida.