Atom Egoyan. Chloe

Chloe de Atom Egoyan (2009 ), estrenada hoy en los cines españoles, es muy difícil de juzgar, por su carácter multigenérico y referencial. Parece una crisis de la pareja, pero no es; se conforma como un thriller, pero al final tampoco es. En lo único que ha acertado es en el retrato de un sociedad exitosa profesionalmente, que vive en una casa de diseño, en la que las paredes han sido sustituidas por cristales; padres liberales (hasta cierto punto), hijo que recibe una educación de élite, restaurantes elegantes, cafés con clase, desplazamientos en taxi...

Catherina es una ginecóloga, en una edad crítica (superados los cuarenta ) en la que se siente 'invisible', envejecida, y teme que su marido le engañe con alumnas universitarias; enloquecida con la idea, contrata a una prostituta para que provoque el deseo sexual del hombre y se lo cuente. Pero hay algo con lo que ella no ha contado y que será el desencadenante de la tragedia; una pequeña peineta irá revelando los sentimientos entre las dos mujeres. En realidad es un remake de Natalie X, de Anne Fontaine, pero retuerce tanto las cosas que más bien parece que la protagonista es una mujer  atacada por los nervios, que cree que todo se compra con dinero. Está adornada con la soberbia típica de su clase social, que la hace aparecer 'antipática' y retorcida.

Tampoco representa bien la soledad de una mujer que, cuando comienza a percibir que pierde el atractivo y necesita más ayuda y comprensión, y además debe sufrir las rarezas ( puertas que se cierran a su paso, contestaciones desairadas...) de un adolescente, por otra parte bastante pijo. Cuando Chloe le pregunta si es músico, responde que no, que sólo reproduce lo que le han enseñado. Comienza a escuchar sonidos jóvenes, que la madre rechaza. Catherine repite constantemente que su marido es muy guapo, aunque la edad tampoco respete a Liam Neeson, por lo que podríamos rebajar a simplemente atractivo, como ella.

Al final familia 'feliz' , con triángulo de miradas y peineta incluida.