Fatih Akin. Al otro lado.












Fatih Akin ( director turco-alemán ) establece en este film una comparación entre una mujer-madre turca y una mujer-madre alemana y la relación circunstancial entre las hijas de ambas, las dos de formación universitaria. El filme se divide en dos grandes bloques: La muerte de Yeter y La muerte de Lotte. Los dos coinciden parcialmente en el tiempo, con unos personajes que se cruzan sin llegar a encontrarse nunca.
Yeter es una mujer turca, de extracción modesta, que se prostituye para dar a su hija una formación superior; la hija desconoce los sacrificios de su madre para sacarla de su miseria y, jugando con la vida que aquella tanto ha sufrido por proteger y por la que incluso muere, se inscribe como activista en un grupo político revolucionario; Susanne, la madre alemana, progresista, culta, profesional, no sólo financia a su hija Lotte una carrera universitaria, sino el disfrute de un coche propio, un habitat agradable, viajes al extranjero y todas aquellas cosas que proporciona el welfare de una clase media europea. Para satisfacer a su hija llega a pagar la defensa jurídica que evite la expulsión de Ayten de Alemania, país en el que ha entrado ilegalmente.

En un momento dado las dos hijas se encontrarán, confraternizarán, profundizarán en su relación e incluso Lotte caerá victima de la su propia debilidad, educada en las comodidades del mundo superior de La máquina del tiempo de H.G. Wells, atrapada por los morloks. Como enlace entre ambos lados estará Nejat, turco, profesor universitario en Hamburgo e hijo de Alí, que cree que puede comprar a la madre-prostituta sin ver otra cosa que su cuerpo, que albergaba un tremendo sentido de la dignidad, y que acabará matandola. Nejat desprecia a su padre por esto y busca a Ayten, la hija de Yeter para pagarle sus estudios. Nunca la encontrará.
Esta obra nos permite comparar la actitud de dos mujeres de distintas culturas, estatus económico, formación personal, cuyo único nexo de unión es la predisposición a dejar de lado sus propias aspiraciones y sueños en beneficio del bienestar y la felicidad de sus hijas. El equilibrio se romperá por la parte más débil: Yeter, la madre prostituta, y Lotte, la hija, educada en un medio progresista y acomodado, que no es capaz de entender la realidad del mundo en que se mueve Ayten.
Pero tanto una como otra, Ayten y Lotte, son incapaces de cohabitar con Susanne como un ser igual a ellas; le sobrecargan de trabajos domésticos, desprecian el sufrimiento de la madre y sus temores, más que reales. Una anécdota, que muchas mujeres-madre entenderán, es la secuencia en que Susanne espera, ya amaneciendo, desde la ventana, la vuelta a casa de las dos jóvenes, que regresan borrachas, y que saquean su nevera dejando sobre la mesa los restos de lo que han consumido. En el caso de Lotte, incrementará los pesares de la madre, que ha pagado durante un año un abogado, al marchar a Turquía tras su amiga expulsada, donde morirá. Susanne se trasladará a vivir a este país para estar más cerca del recuerdo de su hija, que es lo que da sentido a su vida y acogiendo a Ayten, en cierta medida responsable de la muerte de la misma.
Este filme es muy aconsejable y muy rico en matices y, sobre todo muy útil, en una sociedad en la que muchos padres han perdido la ascendencia sobre sus hijos y precisan de la colaboración de todos los estamentos involucrados en la educación de los jóvenes.


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