El Gran Gatsby. Jack Clayton.


Ficha técnica: Título original : The Great Gatsby. Año: 1974. País: EE.UU. Duración: 138 minutos aproximadamente. Dirección: Jack Clayton. Guión: Francis For Coppola, basado en la novela de F. Scott Fitzgerald. Vestuario: Theoni V. Aldrdge. Producción: David Merrick. Diseño de producción: John Box. Productores asociados: Hank Moonjean. Música: Nelson Riddle. Dirección fotografía: Douglas Slocombe.
Jack Clayton Film.



Novela de Scott Fitzgeral ilustrada con un cuadro de Tamara de Lampika.



Ficha artística: Reparto: Mia Farrow : Daisy Buchanan. Robert Redford: Jay Gatsby. Scott Wilson: Sr.Wilson, esposo de Mirtle, amante de Tom Buhanan. Sam Waterston: Dick, narrador de la historia. Lois Chiles: Jordan Baker, campeona de golf y amiga de Daysy Buchanan. Karen Black: Mirtle Wilson

Sinopsis:Cursiva

La película de Jack Clayton, apoyada en el guión de Francis Ford Coppola e inspirada en el texto de F.Scott Fitzgerald reconstruyen el glamur y la locura colectiva de la llamada Era del Jazz, periodo entre dos guerras, sacudido por el crack de Wall Street el jueves negro de 1929 que trajo consigo la gran depresión. Los hombre vivían al límite, como si el mundo se fuera a terminar, y bailaban poesidos el charleston, en fiestas en las que corría el champagne. Un hombre extraño, misterioso, que nadie conoce y pocos han visto, organiza fiestas espectaculares movido por sentimientos ocultos: El Gran Gatsby. La gente 'bien' acude a la 'movida' y se desenfrena, sin preguntarse cómo se sufragan los gastos de su desenfreno.

Comentario:

La historia está contada desde la perspectiva de Nick Carraway ( Sam Waterston), primo de la rica Daisy, con pedigree pero sin fortuna. Su condición de homosexual le convierte en confidente de los de su clase, que exhiben sus desvergüenzas con descaro ante él; sólo cambia la perspectiva del narrador cuando la acción procede de la clase baja. Su situación privilegiada le permite comprender que el mal de Jay Gatsby no reside en él, sino en todo lo que flota a su alrededor y a costa suya: hombres que van y vienen como polillas entre el champán, cuyo desenfreno era su mejor carta de presentación.

La historia tiene dos escenarios: la orilla este, en el estrecho de de Long Island a 30 kilómetros de New York , donde vive la clase ociosa en sus bellas mansiones, donde todo brilla (los ojos, las joyas,las uñas cuidadas, las vajillas) y donde sus ocupantes pasan su tiempo entre aburrimiento y apatía jugando al golf agrupados, sin pensar siquiera que existe eso que se llama trabajo. La orilla oeste donde viven los nuevos ricos, los quiero y no puedo, donde Gatsby erige su gran mansión, porque era el lugar donde podía brillar sin competencia. A mitad de camino entre la bahía y Nueva York, una carretera corre paralela al ferrocarril, bajo la atenta vigilancia de un cartel que muestra la mirada inquisitiva, con sus gafas redondas, del doctor T.J. Eckleburg, puesto por un dentista para atraer clientes en este valle polvoriento, privado de belleza, en el que la ceniza crece como el trigo, y el pobre y cornudo Wilson presta servicio a los ricachones que transitan por el camino con su pequeño taller de reparaciones y un surtidor de gasolina. El precio que paga por los cuatro centavos que gana es muy alto: su esposa Myrtle le engaña con Buchanan, que le ha puesto un pisito en la ciudad y la agasaja con vestidos propios del mundo del espectáculo, muy excitantes, que nada tienen que ver con las discretas y lujosas prendas, en tonos pastel, de su 'amada' esposa.

La mirada que el director proyecta sobre las mujeres, derivada de Fitzgerald y acorde con la época que le tocó vivir, es demoledora: o bien mujer de usar y tirar, desempoderada, pobre y sujeta a sus caprichos, o bien la dama de alta sociedad, que sabe y describe con exactitud Daisy Buchanan cómo debe ser una mujer de su clase: una perfecta tontita, a la que sólo se puede deslumbrar con la riqueza. Su voz, como dice Gatsby, suena a dinero.

En los significativos diálogos se puede entender la psicología de estos personajes, que nunca contestan a las preguntas que les incomodan y pasan sin más a otro tema de conversación. Dos cosas pues quedan muy claras en el film: la soberbia acompañada de la ociosidad y bobaliconería de esta clase ociosa, que ni se percató del gran pánico que se extendía en el mundo de los negocios y de la actividad económica, y el deseo de ascenso social y de venganza que animan a Gatsby, que sabe que la mejor forma de impresionar a Daisy es rodearla de lujos. Comprende algo que ya supieron ver los antiguos romanos: es fácil destacar entre los miembros de tu propio grupo social; ascender al grupo de privilegiados puede costarte hasta la vida. Está enamorado de Daisy, que lo rechazó ocho años atrás, pero quiere oir que ésta nunca quiso al pánfilo jugador de golf de su marido. Éste, al que sus propias mujeres llaman bruto, posee un arma: desvelar los humildes orígenes de su adversario, que ha conseguido varias condecoraciones por su valor en la guerra y ha levantado un emporio económico de la nada. En ningún momento se conoce la especie de estos negocios, aunque hay dos cosas que intrigan a Buchanan: el empleo por Gatsby del término camarada, y su relación 'empresarial' con un hombre que estaba cenando con Rosenthal mometos antes de que fuera asesinado. Tom Buchana leía con pasión un libro de Goodard, El nacimiento de los imperios de color, en el que se advertía a los hombres de la raza superior, la blanca por supuesto, del peligro que se cernía sobre ella.







Se ha criticado mucho el falseamiento del texto de Fitzgerald por el cineasta Clayton, argumento absurdo pues el lenguaje cinematográfico es visual y es ridículo parafrasear un texto; nuevas versiones de la obra del escritor permitirán observar hasta qué punto el director  fue capaz de construir una diégesis que nos trasladara a la década de los 20, en los que se quiso orillar la gran depresión, el gran pánico, con una forma de vida irreflexiva, glamurosa, ociosa y desenfrenada.Gatsby podía estar enamorado de Daisy, a pesar de ver claramente que era un objeto más, una mujer desinhibida con los pobres, recatada con los de su clase, y amante de las riquezas y el triunfo social; pero es posible que estuviera más preocupado por su orgullo herido, su rebeldía ante la ociosidad de los ricos, y su humillación por su falta de oportunidades para recibir una educación exquisita. Estudió en Oxford, es cierto, pero como un premio del ejército a su valor. Sus modestos padres jamás pudieron dar esta formación a su hijo. Nick recuerda el consejo de su padre: "Cuando tengas la tentación de criticar o menospreciar a alguien, recuerda que todos no han tenido tus posibilidades".








El año 2000 se hizo una nuevaadaptación de la novela de Scott Fitzgerald, dirigida por Robert Markowitz; Leonardo DiCaprio protagonizará una nueva versión dirigida por Baz Luhrmann, en la que encarnará el papel de Jay Gatsby.










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