Los Invasores (49th Parallel). Michael Powell.
Ficha técnica:
Título original: 49th. Parallel.
Año: 1941.
País: EE.UU./Canadá/ Inglaterra.
Dirección y producción: Michael Powell.
Guión: Emeric Pressburger, Rodney Ackland, John Sutro.
Especial Backgrounds: Osmond Borrowdaile
Director artístico: David Rawnsley.
Director de fotografía: Frederick Young, F.R.P.S.
Música: Ralpf Vaughan Williams.
Edición: David Lean.
Supervisor de sonido: A.W.Watkins.
The London Symphony Orchestra, dirigida por Muir Mathieson.
Productor: Harold Boxal.
Productores asociados: Roland Gillett & George Brown.
Compañías: Ortus Films Production, & Sound News Studios Montreal, D&P Studios Denham, England. General Film Distributors LTD
Ficha artística:
Leslie Howard: Philip Armstrong Scott.
Lawrence Olivier: Johnnie.
Raymond Massey: Andy Brock.
Anton Walbrook
Eric Portman: Lugarteniente Hans Hirth.
...
Sinopsis:
Unos soldados alemanes, cuyo submarino ha sido hundido frente a las costas canadienses, tratan de llegar a los Estados Unidos, todavía territorio neutral; por donde pasan van dejando testimonio de su soberbia y frialdad, y sembrando el miedo y el terror entre aquellos que les han ayudado en su huida, sin conocer su naturaleza.
Comentario:
La fecha de realización del film, 1941, ayuda a comprender el clima en que se desarrolla la historia; la guerra acababa de comenzar y el hombre no podía imaginar lo que se descubriría después de finalizada, y que hizo a muchos cineastas arrepentirse de no haber tomado demasiado en serio a Hitler y el nazismo, como Charlot y su Gran Dictador. El film de Powell combate el nacional-socialismo ideológico, y aporta algo interesante: la cercanía de los protagonistas., sólo seis, que logran sobrevivir, y cada encuentro en su viaje en busca de la libertad en EE.UU., territorio neutral en ese momento histórico, es utilizado por el narrador para rebatir puntos de su ideario.
El submarino busca el paralelo 49, línea trazada en el siglo XIX por norteamericanos y canadienses, una frontera aceptada entre ambos países con un simple apretón de manos y mantenida sin controles, lo que la hace única en el mundo y justifica el título de la película. Éste acto de buena voluntad y tolerancia entre los hombres, es visto por los alemanes como un punto débil de Canadá, un acto de cobardía. Pero la película contiene una seria advertencia para quienes se desentienden y afirman que igual da un gobierno que otro. Un trampero, buscador de pieles francés, Johnnie ( Lawrence Olivier) utiliza este discurso y defiende la no intervención por la invasión de Polonia, ignorante de que transcurridos unos instantes el 'polaco' iba a ser él.
El retrato de los nazis y especialmente el del oficial, es demoledor, visual y discursivamente. Cada gesto de amabilidad, tolerancia, hospitalidad, es percibido por el Lugarteniente Hans Hirth como un síntoma de debilidad y mediocridad de las razas inferiores. Pero en cada contratiempo todos sus valores se van desmoronando, hasta convertirse en simples rateros y atracadores desaprensivos, por la insignificante necesidad de comer; el instinto de supervivencia, del que gozan hasta los animales, les hará enfrentarse unos a otros, hasta quedar sólo el orgulloso oficial.
Un escritor Philip Armstrong Scott, que les acoge en la selva, da en el clavo: cualquier cosa razonable les molesta. El encuentro con el intelectual les reafirma, pues significa lo que más odian. El dinero se puede ganar con buenas o malas artes, la cultura y la formación intelectual no. Esta es la razón por la que queman los cuadros de Matisse y Picasso, y el libro de Thomas Mann.
Michael Powell hace, en colaboración con hombres que participaron en el bando aliado, una película anti-nazi, que constituye un buen documento para reflexionar sobre la democracia y las dictaduras, hecha en un momento en el que el hombre desconocía el genocidio que se estaba produciendo en la vieja Europa.
Comentario:
La fecha de realización del film, 1941, ayuda a comprender el clima en que se desarrolla la historia; la guerra acababa de comenzar y el hombre no podía imaginar lo que se descubriría después de finalizada, y que hizo a muchos cineastas arrepentirse de no haber tomado demasiado en serio a Hitler y el nazismo, como Charlot y su Gran Dictador. El film de Powell combate el nacional-socialismo ideológico, y aporta algo interesante: la cercanía de los protagonistas., sólo seis, que logran sobrevivir, y cada encuentro en su viaje en busca de la libertad en EE.UU., territorio neutral en ese momento histórico, es utilizado por el narrador para rebatir puntos de su ideario.
El submarino busca el paralelo 49, línea trazada en el siglo XIX por norteamericanos y canadienses, una frontera aceptada entre ambos países con un simple apretón de manos y mantenida sin controles, lo que la hace única en el mundo y justifica el título de la película. Éste acto de buena voluntad y tolerancia entre los hombres, es visto por los alemanes como un punto débil de Canadá, un acto de cobardía. Pero la película contiene una seria advertencia para quienes se desentienden y afirman que igual da un gobierno que otro. Un trampero, buscador de pieles francés, Johnnie ( Lawrence Olivier) utiliza este discurso y defiende la no intervención por la invasión de Polonia, ignorante de que transcurridos unos instantes el 'polaco' iba a ser él.
El retrato de los nazis y especialmente el del oficial, es demoledor, visual y discursivamente. Cada gesto de amabilidad, tolerancia, hospitalidad, es percibido por el Lugarteniente Hans Hirth como un síntoma de debilidad y mediocridad de las razas inferiores. Pero en cada contratiempo todos sus valores se van desmoronando, hasta convertirse en simples rateros y atracadores desaprensivos, por la insignificante necesidad de comer; el instinto de supervivencia, del que gozan hasta los animales, les hará enfrentarse unos a otros, hasta quedar sólo el orgulloso oficial.
Un escritor Philip Armstrong Scott, que les acoge en la selva, da en el clavo: cualquier cosa razonable les molesta. El encuentro con el intelectual les reafirma, pues significa lo que más odian. El dinero se puede ganar con buenas o malas artes, la cultura y la formación intelectual no. Esta es la razón por la que queman los cuadros de Matisse y Picasso, y el libro de Thomas Mann.
Michael Powell hace, en colaboración con hombres que participaron en el bando aliado, una película anti-nazi, que constituye un buen documento para reflexionar sobre la democracia y las dictaduras, hecha en un momento en el que el hombre desconocía el genocidio que se estaba produciendo en la vieja Europa.
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