La pasión de Camille Claudel. Bruno Nuytten.




"Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos..."





Ficha técnica: Año: 1988 Duración: 170 minutos País: Francia. Director: Bruno Nuytten Guión: Bruno Nuytten & Marilyn Goldin Música: Gabriel Yared Fotografía: Pierre Lhomme
Poductoras: Les Films Christian Fechner / Lilith Films I.A. / Gaumont / Antenne-2 / Films A2 / DD Productions / Ministère de la Culture et de la Communication / Centre National de la Cinématographie (CNC) / Sofica Créations / Sofimage / Soficas Investimages / Images.

Ficha artística: Reparto: Isabelle Adjani, Gérard Depardieu, Alain Cuny, Madeleine Robinson, Roger Planchon, Philippe Clévenot
Premios: 1989: 2 nominaciones al Oscar: Mejor película extranjera, actriz (Isabelle Adjani) 1989: Festival de Berlín: Oso de plata a la mejor actriz (Isabelle Adjani) 1989: Cesar: Mejor película, actriz (Isabelle Adjani)



Bruno Nuytten nos presenta una película sobre una mujer excepcional, una luchadora de finales del siglo XIX y una innovadora del arte de la escultura cuyo nombre se iguala al del gran Auguste Rodin, siendo muy difícil delimitar por los expertos dónde acaba la obra de uno y empieza la del otro. Pero su relación no sólo fue de competencia artística sino también sentimental, y en este punto el hombre, que hizo de la provocación un estilo, con desnudos cuyos culos apuntaban al cielo y cosechó el triunfo y la aceptación social, prefirió en su vida íntima mantenerse en el seno de un matrimonio que no satisfacía sus instintos sexuales pero le proporcionaba aceptación social y confort. Frente a él una mujer que luchaba por conseguir lo mismo, que llegó junto al escultor cuando su inspiración declinaba y se sustentaba en el trabajo de jóvenes artistas. El film es un viaje de Camille en busca de la libertad de la mujer en todas las esferas vitales, que acabará en derrota.

Camille Claudel nació en Aisné en 1864, mostrando desde niña una gran independencia personal y un talento excepcional para la escultura, cualidades que no eran asimilables por las convenciones sociales burguesas, representadas por su propia madre, que nunca aceptó la forma de ser de su hija. A los veinte años conoce a Auguste Rodin, que le dobla la edad, conviriténdose en su discípula y amante. Permite que el artista firme alguna de sus obras, pero el desarrollo de las facultades desembocará en una competencia y enfrentamiento personal con él . Camille luchará por adquirir un estilo y un nombre propio, perdido el apoyo de su padre y de su amante, por razones obviamente diferentes: del amante porque no quería someterse a la tiranía de los sentimientos ni separarse de Rose, del padre porque no podía soportar más la presión social. También la abandona su nuevo amante Debussy y su muy querido hermano Paul.

Su lucha por hacerse reconocer como artista y como mujer la arroja en manos de la bebida y de la depresión, abandonándose físicamente y convirtiéndose en un ser asocial y molesto para el establishment, alejándose de los ambientes artísticos, todo ello sin dejar nunca su actividad creativa. Su actitud antisistema le enajenó todos los apoyos institucionales y en un arrebato de perfeccionismo, destrozó gran parte de su imprescindible obra. Empeñada en que sus creaciones no se comparasen a la de ningún hombre fue finalmente derrotada por el sistema al que combatió y que la acabó recluyendo en un psiquiátrico, en el que escribió cartas desgarradoras reclamando su libertad física y creadora. Los manicomios están hechos para hacer sufrir, exiliar a los contestatarios, denuncia desde su cárcel.

Todos sus dones sólo le han acarreado miseria, escribe su hermano, el poeta Paul Claudell, de una mujer, K,Mille, que según Auguste Rodin esculpía el dolor, el de una mujer a la que el escultor había arrebatado su juventud y parte de su obra. Se quedó tan sola que temía dejar de saber hablar. Todo su odio lo canalizó hacia su ex-amante, y la empujó a militar, arrastrada por este sentimiento, en el bando contrario a Dreyfus. En cierta ocasión Rodin, más preocupado por su prestigio que por las tribulaciones de su amante, le acusa de ser poco profesional. ¿Qué significa eso? pregunta Camille, ¿tener tres talleres en los que se explota a los jóvenes artistas? La misma burguesía que la sacrificó necesitaba que siguiera creando, que fabricara ornatos para su prosaica vida de negocios, su ausencia de imaginación y sus prejuicios.

Augusto Rodin no fue tan feroz como ella lo imaginaba, pero la dejó sola ante un embarazo y no aceptaba su actividad desligada de la de él, con nombre propio. La prefería dando forma a sus obras, acabándolas, siendo su apéndice, pero no pudo impedir que su nombre acabara asociado definitivamente al de ella, que confió, se entregó a él y simplemente perdió.

Bruno Nuytten realiza una película estremecedora, un homenaje que no dejará indiferente a los innumerables admiradores de la artista y la mujer, que vivió en el París de la Exposición Universal y vio construir la Torre Eiffel. Mientras la modernidad se ponía en marcha ella fue victima del ancien regime.



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