El americano. Anton Corbjin.





Ficha técnica:

Año: 2010.
País: EE.UU.
Dirección: Anton Corbjin.
Guión Rowan Joffe, basado en la novela 'A very private gentleman' de Martin Booth.
Casting: Beatrice Kruger.
Música: Herbert Grönemeyer.
Editor: Andrew Hulme.
Producción designer: Mark Digby
Fotografía: Martin Ruhe
Producción: Enzo Sisti, Anne Carey, Jill Green, Ann Wingate. Grant Herlov, George Clooney.
Productora: Focus Features.




Ficha artística:


George Clooney: Jack.
Violante Plácido: Clara
Thekla Reuten
Paolo Bonacelli.
Johan Leysen.


El americano es un film peculiar, algo diferente a lo hecho hasta ese momento. Una película con vocación de western, especialmete el spaghetti de Sergio Leone, a cuyo film Hasta que llegó su hora se rinde un homenaje televisivo explícito en una cafetería. Antón Corbjin es un fotógrafo profesional solicitado por grandes artistas de todos los ámbitos, que realiza un trabajo muy visual con encuadres precisos y plásticos. En su obra intenta recoger la idea americana de que todo hombre tiene derecho a la redención, pero a Jack, al que llaman Mr. Farfalla (mariposa), como a todo forajido le persigue su pasado. Su 'profesión' que exige una gran discrecionalidad se ve afectado por su relación con 'amiguitas' y es descubierto en Suecia. En el mundo del crimen organizado a escala global cuando una mariposa mueve un ala en un punto de la tierra deja sentir sus efectos en las antípodas, y esta es la situación de Jack, que se siente acosado, tenso y con deseos de salir de su ostracismo en las montañas de los Abruzzo.









El papel de George Clooney es difícil, en principio , porque nunca había interpretado nada igual y, después, porque toda la tensión de un film sin diálogos recae sobre él. Anton ha querido aumentar la gravedad del rostro tan icónico de Clooney, filmándolo sin maquillar para darle una apariencia mas envejecida, dura, adecuada al lado oscuro de un hombre hierático, desconfiado, parco de palabras, solitario, sin emoción, distante.

Su relación con la prostituta, Clara (Violante Placido) es física, carnal, casi animal; ella, por su profesión y el ambiente en que trabaja que la induce a llevar una pistola en el bolso (noticias de prensa de asesinatos de mujeres que realizan su oficio) es también desconfiada y distante, pero se enamora de él cuando aún está recibiendo su rabia en una escena de sexo más que de amor.

La película está rodada en Castel del Monte, en las montañas de los Abruzzo, una Italia más fría y dura de la habitualmente representada, con aspecto despoblado y con pequeños núcleos, muy populosos en verano y casi desiertos en invierno, que le acercan al cine de Leone. Este pequeño pueblo, próximo a L'Aquila, cuya indicación en la carretera recoge la cámara, es un lugar laberíntico, en cuyas calles puede esconderse y desaparecer un fugitivo como Jack. Los planos cenitales, el actor rodado deambulando , generalmente de espaldas, y sobresaltado por cualquier ruido y sus viajes por carreteras más desiertas todavía, de Castelvecchio a Castel del Monte, crean el clima de tensión y soledad en que se encuentra el individuo, un americano al que todos miran de reojo y pocos dirigen la palabra. Solo traba amistad con el párroco, que tiene relación con las camorras locales, y la prostituta. A nadie se le escapa que un lugar semejante no es el más adecuado para esconder a un afamado criminal, con el encargo de realizar un arma de alta precisión. La secuencia de la estación, tras entregar el arma a su contacto, una bella mujer belga, Matilde (Thekla Reuten), reproduce los desafíos entre pistoleros típicos del spaghetti western de Leone.






La combinación del score musical con silencios elocuentes en la entrada del túnel que le conduce a estas tierras hostiles, frías y duras de Los Abruzzo es muy eficaz. Una película interesante, inédita y un actor genial; Corbjin ha logrado trasladar al espectador la sensación de frialdad, aislamiento y cautela que acompañan a un fugitivo de la ley, a un anglosajón en la cálida Italia castigada por la omertá de sus habitantes. Un film en el que no intervienen policías ni detectives, privados o públicos, en el que las cuentas se ajustan dentro del sindicato del crimen; un film en el que el gánster está sólo, sin su grupo, cuya angustia vital lo convierte en un antihéroe, un looser, un perdedor sin ilusiones, un engranage de una organización a la que obedece con sumisión, entre otras cosas porque no tiene más remedio, pero que no ha perdido la ilusión de rehacer su vida en otra parte con una mujer también castigada por la vida. Comparte con el western temas y personajes, y en esto no es una rara avis.



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