El violinista en el tejado. Norman Jewison.


Antes de pasar a analizar el film El violinista en el tejado, dirigido por Norman Jewison señalaré algunos aspectos que son fundamentales y que convierten este film de 1971 en atemporal:
  • La magnífica banda sonora de John Williams, las inolvidables canciones de Jerry Bock y Sheldon Harnick, que se han convertido en melodías cinematográficas míticas, y las bellas coreografías. Ya sólo por eso el film merece un lugar en la Historia del cine.
  • El análisis del comportamiento del ser humano, que se siente protegido por la tradición y las creencias, sin las cuales se convertiría en un 'violinista en un tejado', buscando constantemente el equilibrio.
  • La ilusión del hombre de pertenecer a un estatus social diferente al que realmente le corresponde porque siempre se mide con los de su grupo; Teyve, judío ucraniano, sueña en lo que haría si fuera rico, y es aquello que hacen los más poderosos de su grey: comer en abundancia, estar gordo, tener criados a los que chillar. Ya los antiguos romanos conocían esta inclinación del hombre, que vive vicariamente y es pasto para todas las demagogias. Es recomendable leer la letra de la canción Si yo fuera rico para comprender esta actitud vital.
La primera parte del film es muy positiva. Teyve trabaja como lechero en una aldea en la época zarista, cuyos partidarios rusos castigan periódicamente con progromos a los judíos(bellísimas coreografías enfrentadas de ambos grupos étnicos). Muchas cosas comienzan a cambiar y a desmantelar el mundo tradicional en el que tan seguro se encontraba el protagonista, al que su alter ego, un violinista en el tejado, le advertía de posibles cambios, que comenzaron con la eliminación de las 'casamenteras', la eliminación de la separación entre hombres y mujeres en los bailes. ..Cambios mayores se estaban gestando en las ciudades y jóvenes universitarios se preparaban para la revolución.





La segunda parte entra de lleno en los graves acontecimientos que desembocaron en la revolución rusa; Teyve es un hombre listo, no instruido, que se debate entre la tradición y la modernidad. Los vientos de la libertad que empezaron a soplar sobre esta nación fueron salvajemente reprimidos, entre ellos Perchik activista revolucionario y novio de Hodel, una de las hijas de Teyve, fue desterrado a Siberia. Dos mundos se contraponen, el rural, más conservador y acostumbrado a soportar más abusos, y el urbano en el que se concentran obreros y estudiantes, hecho que facilita actos de rebeldía. El buen padre va cediendo terreno con cada una de sus hijas : la primera se casa con un sastre, que adquiere una máquina de coser, otro acontecimiento revolucionario en el poblado; la segunda con un activista, la tercera con un ruso. La tradición constantemente invocada por él como un seguro contra la vida, se desmorona y con ella la religión, tan importante para los judíos, los ritos, las costumbres, y él se va transformando en ese violinista que hace equilibrios para sobrevivir en un mundo que no es capaz de entender mientras añora el tiempo perdido y sueña con las tres hijas que ya han abandonado el nido; suena el violín, pero siente que si se doblega más acabará rompiéndose.

Lo que no ha podido conseguir el amor de sus hijas le vendrá por vía de un edicto del zar de expulsión de su desnutrida y explotada, íntima y obstinada, querida y pequeña Anatevka, aunque sea el lugar en el que los sabats sean los más agradables, y los judíos serán deportados a lugares desconocidos, con gentes desconocidas y absolutamente desestructurados como grupo. Comienza un nuevo éxodo de este pueblo desarraigado y errante.


El violinista en el tejado es un ejemplo de cómo se pueden combinar la buena música, el bello espectáculo y la historia comprometida y humana; antes de abandonar su tierra Teyve se ocupa de que a sus animales no les falte comida y les da las gracias por el sustento que han proporcionado a su familia. Unicamente se resiste a perdonar a su hija Hava que se ha casado con un ruso y emigra a Cracovia. Así llegaron muchos judíos a la tierra prometida: Norteamérica, dejando a sus hijos desperdigados por la Madre Rusia.

Es un canto a todos los hombres buenos de cualquier etnia o pais, que sufrieron en los momentos en que la ambición dominaba.Unos marcharon al exilio, otros se enrolaron en las filas de la revolución. Tras Teyve marcha el violinista tocando su profético violín.

Inmejorable y humana actuación de Chaim Topol en el papel protagonista.

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