Los ojos de Lucía vista por Cahiers du Cinema




Gerard Alonso i Cassadó hace una reseña acerca de Los ojos de Julia en Cahiers du Cinema con la que no puedo estar más en desacuerdo. Puede que se hallan equivocado en la presentación del film al destacar en su publicidad los mismos productores y al usar el referente de El Orfanato de Juan Antonio Bayona (2007), pero cuando su director, Guillem Morales afirma que es un giallo feminista, lo dice desde un perfecto conocimiento de la teoría fílmica de género y no le faltan infulas,que quizás le sobran al que escribe.

La teoría fílmica feminista y su develamiento de la representación de la mujer en el cine convencional, que le trae al pairo al crítico, son de tal importancia que merecen la atención de semiólogos, tanto hombres como mujeres, de Universidades en las que el estudio del cine ha adquirido ya carta de naturaleza. Laura Mulvey, en Placer visual y narrativo, afirma que a menudo se utiliza el background psicoanalista como instrumento para dilucidar cómo y dónde la fascinación del cine se ve reforzada por patterns preexistentes que funcionan en el sujeto y en las formaciones sociales que lo han forjado.

El cine refleja de la forma más idónea la manera en que el inconsciente estructura las formas de ver y el placer de la mirada; la magia del estilo de Hollywood se edificó sobre una manipulación hábil y satisfactoria del placer visual y la codificación de lo escrito en el lenguaje del orden dominante patriarcal. De esto va la película de Guillem Morales: mientras la protagonista posee la cualidad que los americanos llaman tobelookedatness ( traducido al castellano por sermiradaidad = de ser mirada), ciertos hombres del film carecen de ella y lo verbalizan, lo hacen explícito de tal manera que no se puede dudar.

Pero los que intentan un cambio en el modo de representación de la mujer no sólo teorizan, sino que intentan inscribirse en una dimensión pragmática del cine como modo de representación sometido a un modo de producción y de recepción. Tendría que explicar mejor el articulista qué quiere decir con esa frase tan pretenciosa de que "Guillem Morales experimenta con el punto de vista narrativo y la composición de los planos acercándonos a la limitada visión de la protagonista, pero su puesta en escena está llena de trampas y gratuidades que delatan su impostura como ejercicio de estilo". Como frase no está mal, pero es más gratuita que lo que critica. Teresa de Lauretis propone, desde una posición diferente a Mulvey, que el cine intente dar un paso más allá y buscar sus diferencias.

Algunos hombres deberían hacer el mismo ejercicio que Guillem Morales y, acercarse a las mujeres de 'verdad', verdad que tanto reivindican. El mundo cambia más aprisa de lo que algunos piensan y los jóvenes de hoy ya ven con más normalidad estas nuevas formas de representación cinematográficas. El punto de vista del que mira no es igual en las mujeres que en ciertos hombres, que no quieren ceder el terreno ganado.

Los únicos puntos de conexión con Bayona son el tratamiento fílmico en forma de thriller; por lo demás tienen poco en común. No creo que el público, que quedó inmóvil en su butaca al terminar el film, pensara que le faltaba nervio. Que nadie piense que el film es un manifiesto feminista, sino un intento de poner al servicio de una historia nuevas formas de representación fílmica. Es lo contrario que hace Agustí Villaronga: nuevas formas de contemplar las guerras con un modo de representación convencional.

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