El árbol de la vida (The tree of life). Terrence Malick.
Ficha técnica:
Título original: The tree of life.
País: USA.
Año: 2011.
Duración: 139 minutos.
Dirección: Terrence Malick.
Producción: Sarah Green, Brad Pitt, Grant Hill, Dede Gardner y William Polahd.
Guión: Terrence Malick.
Fotografía: Enmanuel Lubezki.
Música: Alexandre Desplat.
Montaje: Mark Joshikawa, Billy Weber, Hank Corwin, Jay Rabinowitz y Daniel Rezende.
Compañías productoras: River Road Entertainment, Cottonwood Pictures, Plan B Entertainment para Searchlight Pictures.
Premios:
Ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2011 y del Gran Premio de la FIPRESCI 2011
Intérpretes:
Brad Pitt: Sr. O'Brien.
Sean Penn: Jack.
Jessica Chastain: Sra. O'Brien.
Kari Matchett: ex de Jack.
Fiona Shaw: : la abuela.
Joanna Going: la esposa de Jack.
Hunter McCracken: Jack niño.
Tye Sheridan: Steve.
Laranie Eppler: R.L.
Cole Cockburn: Harry Bates
Dustin Allen: George Walsh-
Kelly Koonce: Padre Haynes.Sinopsis.
Terrence Malick presenta su quinto film desde que debutó como cineasta en 1973: El árbol de la vida, una historia ubicada en la Texas de los años 50, cuyo protagonista, Jack, creció entre un padre autoritario y una madre cariñosa y generosa, esquema que calca la realidad de muchos seres humanos. El nacimiento de dos hermanos pronto le obliga a compartir el amor paternofilial, y más tarde a enfrentarse al individualismo fanático de un padre obsesionado con el éxito de sus hijos. Hasta el día en que se produce un trágico suceso que perturbará ese frágil equilibrio. Tema universal y atemporal, aunque Malick prefiera refugiarse en otros tiempos para conseguir el distanciamiento necesario y la menor implicación emocional.
Críticas.
Se puede decir de Terrence Malick que es un autor independiente, pero no como militante voluntario de una determinada estética convenientemente financiada, sino como representante de una independencia forzada por falta de apoyo económico; por otro lado su autonomía personal está reforzada por su carácter esquivo, poco amigo de entrevistas, festivales de cine y ruedas de prensa. Aunque debutó como director en 1973 con Malas Tierras, se mantuvo en el 'paro' dos décadas porque no encontró quien apoyara sus proyectos; hoy vuelve de la mano de uno de sus protagonistas, Bradd Pitt, como productor, con un tema universal que hace mella en las mentes más sensibles, educadas en el amor de una madre junto con la dureza que intenta moldearle el pater familias, desequilibrio que se traslada al propio lenguaje cinematográfico.
Malick siempre ha preferido refugiarse en la naturaleza, lejos de las ciudades y su civilización, en caminos polvorientos y montañas, ríos y campos de trigo, y distanciarse de su tiempo para analizar la crueldad del hombre; este extrañamiento lo práctica mediante el metalenguaje audiovisual, con el empleo de una voz narrativa con registros distintos y complementarios, voz en off de un narrador omnisciente que no sólo comenta o anticipa los hechos, a modo de acotación, sino que se implica e interpreta alegóricamente a los propios personajes, como si de su alter ego se tratara. Cineasta de la palabra le llama Nestor Almendros (Terrence Malick. Otras voces, otros ámbitos. Dirigido por...Septiembre 2011 ), que no niega la convicción de la imagen. Pero, en el film que comentamos, esta voz que penetra en el terreno filosófico provoca ciertos desequilibrios entre la imagen y la narración en off, unidos a los que produce la contradicción entre los personajes, apenas esbozados, imperfectos, frente a una naturaleza idealizada; entre lo sugerido y lo mostrado; entre el flashback y el flash forward...
En su larga carrera, el realizador de origen sirio-libanés, sólo ha realizado cinco películas hasta el momento: Malas Tierras (Badlands, 1973); Días del cielo ( Days of heaven, 1978); La delgada línea roja (The thin red line, 1998); El nuevo mundo ( The New World, 2005); El árbol de la vida (The tree of life, 2011). Actualmente se encuentra en la post-producción su próximo filme, un drama romántico llamado The Burial, que se centra en la crisis que tenía que afrontar una pareja y que cuenta con la participación de Ben Affleck (en sustitución de Christian Bale), Rachel McAdams, Rachel Weisz y Javier Bardem, que será estrenada probablemente en 2012, lo que prueba que el cineasta está recibiendo una mejor acogida en sus últimos cinco años, que en los veinte anteriores en lo que se refiere a la financiación de sus proyectos.
El árbol de la vida retoma uno de sus antiguos proyectos llamado Q., que Nestor Almendros considera la obra definitiva del director: " Para contar la muerte de un hijo, Malick acude al pasado, ni más ni menos que al origen del mundo", y mantiene un difícil equilibrio entre la minuciosidad y cierta artificiosidad, entre lo sublime y lo ridículo, lo exultante y lo retórico, de la poesía que aletea frágil a una concepción bastante 'new age' de la percepción judeocristiana que contine la historia. La confluencia con Kubrick no es sólo temática, sino iconográfica, buscada deliberadamente y afianzada con la colaboración de Douglas Trumbull, autor de los efectos especiales de 2001; una de las imágenes más impactantes y poderosas y al mismo tiempo de mayor carga simbólica es la del recién nacido que cabe en la palma de la mano del padre. La muerte convulsiona, como en todos sus filmes, las conciencias de los que siguen vivos, y les obliga a reprensar su pasado.
La crítica no ha sido muy benévola con el último film de Malick, a pesar de que su vida profesional ha dado un giro de 360 grados, y a los 67 años ha comenzado a producir a un ritmo jamás alcanzado hasta ahora.
Pero la polémica en torno a The tree of life crece día a día. Carlos de Prieto (Diario Público. Si esta película le parece tediosa, le devolvemos el dinero. Viernes 23 de septiembre de 2011), concluye su artículo diciendo que El árbol de la vida es tan ambiciosa/pretenciosa que a su lado 2001. Una odisea del espacio parece Yo soy la Juani. ¿Bodrio u obra maestra? Puede ser que un poco de ambos. Los cobardes que se queden en casa. La cosa se ha salido de madre por el protagonismo de Brad Pitt y Sean Penn que ha desorientado a un público desacostumbrado al cine de ensayo y no el cinéfilo y urbanita al que iba dirigido.
En Internet se han incendiado los foros y Carlos Prieto señala algunas de las intervenciones en los chats: " Si algún amigo os sugiere ir a verla, ¡apalizadlo!. Ni es amigo ni es na! Frente a estas críticas tan radicales Cahiers du Cinema, le dedica la portada y las páginas del Gran Angular: " no es el resultado de ningún conciliábulo cinéfilo, afirma Carlos Heredero, (...) ni mucho menos de una encubierta -y harto improbable- operación publicitaria". Yo tampoco lo creo, pero suena mal que el Director de la revista se justifique, citando a otras publicaciones prestigiosas que le han precedido en el amplio tratamiento crítico, o en filmes de culto de Dreyer, Passolini o Von Trier, por aquello de 'excusatio non petita accusatio manifesta'. Uno cree en lo que escribe y es más que suficiente.
Carlos Losilla contribuye a construir un cuerpo teórico para los lectores de Cahiers, en su artículo Después de la caída: ¿De donde vienen las películas de Malik? Sin duda no surgen de la nada. Hay una línea "trascendentalista" del cine americano que podría incluir a cineastas como Frank Borzage o Leo McCarey, King Vidor o Vincente Minnelli, y que supone el sustrato de esas extrañas imágenes. Angel Quintana (Del trasendentalismo al mesianismo neocom) considera que el film no es más que un grandilocuente y vacuo objeto fílmico que utiliza las raíces del tracendentalismo para convertirlas en un pobre manual de autoayuda y trazar las bases de una nueva religión para los amantes de las llamadas nuevas espiritualidades. Pero la misma revista, Cahiers du Cinema, aporta el criterio de críticos entusiastas como Carlos Reviriego para el que es evidente que Malik cree en Dios pero es más evidente que cree en el cine. No hay que creer en ninguna entidad superior para admirar profundamente 'El árbol de la vida'. Para terminar Stéphane Delorme afirma que una película de Terrence Malik no es el desarrollo de una ficción, sino una condensación de gestos. Grietas y fisuras entre la naturaleza y la gracia; el gesto lleva en sí tanto su efectividad física como su efectividad simbólica; el gesto es un vector natural de la voz en off. Gesto de amor de la madre que se columpia, del padre que pone su mano firme sobre el hombro del hermano mayor, o del saurio que apoya su pata sobre otro agonizante para mostrar dominación y piedad, y la gracia del indulto.
Este es el tenor de las críticas. No hay que ser cobarde y quedarse en casa. Después vendrá el juicio.
Hay algo que ha conseguido Terrence Malik: que todos hablen de su película que a fin de cuentas no merece tantos ríos de tinta ni tanto debate. No vamos a discutir acerca de si utiliza bien el discurso audiovisual cinematográfico, ni de si su cine es un cine de gestos, que lo es hasta el cansancio, sino que,, superado el análisis formal e introduciéndonos en lo que quiere transmitir a la sociedad, nos enfrentamos a un discurso manido, repetido, que no aporta nada nuevo, excepto quizás al propio director. Podemos dividir el film, de acuerdo con su significado, en dos partes:
Críticas.
Se puede decir de Terrence Malick que es un autor independiente, pero no como militante voluntario de una determinada estética convenientemente financiada, sino como representante de una independencia forzada por falta de apoyo económico; por otro lado su autonomía personal está reforzada por su carácter esquivo, poco amigo de entrevistas, festivales de cine y ruedas de prensa. Aunque debutó como director en 1973 con Malas Tierras, se mantuvo en el 'paro' dos décadas porque no encontró quien apoyara sus proyectos; hoy vuelve de la mano de uno de sus protagonistas, Bradd Pitt, como productor, con un tema universal que hace mella en las mentes más sensibles, educadas en el amor de una madre junto con la dureza que intenta moldearle el pater familias, desequilibrio que se traslada al propio lenguaje cinematográfico.
Malick siempre ha preferido refugiarse en la naturaleza, lejos de las ciudades y su civilización, en caminos polvorientos y montañas, ríos y campos de trigo, y distanciarse de su tiempo para analizar la crueldad del hombre; este extrañamiento lo práctica mediante el metalenguaje audiovisual, con el empleo de una voz narrativa con registros distintos y complementarios, voz en off de un narrador omnisciente que no sólo comenta o anticipa los hechos, a modo de acotación, sino que se implica e interpreta alegóricamente a los propios personajes, como si de su alter ego se tratara. Cineasta de la palabra le llama Nestor Almendros (Terrence Malick. Otras voces, otros ámbitos. Dirigido por...Septiembre 2011 ), que no niega la convicción de la imagen. Pero, en el film que comentamos, esta voz que penetra en el terreno filosófico provoca ciertos desequilibrios entre la imagen y la narración en off, unidos a los que produce la contradicción entre los personajes, apenas esbozados, imperfectos, frente a una naturaleza idealizada; entre lo sugerido y lo mostrado; entre el flashback y el flash forward...
En su larga carrera, el realizador de origen sirio-libanés, sólo ha realizado cinco películas hasta el momento: Malas Tierras (Badlands, 1973); Días del cielo ( Days of heaven, 1978); La delgada línea roja (The thin red line, 1998); El nuevo mundo ( The New World, 2005); El árbol de la vida (The tree of life, 2011). Actualmente se encuentra en la post-producción su próximo filme, un drama romántico llamado The Burial, que se centra en la crisis que tenía que afrontar una pareja y que cuenta con la participación de Ben Affleck (en sustitución de Christian Bale), Rachel McAdams, Rachel Weisz y Javier Bardem, que será estrenada probablemente en 2012, lo que prueba que el cineasta está recibiendo una mejor acogida en sus últimos cinco años, que en los veinte anteriores en lo que se refiere a la financiación de sus proyectos.
El árbol de la vida retoma uno de sus antiguos proyectos llamado Q., que Nestor Almendros considera la obra definitiva del director: " Para contar la muerte de un hijo, Malick acude al pasado, ni más ni menos que al origen del mundo", y mantiene un difícil equilibrio entre la minuciosidad y cierta artificiosidad, entre lo sublime y lo ridículo, lo exultante y lo retórico, de la poesía que aletea frágil a una concepción bastante 'new age' de la percepción judeocristiana que contine la historia. La confluencia con Kubrick no es sólo temática, sino iconográfica, buscada deliberadamente y afianzada con la colaboración de Douglas Trumbull, autor de los efectos especiales de 2001; una de las imágenes más impactantes y poderosas y al mismo tiempo de mayor carga simbólica es la del recién nacido que cabe en la palma de la mano del padre. La muerte convulsiona, como en todos sus filmes, las conciencias de los que siguen vivos, y les obliga a reprensar su pasado.
La crítica no ha sido muy benévola con el último film de Malick, a pesar de que su vida profesional ha dado un giro de 360 grados, y a los 67 años ha comenzado a producir a un ritmo jamás alcanzado hasta ahora.
Pero la polémica en torno a The tree of life crece día a día. Carlos de Prieto (Diario Público. Si esta película le parece tediosa, le devolvemos el dinero. Viernes 23 de septiembre de 2011), concluye su artículo diciendo que El árbol de la vida es tan ambiciosa/pretenciosa que a su lado 2001. Una odisea del espacio parece Yo soy la Juani. ¿Bodrio u obra maestra? Puede ser que un poco de ambos. Los cobardes que se queden en casa. La cosa se ha salido de madre por el protagonismo de Brad Pitt y Sean Penn que ha desorientado a un público desacostumbrado al cine de ensayo y no el cinéfilo y urbanita al que iba dirigido.
En Internet se han incendiado los foros y Carlos Prieto señala algunas de las intervenciones en los chats: " Si algún amigo os sugiere ir a verla, ¡apalizadlo!. Ni es amigo ni es na! Frente a estas críticas tan radicales Cahiers du Cinema, le dedica la portada y las páginas del Gran Angular: " no es el resultado de ningún conciliábulo cinéfilo, afirma Carlos Heredero, (...) ni mucho menos de una encubierta -y harto improbable- operación publicitaria". Yo tampoco lo creo, pero suena mal que el Director de la revista se justifique, citando a otras publicaciones prestigiosas que le han precedido en el amplio tratamiento crítico, o en filmes de culto de Dreyer, Passolini o Von Trier, por aquello de 'excusatio non petita accusatio manifesta'. Uno cree en lo que escribe y es más que suficiente.
Carlos Losilla contribuye a construir un cuerpo teórico para los lectores de Cahiers, en su artículo Después de la caída: ¿De donde vienen las películas de Malik? Sin duda no surgen de la nada. Hay una línea "trascendentalista" del cine americano que podría incluir a cineastas como Frank Borzage o Leo McCarey, King Vidor o Vincente Minnelli, y que supone el sustrato de esas extrañas imágenes. Angel Quintana (Del trasendentalismo al mesianismo neocom) considera que el film no es más que un grandilocuente y vacuo objeto fílmico que utiliza las raíces del tracendentalismo para convertirlas en un pobre manual de autoayuda y trazar las bases de una nueva religión para los amantes de las llamadas nuevas espiritualidades. Pero la misma revista, Cahiers du Cinema, aporta el criterio de críticos entusiastas como Carlos Reviriego para el que es evidente que Malik cree en Dios pero es más evidente que cree en el cine. No hay que creer en ninguna entidad superior para admirar profundamente 'El árbol de la vida'. Para terminar Stéphane Delorme afirma que una película de Terrence Malik no es el desarrollo de una ficción, sino una condensación de gestos. Grietas y fisuras entre la naturaleza y la gracia; el gesto lleva en sí tanto su efectividad física como su efectividad simbólica; el gesto es un vector natural de la voz en off. Gesto de amor de la madre que se columpia, del padre que pone su mano firme sobre el hombro del hermano mayor, o del saurio que apoya su pata sobre otro agonizante para mostrar dominación y piedad, y la gracia del indulto.
Este es el tenor de las críticas. No hay que ser cobarde y quedarse en casa. Después vendrá el juicio.
Comentario.
Hay algo que ha conseguido Terrence Malik: que todos hablen de su película que a fin de cuentas no merece tantos ríos de tinta ni tanto debate. No vamos a discutir acerca de si utiliza bien el discurso audiovisual cinematográfico, ni de si su cine es un cine de gestos, que lo es hasta el cansancio, sino que,, superado el análisis formal e introduciéndonos en lo que quiere transmitir a la sociedad, nos enfrentamos a un discurso manido, repetido, que no aporta nada nuevo, excepto quizás al propio director. Podemos dividir el film, de acuerdo con su significado, en dos partes:
- La primera es una plegaria dirigida a Dios por una familia creyente a causa de una pérdida importante en su seno, y la búsqueda de una respuesta a la pregunta de por qué razón han sido elegidos ellos para realizar este penoso tránsito en su vida. Esta respuesta viene de la mano del Santo Job, al que dios le quitó todo menos la fe , y adopta la forma de una amalgama de imágenes que van adquiriendo el sentido que busca su artífice a medida que progresa el film con el apoyo de distintas voces que aportan diferentes puntos de vista de los protagonistas y una voz en over que las va unificando. Semi-esferas de planetas en primer plano, seguidas de vientres maternos en cuyo interior se está creando la vida, cámaras que se mueven con libertad en el momento del parto, en el que el niño sale despedido al espacio desde el utero materno, sufriendo esa sensación de vértigo que le acompañará toda la vida, son símbolos de la mujer como receptáculo del semen que generará nuevas vidas. Pero del mismo modo que Dios crea la vida, la quita, y este círculo en que se encierra el misterio del universo se intenta explicar acudiendo a la naturaleza: origen del mundo, animales que se atacan y después se conceden la gracia...Una galería de retratos, que siempre incluyen esos gestos que queremos que queden en el recuerdo, en los que incluso se inscribe el estadio del espejo ante el que el niño descubre su ego fragmentado (¿?), se completa con un ambientación, más que física, metafísica destinada a que el hombre acepte, no como prueba, sino como condición humana, que tanto para los éxitos y alegrías como para los fracasos y desgracias, depende exclusivamente del dios creador. No sé dónde queda el libre albedrio. ¿Es también dios el responsable de las guerras, en una de las cuales se entiende que muere el hijo?
- La segunda es narrativa y nos muestra una sociedad patriarcal de hombres blancos, en la que el padre funciona como un auténtico pater familias, haciendo daño constantemente a su familia, por su bien, a imagen y semejanza de su dios, mientras la madre nunca habla, desautorizando al hombre con su actitud. En el seno de esta familia sometida a tantas pruebas, se generan los peores monstruos del hombre: el resentimiento, el odio, el deseo del mal para el prójimo, contemplados como otra prueba del cielo, que supera, una vez sale de la gran matriz, simbolizada por largos pasillos en forma de túnel al final del cuales se abre una puerta por la que penetra la luz.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!