Rómulo y Remo. Sergio Corbucci.


Ficha técnica:

Título original: Romolo y Remo.
Año: 1961.
País: Coproducción Italo-francesa..
Duración: 108 minutos.
Dirección: Sergio Corbucci.
Música: Piero Piccioni.
Fotografía: Enzo Barboni y Dario Di Palma.

Intérpretes:

Steve Reeves, Gordon Scott, Virna Lisi, Ornella Vanoni, Jacques Sernas, Massimo Girotti, Franco Volpi, Andrea Bosic.

Sinopsis.

El film narra el origen criminal de la ciudad de Roma, la urbe 'que no necesitaba apellidos.' Dos hermanos, criados por una loba, Luperca, a los que Faustulo, el pastor real, encuentra ya muy creciditos y rollizos, tomando como único alimento la leche que le ofrecen las 'mamas sumisas' del animal, pugnan por crear una nueva ciudad, colocándose cada uno de ellos en dos de las míticas siete colinas de Roma: El Aventino y el Palatino. Rómulo traza con un arado los límites de la Roma Quadrata, el Pomerio (buscado actualmente por arqueólogos españoles), y advierte de que matará a quien se atreva a cruzarlos. Éste no será otro que su hermano Remo, ebrio, que morirá asesinado en su intento de profanar el recinto sagrado. Hace poco tiempo se ha descubierto en la colina de 'El Capitolio' la gruta de 'El Lupercal' (de Lupa), lugar donde fueron encontrados los gemelos y santuario de los antiguos romanos.

Comentario.

Es bien conocido el sentido pragmático de la vida de un pueblo que construyó el primer gran imperio occidental que sigue inspirando ríos de tinta. Durante el consulado de Cayo Julio César, de la facción popular romana (cónsul maior), y Marco Calpurnio Bíbulo, (cónsul junior, no por la edad, sino por el número de votos) de la de los optimates, en el año 59 antes de la era cristiana, el segundo, que ostentaba la dignidad de augur, declaró el año nefasto para impedir la actividad política de su contrincante. Como muestra la Historia, César despreció semejante augurio, por lo que este consulado fue denominado irónicamente como el de César y César. Esta es una anécdota más de las que pueblan los textos de los historiadores romanos.

El gran Titus Livius narra en el libro I de su extensa obra, de la que muchos fragmentos se han perdido, Ab urbe condita (desde la fundación de la ciudad, que no necesita ser nombrada), los orígenes de sus fundadores Rómulo y Remo, animado por el mismo espíritu que impulsó a César a despreciar los dictados del augur. Rea Silvia, hija de Numitor, destronado y desterrado por su hermano Amulio, (como se ve el amor fraternal brillaba por su ausencia), era una Vestal, una sacerdotisa encargada de cuidar de que nunca se apagara el fuego sagrado de Roma, en unos tiempos en los que no había mecheros, y de custodiar los testamentos, por lo que debían permanecer vírgenes hasta los treinta años. Pero he aquí que aparece un buen día embarazada, y lo curioso es cómo la cuenta Tito Livio: 'Vi compressa Vestalis cum geminum partum edidisset, seu ita rata seu quia deus auctor culpae honestior erat, Martem inciertae stirpis nuncupat" (La Vestal, como hubiese dado a luz a dos gemelos, tras ser violada, bien porque así lo creyera, o porque un Dios era un autor más honorable de su culpa, señala a Marte como padre de su incierta estirpe). La ironía está en ese seu ita rata (bien porque ella lo pensará así). ¿Acaso dudaba de esta versión el historiador? ¿Quería la Vestal evitar la muerte horrible que le esperaba, inventándose esta historia? Esto es lo que parece. (Ab urbe condita. Liber I.IV)

Pero mucho mejor es su interpretación de la historia de los gemelos, que tras ser arrojados al Tevere en una cestita, como Moisés, ésta se detuvo en un lugar seco y una loba acudió al llanto de los niños ofreciéndoles sus mamas sumisas, permaneciendo con ella hasta que los encontró Faustulo y se los entregó a su mujer Larencia para que los educase. Aquí el cinismo del historiador se eleva de rango: Sunt qui Larentiam vulgato corpore lupam inter pastores vocatam putent; inde locum fabulae ac miraculo datum. ( Pero hay quien piensa que Larencia -de cuerpo venal, divulgado entre los hombres-, era una prostituta, llamada loba entre los pastores; de ahí surge la justificación, el lugar(en sentido abstracto) para la fábula y el milagro) .Tenía más sentido crítico el autor que nació el mismo año en que fue cóncul César (59 antes de nuestra era) que el pensamiento judeo-cristiano que inspira el film de Corbucci.





Hoy, cuando se cuestiona la propia datación de la Loba del Capitolio, que se ubica en el siglo VIII de nuestra era, en una ciudad en la que los constantes descubrimientos dan lugar a revisiones históricas profundas, hecho del que informa Fellini en su muy desacralizada visión de Roma, resulta muy interesante volver a ver filmes peplum, ingenuos y poco preocupados por la fidelidad histórica como éste de Rómulo y Remo. Anthony Mann, en su muy elogiada cinta La caida del imperio romano, viste a Julio César de púrpura y le pone un cetro en la mano, mientras su pequeño hijo Cesarión, nacido de su unión con Cleopatra, vestido de la misma guisa, aprende los modales de un rey absoluto. ¡Grandiosa ficción!

Corbucci puebla el núcleo primitivo de la urbs de hombres musculosos y mujeres guapísimas, en un género que combina la idealización de una Roma pagana, llena de vicios, con el sexo y la corporeidad de sus protagonistas, concepto que expresa una idea múltiple, plural, compleja y diversa del hombre. Sigue la tradición de ver orgías y 'desviaciones' en unos paganos, religiosamente eclécticos, que adoraban a múltitud dioses, frente a la visión monoteista de los cristianos. El resto es imaginación.




Gruta de Rómulo y Remo a la que sólo se ha podido acceder, de momento, con una pequeña cámara.

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