Guía del autoestopista galáctico. Garth Jennings,



Ficha técnica: 


Año: 2005
País: EE.UU.
Duración: 110 minutos.

Director: Garth Jennings.
Guión: Douglas Adams, Karey Kirkpatrick. Basado en una novela de Douglas Adams.
Música: Joby Talbot.
Fotografía: Igor Jadue-Lillo.


Ficha artística:


Martin Freeman, Mos Def, Sam Rockwell, John Malkovich, Zooey Deschanel, Bill Nighy, Stephen Fry, Alan Rickman, Kelly Macdonald, Warwick Davis, Steve Pemberton, Anna Chancellor, Thomas Lennon, Polly Jane Adams, Richard Griffiths, Ian McNeice


El británico Garth Jennings, rodeado de un equipo joven y deshinbido, que usa la mitología de los treintañeros, esos que John Wells (The company men) señala como un peligro para los ejecutivos jóvenes que se han involucrado en un modo de vida aparente que exige grandes gastos e innumerables facturas, ha realizado un trabajo digno de ser tenido en cuenta. El film está plagado de referencias a los Monty Python, Tim Burton o a George Lucas entre otros.

Entre todos, incluidos los actores Martin Freeman, Mos Def o Sam Rockwell, dispuestos a jugar un papel de adolescentes eternos, crean un distopía joven, divertida, psicodélica, pero también crítica y subversiva. Un hombre corriente, un ciudadano medio, Arthur Dent (Martin Freeman), se ve involucrado en una aventura galáctica tras ser derribada su casa para construir una vía de circumvalación, que la atraviesa de acuerdo con un proyecto urbanístico cruel y expansionista, que no tiene en cuenta a los ciudadanos. Pero si bien es cierto que el pez grande se come al chico (metáfora de los delfines como los animales más inteligentes que habitan la tierra), está fuera del cálculo de los depredadores que siempre hay un pez más grande, y el planeta Tierra es demolido para construir una autopista galáctica.


Los Vogones son una especie de carcamales crueles, malos, despiadados, burócratas, que torturan a sus prisioneros leyéndoles sus horrendos poemas, y sólo les calma una crítica literaria compleja y favorable; tiene la nariz aplastada de tantos golpes que han recibido en un colectivo en el que no está permitido pensar ni tener ideas, actitud muy corriente en ciertos círculos sociales, en los que la idea más estúpida se considera un peligro para la estabilidad.

Zaphod Beelebrox, (Sam Rockwell), es elegido presidente de la Galaxia, en nombre del pueblo, la libertad y la democracia, que busca dinero, fama y sed de aventuras, frente a Humma Kavula (John Malcovich), una especie de pope religioso (magnífica caracterización) que adora a un pañuelo, y que desprecia a Zaphod por su belleza, juventud y estupidez: el presidente tiene dos cabeza porque no puede ser presidente con un cerebro completo y tiene que aislar las partes no presidenciales. Los conservador ve al presidente como un imbécil superficial, sin poder, para el que el cargo es una tapadera.

Todos buscan una respuesta al sentido de la vida en un super-ordenador. La respuesta a la pregunta definitiva exige un nuevo procesador que formule la gran pregunta, que por otro lado son incapaces de plantear. El pez, símbolo del cristianismo, es la prueba definitiva de la no existencia de Dios, que se niega a demostrar su existencia porque eso negaría la fe. Con este tema 'se rayan' bastante, pues una voz en off afirma que el pez demuestra que Dios existe y que por esa razón no existe, pensamiento esquizoide muy en boga; la lógica resuelve la situación eliminando al ser supremo.

El amor es el motor del ciudadano medio Arthur, siempre con batín y zapatillas y desprovisto de habitat. Ante la tortura y la muerte posible de su amada se formula el pensamiento chino de que si los problemas no tienen solución por qué te preocupas y si tienen por qué te preocupas, que se plantea de la siguiente forma: "Si la vida te ha tratado bien recuérdalo en el momento de tu muerte, y si te ha tratado mal ésta te liberará".

Sólo los delfines, los seres más inteligentes de la tierra (filmados en un parque en Tenerife, en el que viven en libertad), advierten el peligro en que se encuentra la tierra. Bellísimas imágenes de la construcción de La Tierra 2, por unos personajes vestidos de rojo que recuerdan a los umpa-lumpas de Tim Burton, dirigida por un deus ex machina, cuyo nombre es irrelevante, interpretado por el magistral Bill Nighy. Garth Jennings ha realizado un film confiando más en los muñecos fabricados por Jim Henson, para quien hasta los más diminutos personajes tienen un perfil destacado, que en la animación por ordenador.

Equipo formado por jóvenes con ganas de trabajar, de volcar su versión crítica sobre los problemas que afectan al hombre actual, como la destrucción del medioambiente, el adelgazamiento del estado con dirigentes títeres de los poderosos que demonizan el pensamiento y la libertad individual. John Wells ve a esta generación, la mayoría de cuyos integrantes no ha tenido acceso, a pesar de su gran formación, a trabajos bien remunerados y que están preparados para asumir responsabilidades, con un riesgo para los que han abusado de su situación de privilegio. Es un film distendido, simpático, agresivo y a pesar de su carácter distópico, esperanzador. Con todo los protagonistas ven como la mejor solución para sus vidas la huida de la Tierra, en la que hasta los robots se deprimen.

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