El desafío: Frost contra Nixon. Ron Howard.





Ficha técnica:


Año: 2008
País: EE.UU.
Dirección: Ron Howard.
Guionista y productor ejecutivo: Peter Morgan.
Música: Hans Zimmer.
Montaje: Daniel P. Hanley, Mike Hill.
Productor ejecutivo: Toad Hallowell.
Vestuario: Daniel Orlandi. ( poca ropa casual. Azules el equipo de Nixon; marrones el de Frost)
Fotografía: Salvatore Totino.

Ficha artística:


Michael Sheen: David Frost, presentador de éxito en el Reino Unico, que alcanzó el estrellato con el programa The was the week that was. Entrevistador temible. Patrocinado por Weed Eater.
Frank Langella: Richard Nixon.
Matthew Macfadyen: John Birt.
Oliver Patt: Bob Zelnick.

Sam Rockwell ( protagonista de The moon): James Preston Jr., escritor y profesor, cuypo padre recibió dos premios Pulitzer. Ayudó a un tal Mankiewicz a escribir un libro sobre Nixon, Perfectly clear, en contra del abuso de poder.
Kevin Bacon: Jack Brennan, un marine Jefe del Estado Mayor de Nixon, y una vez dimitido, Jefe de Personal de su casa de San Clemente.
Rebecca Hall: Caroline Cushing.


Sinopsis:



Un sensacional documental histórico, así ha sido definido por el Diario El País, y eso es lo que quería llevar a cabo Ron Howard, bajo la forma de entrevista entre los dos contrincantes: el periodista Frost y el político Nixon. Para no desviarse demasiado, a pesar de las licencias cinematográficas, se consultaron los archivos de la Biblioteca-Museo de la Casa Natal del ex-Presidente en Yorba Linda, donde, respetando su voluntad, fue enterrado cuando falleció en abril de 1994. La mise en scénè es teatral y reune grupos de más de seis personas en su 'escenario' cinematográfico, cosa no muy del gusto de otros cineastas.

El magnífico reparto intenta poner en escena una historia diametralmente opuesta a la de Clooney en Buenas noches, y buena suerte: si el film de George Clooney supuso una ruptura entre el mundo de la política y el periodismo, seguida de la persecución de trabajadores de la prensa encabezados por Edward R. Murrow, el de Ron Howard escenifica la reconciliación. Pero algo ha cambiado en el periodismo, y David Prost es ya un presentador millonario de éxito, financiado por una empresa, Weed Easer que lo patrocina y a la que se debe, que se impone el reto de realizar, por una vez, el trabajo que Murrow intentaba hacer cada día. Empeña en ello su prestigio, su fortuna y casi su profesión. Nixon se enfrentó a un presentador de televisión frívolo pensando que tendría la ocasión de rehabilitar su vilipendiado legado, pero se econtró con un terrible adversario con un formidable equipo que le empujó a un duelo intelectual que finalmente perdió. El conservadurismo republicano está emblematizado en los zapatos de Frost, sin cordones, que le parecen afeminados al antiguo presidente. El periodista televisivo británico, en un gesto simbólico, le regala un par al despedirse.

Murrow era el periodista de referencia, Prost el representante de la prensa amarilla, que cada vez que le surgía un contratiempo se refugiaba en sus evasiones superficiales. Su apuesta fue un reto entre poderosos, la de Edward una apuesta por la libertad de expresión, en la que lo importante era la palabra no el juego de publicidad y de marketing. Muy interesante confrontar ambos filmes y analizar qué ha cambiado en nuestro mundo que desprecia la intelectualidad y adora el espectáculo. La televisión se ha convertido en ese mundo de cables y focos sin sentido que anunciaba Edward R. Murrow.

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