Algo en común. Zach Braff. Ficha técnica breviada y breve comentario.


Ficha de identificación:


Título original: Garden State.
Año 2004.
Duración: 109 minutos.
País: EE.UU.
Director: Zach Braff-
Guión: Zach Braff.
Música: Chad Fisher.
Fotografía: Lawrence Sher.
Productora:Fox Searchlight Pictures,


Reparto:

 
Zach Braff, Natalie Portman, Peter Sarsgaard, Ian Holm, Method Man, Jim Parsons, Jean Smart, Ron Leibman

Algo en común es un film de culto indie, sobrevalorado por la crítica independiente y financiado con veinticinco millones de dólares, lo que pone en evidencia que la etiqueta responde más a una forma de hacer, a un gusto determinado, que a la independencia de los productores económicos y los managers. El nuevo talento es un actor de teleserie (Scrubs) convertido en guionista y director. Estoy de acuerdo al cien por cien con Pablo Kurt (Filmaffinity) cuando sospecha que la escasa "cosecha" de nuevos creadores en los últimos años del cine USA tenga algo que ver en este aclamado y sobrevalorado bautizo, pues en el fondo el film no es sino una simpática anécdota, simplona y correcta, de ritmo tranquilo y pretensiones trascendentales. Braff ha hilvanado unas cuantas historietas excéntricas llenas de humor "judío" (que Woody Allen me perdone) enmarcadas en un par de ideas globales (la vuelta al hogar, el descubrimiento del amor) totalmente carentes de emociones, y con la desacoplada banda sonora de las canciones preferidas del joven autor.

Todo el equipo, incluidos los actores, parecen haber sido abducidos y privados de emociones humanas, también la gran actriz Natalie Portman. Desde la primera secuencia, en la que Andrew Lagarman (Braff) va en un avión aparentemente despresurizado, pues no se explica la razón del terror colectivo y su posterior aparición en una cama tan blanca como las paredes de un ¿hospital?, mientras el protagonista está en babia;  parece un juego de universitarios pijos sin gracia, Buscan un estilo visual específico, con grandes angulares, grandes composiciones y más grandes pretensiones. El antojo de Braff de introducir una moto con sidecar que evoque la segunda guerra mundial, en realidad un Dineprs de Rusia, no sé a qué obedece; tampoco es 'desdeñable' la anécdota de la familia de Sam que ha adoptado a un negrito, de esos que llevan la cara llena de moscas, y que apadrinas por la módica cuota de veinte dólares al mes, y que estudia derecho, porque es 'muy listo'. A todas las excentricidades se une el que en la casa hay un cementerio de mascotas, la mayoría peces...

Zach afirma que el film es en buena medida autobiográfico, y la verdad es que el director se interpreta a sí mismo. No sabemos dónde actúa más, si en el making off o en el film. Un joven actor que lleva años alejado, forzosamente, de su ciudad natal tras haber dejado a su madre en un silla de ruedas, y haber sido ingresado en un internado a causa de su peligrosa actitud, evita encontrarse con su padre, un psiquiatra que le medica con litio y otros barbitúricos hasta las cejas. Muerta su madre, regresa a Nueva Jersey para asistir al entierro, y encuentra a unos amigos de su infancia, que han quedado en el lugar y han tomado caminos diferentes: uno de ellos es enterrador en un cementerio judio light, nada gótico, y del que ha desaparecido toda idea romántica de la muerte. Esa misma noche, atontado, va de fiesta con ellos. En una consulta médica conoce a Sam (Natalie Portman), que le ayuda a superar el pasado y descubrirse a sí mismo. Imperdonable la secuencia en la que la joven hace unos gestos ridículos con los brazos con el fin de pasar a la historia por ser la primera que ha realizado semejante acción.


Al fin encuentra el amor, pero que nadie se haga ilusiones, aunque haya lágrimas no hay pasión. El joven Andrew no tiene estrés, ni magia, ni emociones, ni expresividad en el rostro. Pero quizás se trata de esto. Cierto género indie, que no independiente, debe consistir en que nada altere tus neuronas, mientras estás emparrado colocándote con lo que te apetezca, ya sea agua, litio o marihuna. ¡Ah! y los tatuajes escondidos en el torso.

Es un film que prueba que ser joven no significa siempre lo mismo. Ha sido también  muy valorada la banda sonora a cargo de Coldplay, Remy Zero y los Shins.

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