Australia. Baz Luhrmann,


El australiano Baz Luhrman elige para su relato épico a sus dos actores favoritos y amigos personales: Nicole Kidman y Hugh Jackman. Australia combina elementos de la cultura colonialista, la de los nobles británicos que ocuparon las tierras, el capitalismo 'miserable' y heroico de los ya nacidos en el continente-isla, (aunque strictu sensu no sea un continente) y los indígenas, cuyas mujeres tuvieron hijos con los blancos, a los que el niño-aborigen llama sangre cruzada o café con leche, que eran secuestrados y educados, con la connivencia de la iglesia para servir como criados a sus propios padres.

Un país que ocupa la mayor parte de Oceanía tiene una historia muy corta para los occidentales, pues los ingleses la reclamaron en 1770. Por ello resulta muy atractivo para los 'militantes' indigenistas de nuestro mundo 'civilizado' que disfrutan manipulando a los pobres salvajes, y que creen que en este medio más cercano a la naturaleza encontrarán su fuente de inspiración. Este fue el caso de Gauguin, pintor que combinó el mito del bohemio y del primitivismo, al tiempo que rechazaba la cultura de Occidente. Esta actitud sigue vigente y genera las más variadas ONGs.

Luhrmann, muy influenciado por Sergio Leone, con sus primeros planos que cubren la pantalla panorámica, y que en el caso de Hugh Jackman rinden tributo a Clint Eastwood, nos lega la historia de la generación robada, constituida por niños mestizos, fruto del abuso sobre mujeres aborígenes, llevados a una misión en la que se les enseñaba sumisión al hombre blanco dominante. La Señora Patrona, Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman), dotada de un espíritu aristocrático se enfrentará por motivos morales a los 'nuevos ricos', colonos ingleses establecidos en la zona, cuya máxima aspiración es controlar los pastos, y el comercio internacional del ganado. La historia se ambienta en el bombardeo de la región por las tropas japonesas que atacaron Pearl Harbor. El nexo de unión entre la cultura inglesa y la aborigen lo constituye Drove (Hugh Jackman), un sangre cruzada, un dingo ( perro australiano ) del que se enamorará Lady Ashley . Los manes y el propio Rey Jorge, abuelo del niño, velarán por el grupo que apoya a la joven aristócrata.

El cineasta ha intentado afirmarse y consolidarse como autor clásico con este film, aunque parece que de momento no lo ha conseguido. Se le ha criticado por intentar abarcar demasiadas tramas y subtramas en una cinta de una duración excesiva y un bellísimo envoltorio. El resultado es un film fallido de un intento grandilocuente de su director de dejar un testimonio en forma de epopeya del nacimiento de su nación, según los críticos occidentales, pero muy bien valorado por el Herald Sun. Muchos cineastas se han medido en estos grandes temas, como Ridley Scott en Gladiator, Oliver Stone en Alejandro Magno o Alejandro Amenabar en Ágora, y en un primer momento han salido desairados. El tiempo ha puesto ha cada uno en su sitio.

Una de las cuestiones mejor abordadas es la necesidad que tienen los pueblos de contar historias y cantar canciones para subsistir. La inglesa elige como cuento que representa a Occidente El Mago de Oz, que se convertirá en el leitmotif de la complicidad que se establece entre el niño y la Señora Patrona. La secuencia en la que el niño detiene la estampida con el canto mágico del aborigen es de gran belleza.

Poco a poco Lady Ashley irá cambiando su apariencia remilgada, frívola y superficial, y adaptando su indumentaria al medio en que se desnvuelve, como hemos visto en tantas protagonistas femeninas de los filmes de aventuras de Steven Spielberg. Oceanía es un continente joven, pero está dando actores importantes a Hollywood, como el mítico Rusell Crowe (australiano-neozelandés), además de la pareja de protagonistas del film.


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