Erase una vez en América. Sergio Leone.
Bajo una dulcísima música de flauta de Ennio Morricone Sergio Leone nos traslada en Erase una vez de America a un barrio judio en los suburbios de Manhattan, un no man's land donde impera la ley de la calle y los niños se inician en el sexo y en la que va a ser su futura profesión: la extorsión, el chantaje y el disfrute de lo ajeno. Este núcleo se unía a Coney Island, un área de entretenimiento de mala fama, por medio de un vapor y el gran puente de Seagache. Por la puerta que lleva al embarcadero del vaporetto sale David Aaron, Noodels, y vuelve treinta y cinco años después, gran elipsis temporal que Leone explica con un gran flashback, clásico del cine negro, que nos retrotrae a los orígenes de la banda, constiutida por Philip Stein (El Bizco), Patrick Goldber (Patsy) y Maximiliam Bercovicz (Max) y el pequeño Dominic (Noah Moazez) muere tiroteado por los matones de Bugsy; el joven Fat Moe, guardián de la llave de la caja donde guardan los fondos comunes se mantendrá aparentemente dentro de la ley. El decorado de la pared refleja el paso del tiempo.
Un gran pastel con velas nos recuerda el fin de la prohibición de vender alcohol de la Ley Seca (Acta de Volstead); los niños conviven en las populosas calles repletas de judíos ortodoxos, policías y ladrones; como afectado por un horror vacui vías públicas y viviendas rebosan llenas de gentes, tiendas de fruta y verduras, muebles decó, lámparas tiffany, perlas, gabardinas,sombreros, pitos de policía...
El film contiene algunas secuencias que lo convierten en emblemático y en continuo referente de otros cineastas, como Quentin Tarantino. Tras un primer 'trabajo' de la banda de Noodle, los jóvenes adolescentes, acompañados del niño Dominic, vestidos como auténticos gángsters, llevan la maleta a una caja de la estación, y antes de guardarla la abren y miran su contenido, no mostrado al espectador, imagen que reproducirá Tarantino en Pulp Fiction y que Leone repite con Noodle ya viejo. De vuelta a casa se produce un cruento tiroteo entre niños y adultos, en el que muere Dominic. Leone penetra en la psicología infantil cuando Philip compra un pastel de nata para acceder a los juegos de iniciación sexual con su vecina Peggy en el water común de la vivienda; como la niña tarda él se debate entre los dos placeres y acaba decidiéndose por el dulce, que devora con fruición.
Noodles venga al joven Dominic y pasa algunos años en la cárcel. Cumplida la condena la banda se enrolan en asuntos de la mayor envergadura. En un país joven con un capitalismo salvaje y una crisis que echó a millones de parados a la calle, la corrupción judicial y policial generó estructuras de poder paralelas, que tenían sus propias leyes y ejecutores. El grupo se puso al servicio de la corrupción sindical y su nivel de ingresos ascendió.; la prensa acogió bien la iniciativa con el argumento maquiavélico de que el fin justifica los medios. Bellísima secuencia de Nodle y Deborah en un salón de un hotel, cerrado exclusivamente para ellos con una orquesta que interpreta su canción, Amapola. Tras el esplendor viene el abuso en forma de violación.
Las concomitancias y contaminaciones entre géneros son habituales y especialmente en un director como Sergio Leone, un gran maestro del western. Ahora aborda una historia propia del cine negro en el que abundan los personajes justicieros, solitarios, corruptos y se producen enfrentamientos entre la ley y el desorden, salvajes, megalómanos y rebeldes. Según Nóel Simsolo desde 1945 incluso utilizan las mismas estructuras e iconografías: voz en off, flashback, iluminación con contrastes marcados, y picados expresivos. En el film de Leone la balanza se inclina del lado de la amistad, de la nostalgia de la infancia perdida; el entrañable Robert de Niro con su inconfundible sonrisa, con cuyo congelado cierra la película, desempeña magistralmente el papel del gangster, del criminal que, despojado de todo por su gran amigo Max, es incapaz de odiarlo. Sus ultimas palabras son: 'La nuestra fue una gran amistad'.
Magnífico film de Sergio Leone.
Un gran pastel con velas nos recuerda el fin de la prohibición de vender alcohol de la Ley Seca (Acta de Volstead); los niños conviven en las populosas calles repletas de judíos ortodoxos, policías y ladrones; como afectado por un horror vacui vías públicas y viviendas rebosan llenas de gentes, tiendas de fruta y verduras, muebles decó, lámparas tiffany, perlas, gabardinas,sombreros, pitos de policía...
El film contiene algunas secuencias que lo convierten en emblemático y en continuo referente de otros cineastas, como Quentin Tarantino. Tras un primer 'trabajo' de la banda de Noodle, los jóvenes adolescentes, acompañados del niño Dominic, vestidos como auténticos gángsters, llevan la maleta a una caja de la estación, y antes de guardarla la abren y miran su contenido, no mostrado al espectador, imagen que reproducirá Tarantino en Pulp Fiction y que Leone repite con Noodle ya viejo. De vuelta a casa se produce un cruento tiroteo entre niños y adultos, en el que muere Dominic. Leone penetra en la psicología infantil cuando Philip compra un pastel de nata para acceder a los juegos de iniciación sexual con su vecina Peggy en el water común de la vivienda; como la niña tarda él se debate entre los dos placeres y acaba decidiéndose por el dulce, que devora con fruición.
Noodles venga al joven Dominic y pasa algunos años en la cárcel. Cumplida la condena la banda se enrolan en asuntos de la mayor envergadura. En un país joven con un capitalismo salvaje y una crisis que echó a millones de parados a la calle, la corrupción judicial y policial generó estructuras de poder paralelas, que tenían sus propias leyes y ejecutores. El grupo se puso al servicio de la corrupción sindical y su nivel de ingresos ascendió.; la prensa acogió bien la iniciativa con el argumento maquiavélico de que el fin justifica los medios. Bellísima secuencia de Nodle y Deborah en un salón de un hotel, cerrado exclusivamente para ellos con una orquesta que interpreta su canción, Amapola. Tras el esplendor viene el abuso en forma de violación.
Las concomitancias y contaminaciones entre géneros son habituales y especialmente en un director como Sergio Leone, un gran maestro del western. Ahora aborda una historia propia del cine negro en el que abundan los personajes justicieros, solitarios, corruptos y se producen enfrentamientos entre la ley y el desorden, salvajes, megalómanos y rebeldes. Según Nóel Simsolo desde 1945 incluso utilizan las mismas estructuras e iconografías: voz en off, flashback, iluminación con contrastes marcados, y picados expresivos. En el film de Leone la balanza se inclina del lado de la amistad, de la nostalgia de la infancia perdida; el entrañable Robert de Niro con su inconfundible sonrisa, con cuyo congelado cierra la película, desempeña magistralmente el papel del gangster, del criminal que, despojado de todo por su gran amigo Max, es incapaz de odiarlo. Sus ultimas palabras son: 'La nuestra fue una gran amistad'.
Magnífico film de Sergio Leone.
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