Los senos de hielo. Georges Lautner.


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El film dirigido por Georges Lautner y producido por Alain Delon Los senos de hielo es una adaptación de la primera novela policiaca del escritor americano Richard Matheson, que se caracteria por el minimalismo y la lentitud en el progreso de la historia, cualidades a las que el productor Alain Delon suma la precisión, el hieratismo y la frialdad que acompañan generalmente al actor, con fuerte presencia en el cine polar francés . En todos sus filmes hay alusiones a la belleza física del actor, que no precisa ser remarcada; en este caso es el escritor de tele-novelas, Françoise( Claude Brasseur), el que lo describe como el abogado más atractivo de toda Europa: "Si me lo encuentro con toga me caso con él". Esta cualidad física la combate con una concisión gestual, un rostro severo, que periódicamente se ilumina con una sonrisa dificil de interpretar.

La cinta sustituye la femme fatale del género por una psicópata, que recuerda en el físico y la interpretación de la actriz Mireille Darc a la protagonista de Repulsión de Roman Polanski, Catherine Deneuve. situando la vertiente freudiana subyacente en la tradición del cine francés y la obsesión sexual en el centro del relato, de un minimalismo congelado (Nöel Simsolo, pág. 101). A su ritmo doloroso une el masoquismo de los personajes masculinos, alguno de los cuales conoce la inclinación patológica de esta asesina en serie, a la que repele el sexo, y otros la intuyen, pero todos están enamorados de ella, hasta el extremo de estar dispuestos a un sacrificio personal, buscado de diferentes formas. El escritor, que idealiza a la mujer comparándola con una creación para su tele-novela, es un invitado a una cena de la que no conoce ni el menú, ni a los invitados, y que derramará sus lágrimas cuando descubra el pastel.




Mireille Darc, Alain Delon y Claude Brasseur, trío protagonista.


La opacidad del personaje interpretado por Delon mantiene la intriga del espectador, que desconoce si sus confesiones a Françoise son verdaderas o intenta apartarle de Peggy, de la que está profundamente enamorado. Su sonrisa característica precede un acto de violencia o cinismo, siempre al servicio de la protección de la peligrosa mujer de apariencia desvalida. Memorable la única ocasión en que aparece desnuda junto al quicio de la puerta con una navaja de afeitar escondida en la mano mientras la cámara la recorre de arriba abajo o muestra sus atributos femeninos de forma fragmentada potenciando la pulsión escópica de los hombres. La resolución del conflicto la dejan a la inerpretación del espectador; se oye un disparo y la cámara enfoca, en un planpo general, las montañas testigos de la tragedia mientras aparecen los títulos de crédito.

Film interesante, que te mantiene atrapado los 105 minutos de metraje.



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