Jean Luc Godard y su film 'Socialisme' I





JEAN-LUC GODARD

La revista Cahiers du Cinema de España dedica al cineasta su portada y un amplio espacio interior, en el que se involucran gran parte del equipo de redacción con su director, Carlos F. Heredero, al frente, que redacta el editorial: Enseñanzas de Godard. Supone un homenaje en letras mayúsculas a uno de los máximos representantes vivos de la Nouvelle Vague, nueva ola que surgió en Francia en torno a André Bazin y su revista especializada Cahiers. El 3 de diciembre el cineasta francés cumple ochenta años, poco después se estrenará en España su Film Socialisme, acontecimiento de gran importancia, que supone el examen de la sociedad actual realizado por un hombre que vivió el 'Mayo Francés del 68', cuyo cuerpo desgastado por el tiempo alberga un espíritu tan joven y libre de prejuicios, que ha realizado una película utilizando aportaciones de los usuarios de la red. Umberto Eco ya ha advertido de que los apocalípticos de hoy cuestionan el medio desde dentro, sin que este comentario suponga anticipar una opinión sobre el trabajo de Godard, que todavía no hemos tenido la oportunidad de ver. Carlos F. Heredero, en su editorial, pone de relieve que ' el director de esta película ciertamente inabarcable (imbuida de principio a fin por un juvenil impulso de investigación y radicalidad es, en realidad, un cineasta octogenario, cuya edad no solo no ha mermado sus energías creativas, sino que más bien parece haberla multiplicado'. Más adelante recoge el ánimo que movía al director: 'Es preciso que el cine filme, no el mundo, sino nuestra creencia en este mundo'.

Si el discurso televisivo, gran revolución de la primera mitad del siglo XX, se fragmentaba con mensajes heterogéneos (publicidad, telediarios, zapeo...) el nuevo medio lleva esta fragmentación al paroxismo, lo que hace decir al Director de Cahiers que Film Socialisme somete al explorador a una catarsis enriquecedora: desconcertado inicialmente por la multiplicidad de texturas, por la superposición de potenciales relatos, por los incesantes cambios de registro, por el palimpsesto de referencias que se despliega sobre la pantalla, el espectador debe abandonar lo antes posible todos sus prejuicios...Prejuicios que no tienen las nuevas generaciones, nacidas en la era Internet, y que están acostumbradas a este mosaico constituido por miles y minúsculas piezas, que aún no sabemos cómo unen intelectualmente; en efecto un mundo desaparece mientras otro nuevo se impone sobre sus ruinas, provocando la primera crisis global que aún no somos capaces de entender.
 
Gonzalo de Lucas en su artículo 'El pensamiento del cine', lo define en su entradilla como 'el creador esencial del cine moderno y contemporáneo'; el estreno de su película coincide con la publicación en Francia de una monumental biografía escrita por Antoine de Baecque. Muchos discutirían su aserto, pues los cambios en el medio se están produciendo con tal rapidez que es imposible predecirlos. No obstante es muy loable que un octogenario no haya querido quedarse en tierra y se haya subido al tren de la modernidad, como ya hicieron tímidamente Claude Chabrol o Eric Rhomer.

Es muy buena la imagen que elige del célebre gag de Charlot prestamista (1916), en la que Chaplin ausculta un reloj averiado y practica diversas operaciones chapuceras hasta dejar las piezas demontadas. El pobre tipo que ha llevado el reloj a la tienda de empeño lo observa con asombro, pero sin reaccionar. Esa es una verdadera idea del cine (... ) el cine consiste en ver y pensar a la vez. El propio Godard sostiene que "La forma es lo más difícil de cambiar que hay: cambiar un hombre, cambiar la forma, eso lleva milenios (...) las formas que ve que son las más poderosas, que son simplemente las relaciones sociales o la buena conducta, la manera de comportarse; se ve claramente que el protocolo o la forma de vestirse son cosas enormemente poderosas, y que si te vistes mal no te reciben en ciertos sitios (...) y los verdaderos cambios se producen cuando cambian las formas, y los verdaderos no-cambios cuando hay palabras que cambian, cuando se dice "socialista" en lugar de "capitalista". ¿Qué es lo que ha cambiado de verdad ? Eso es lo interesante".

En un movimiento de defensa del crítico (los cineastas de la Nouvelle Vague procedían de este medio), Gonzalo de Lucas afirma que el crítico y el cineasta son la misma figura, porque el pensamiento del cine sólo se puede dar desde una condición crítica


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