Farenheit 451. Jacques Truffaut.



diumenge 10 de gener de 2010


Para Pablo de Santiago y Jesús Orte, hablar de la Nouvelle Vague es hablar de Françoise Truffaut, que sienta las bases de esta corriente en un artículo publicado en Cahiers du Cinema con el título "Una cierta tendencia del cine francés". Forma parte de un grupo de jóvenes reunidos en torno al teórico de cine André Bazin, fundador de los Cahiers, junto con Jacques Doniol Valcroce. El equipo estaba formado por Truffaut, Claude Chabrol, Eric Rommer, Jean Luc Godard y Jacques Rivere.
El grupo afirma que el cine comercial estaba minando las esencias del arte cinematográfico y relegando a los autores a un segundo plano; los temas baladíes y las adaptaciones literarias estaban acabando con la política de autor, por lo que el cine necesitaba generar nuevas tendencias con un estilo personal y más auténtico. El director debía asumir el papel principal, no como un mero técnico encargado de coordinar el trabajo de cuantos participaban en el proyecto. Da comienzo la teoría del cine de autor. Como consecuencia toman relevancia directores como Alfred Hitchcock ( Truffaut escribe "El cine según Hitchcock") o Hward Hawks.
Para Jacques Aumont la célebre política de los autores es una versión suave de la teoría del artista-creador, que trata de saldar la cuestión de la responsabilidad creativa de guionista-realizador, es decir, cuál de los dos técnicos tiene el papel preponderante en la obra cinematográfica. Para Truffaut este papel le corresponde al realizador.
Estas teorías fueron apoyadas por cineastas norteamericanos como Otto Preminguer, que no sólo cree que no se debe ser fiel al guión, sino que, como el oficio del cineasta es poner en escena, debe anteponer las exigencias de ésta a cualquier otra cosa, modificando lo que sea necesario la obra narrativa que utiliza. De esta forma, como el director es el que lleva a cabo su política, es fundamental la personalidad del mismo: existen directores con personalidades creadoras dignas de interés y simpatía y otros que no tanto. Esto tiene un problema, en el que caemos frecuentemente: reconocidas estas personalidades, puede confiarse plenamente en ellas, "son totalidades indivisibles, y ni tan siquiera sus aparentes extravíos deberán mermar la fe en su valor creador". Más que de fe parece que estamos hablando de mala fe.
Técnicamente defendían la simplicidad técnica y rechazaban el uso de medios desproporcionados para contar una historia. Esto favorecía una mayor libertad narrativa y el uso de escenarios naturales, incluso rodaban en casas particulares. La luz, el sonido y la música tenían que proceder de la captación de la cámara en el instante del rodaje y no añadidos durante el montaje. Usaban como travelling los maleteros de los coches.
La película que mejor ha resistido el paso del tiempo es "Los cuatrocientos golpes" de Truffaut, en la que crea al personaje de Antoine Duanel, alter ego de sí mismo, interpretado por Jean Pierre Leaud; lo veremos crecer, ir a la "mili", trabajar en diferentes empleos (Besos robados)...; también ha resistido, mejor que otras "Jules y Jim". No obstante hoy nos decidimos por Farenheit 451, basada en la famosa novela de Ray Bradbury, y que inspiró la película de Mikel Moore, Farenheit 9/11.
Las razones de esta elección son que es una película distópica, que plantea unos interrogantes muy actuales, y que crea un personaje femenino muy interesante.
La obra de ciencia ficción que nos presenta un futuro sin libros no nos es ajena. Hoy, más que entonces, parece que estamos destinados a tener que abandonar unos hogares llenos de discos, libros, películas, que acumulan polvo, lleno de ácaros, y sustituirlos por una serie de grandes pantallas por toda la casa, que más alla de lo que imaginó Truffaut están al servicio de un poder invisible y sometidas a la dictadura de las audiencias de masas deliberadamente desilustradas, cada vez más manipuladas por las estadísticas. Montag (Oscar Werner) es un bombero, cuya misión es la de quemar los libros que encuentran en las casas de los resistentes al régimen, y que son detectados gracias a las denuncias de personajes anónimos. Poco a poco va interesándose por los libros, que va ocultando en su casa.
Julie Christie interpreta dos papeles: el de Linda, la hedonista y conformista esposa de Montag y el de Clarissa, una rebelde coleccionista de libros, de la que se enamora. De pronto se encuentra transformado en un fugitivo, obligado a elegir no sólo entre dos mujeres, sino entre su seguridad personal y su libertad intelectual. Optará por lo segundo, influenciado por la muy interesante Clarissa y su personalidad muy desarrollada intelectualmente.
Es muy interesante imaginar que existe un lugar, como la isla de Mona de los Druidas Celtas, en los que, ahora como antes, los hombres y mujeres aprendían libros de memoria y los trasmitían, cuando sus fuerzas decaían, a los más jóvenes, para que no se perdieran.
Es la primera producción en inglés de Truffaut y representa una pavorosa fábula en la que la humanidad se transforma en la maldad definitiva. ¿Ocurrirá ésto ahora?



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