Arrástrame al infierno (Drag me to hell!). Sam Raimi.



Ficha técnica:

Título original: Drag me to hell!
País: EE-UU.
Año: 2009.
Duración: 96 minutos.
Dirección: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi & Ivan Raimi.
Edición: Bob Murawski.
Música: Christopher Young.
Fotografía: Peter Deming, A.S.C.
Vestuario: Isis Mussenden.
Director artístico: James F. Truesdale.
Decorador del set: Don Diers.
Casting: John Papsider, C.S.A.
Maquillaje y efectos visuales: Gregory Nicotero
Supervisor efectos visuales: Bruce Jones.
Producción: Rob Tapert, Grant Curtis.
Co-productores: Howard Berger, Cristen Carr Strubbe, Ivan Raimi.
Diseño de producción: Steve Saklad.
Productores ejecutivos: Joe Drake, Nathan Kahane.
Compañías: Universal Picture & Ghost Mouse Pictures.

Intérpretes:

Alison Lohman (La flor del mal, Big Fish...): Christine Brown.
Justin Long: Clay Dalton.
Lorna Raver: Mrs. Ganush.
Dileep Rad: Rham.
David Daymer: Mr. Jacks.
Adriana Barraza: Shaun San Dena.
Reggie Lee: Stu Rubin.
Bojana Novakovic: Ilenka Ganush.

Sinopsis.

Cuando la ambiciosa Christine Brown (Alison Lohman) rechaza la concesión de un préstamo a  una  misteriosa y vieja gitana, la Señora Ganush (Lorna Raver), con el fin de impresionar a su jefe y conseguir el cargo de sub-director, la vieja se venga lanzándole una vieja maldición que convierte su vida en un auténtico infierno. Atormentada por un espíritu maligno, lucha para salvar su alma del fuego eterno.

Comentario.

Sam Reimi vuelve al splater, al gore, pero ahora con un gran presupuesto y un gran equipo de producción. No obstante realiza un film aparentemente sin pretensiones, para satisfacer al gran público, con una imagen ochentera, sin excesivos filtrados ni tratamientos  visuales 'evidentes', lo que le ha dado un magnífico resultado. Gitanos, payos blancos, chinos o sudamericanos, forman parte del mismo círculo diabólico,al que son empujados por la avaricia.

Film para pasar una buena tarde, entre gritos, sustos y divertidas secuencias. Gamberradas sin fin que superan lo imaginable, fluidos corporales, mutilaciones, conjuros y sacrificios de mascotas. Sam Raimi vuelve a sus inicios y lo hace bien, concitando el aplauso de toda la crítica. Quien sienta nostalgia  de estas películas que invadieron los años ochenta y de las que aún beben los adolescentes actuales, no quedará defraudado.

Jóvenes actores de cine y televisión establecen el puente entre las generaciones nostálgicas y los nuevos adolescentes que disfrutan extraordinariamente con el género.

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