Trece días. Roger Donaldson.

Volver la vista atás es un ejercicio interesante, ya que quien desconoce su historia está condenado a repetirla (¿Bonaparte?). Roger Donaldson relata las tribulaciones de un Presidente de los EE.UU., John Kenedy, en la llamada 'crisis de los misiles' (denominada 'Crisis del Caribe' en Rusia) en plena guerra fría, mandatario que fue asesinado tan sólo dos años después. Donaldson nos revela, en Trece Días, aunque sea desde la perspectiva parcial de uno de los actores del conflicto, los forcejeos entre el poder político, legítimamente elegido por sufragio universal, y el poder de los 'Halcones', militares que querían la revancha tras su fracaso en la invasión de la Bahía de Cochinos en Cuba. De ser cierto lo que el film narra, es escalofriante pensar lo cerca que se estuvo de la guerra nuclear, que fue detenida gracias a hombres de paz de uno y otro bando: Kennedy y Kruschev, según la versión 'buenista' del film.

Mediante el uso alternativo y semántico del color y primeros planos psicológicos de los actores, denuncia la actuación tramposa y sin escrúpulos, con gran desprecio de la vida humana, de los llamados 'Halcones', que contrastan con imágenes de ciudadanos de todo el mundo, agolpados ante los televisores y con expresiones de gran tristeza y preocupación; sólo recordando la guerra fría y estos conatos se podrán entender las manifestaciones en contra de la expansión de la investigación nuclear ( El cuarto protocolo de John Mackenzie). No sólo nuestro bienestar económico, sino nuestra propia vida, depende de las decisiones de unos pocos. La Repçublica Norteamericana como la de la antigua Roma pone en manos de la máxima magistratura del estado, el Presidente, no sólo el poder político, sino también el militar, jefe supremo del ejército,en cuyas manos está la decisión final, factor nada despreciable en esta historia.

Durante el mandato de Truman el enfrentamiento psicológico y político entre ambas potencias y la amenaza constante, manejada desde el poder, de una guerra nuclear, desató la Caza de Brujas, que afectó directamente al mundo del cine. El film es muy conciliador y culmina con una expresión un tanto ingenua: la crisis se solucionó por la participación en su resolución de hombres de buena voluntad; hoy el ' discurso del odio', como ha sido bautizado por los norteamericanos, se extiende por los países más desarrollados, y parece que el mundo ha olvidado estas historias.

Otra vez gracias a la prensa de papel y su declive, llega a los usuarios una nueva colección de cine, ahora histórico. Es una buena aportación al mundo de la cultura.