La última seducción. John Dahl.


Ficha técnica:


Título original: The  last seduction.
País: EE.UU.
Año: 1994.
Duración: 110 minutos.
Dirección: John Dahl.
Guión: Steve Barancik.
Casting: David Rubin & Associates Debra Zane.
Música: Joseph Vitarelli.
Supervisores música: Karin Rachtman y Jennifer Piker.
Director de Fotografía: Jeffrey Jur.
Edición: Eric L. Beason.
Decorador del set: Katherine Lucas.
Maquillaje: Camile Henderson.
Vestuario: Terry Dresbach.
Diseño de producción: Linda Pearl.
Productor: Jonathan Shestack.
Productor ejecutivo: WM. Christopher Gorog.
Co-productor: Nancy Rae Stone.
ITC Entertainment Group.

Intérpretes:

Linda Fiorentino: Bridget Gregory.
Clay Gregory: Bill Pullman.
Peter Berg: Mike.
Chris: Brien Varav
Frank Griffith: J.T. Walsh.

Sinopsis.

Bridget (Linda Fiorentino)  es una mujer fría y calculadora que abandona a  su marido tras robarle un millón de dólares, que ha conseguido traficando con estupefacientes farmaceúticos. Tras este robo se escapa y acaba en un pequeño pueblo, donde para no llamar la atención consigue un trabajo. Allí conoce a Mike(Peter Berg), quien se enamora locamente de ella.

Comentario.
John Dahl sitúa su  femme fatale, un film de serie B de bajo presupuesto,  en un terreno poco convencional dentro del cine negro, sin gángsters ni crimen organizado. Bridget  es una mujer trabajadora que dirige a un grupo de vendedores de monedas conmemorativas, casada con un médico que aspira a montar su  clínica privada,  al que induce a robar barbitúricos y venderlos en el mercado ilegal. Ni él ni ella son delincuentes al uso, sino un matrimonio al que guía la avaricia. Las primeras secuencias los emblematizan como una explotadora que maltrata psicológicamente a sus subordinados, y  un incauto,  un profesional de la medicina poco habituado a los trapicheos, al que chulean manguis de poca monta  y  le  humillan quitándole  el  emblemático maletín del dinero, lo que le obliga  a desplazarse  por las populosas calles de New York  con él dentro de la camisa. Fijados los roles, ella escapa con el botín y él se queda con las deudas.

El personaje de la mujer es potente porque está descompensado; ella es atractiva, seductora, no más que ellos, pero sobre todo es perversa, codiciosa, sin escrúpulos, mientras los hombres se muestran como sus víctimas, sin personalidad ni resolución y juguetes de sus ambiciones, lo que hace el relato poco verosímil. Mike oculta un secreto, que Bridget descubre utilizando la capacidad de las mujeres de fisgonear en la vida de los demás, hecho que se ve favorecido por su acomodo en una pequeña localidad, Beston, y la costumbre de algunos jóvenes de acudir todos los días al mismo bar . Hay momentos verdaderamente erráticos de la narración, y un final  esperpéntico, que queda abierto a gusto del espectador.

Lo verdaderamente concluyente es que la cámara a quien maltrata es a ella, mujer ambiciosa, criminal, manipuladora, que se desenvuelve magníficamente gracias a la idiotez de  sus amantes., ajenos al mundo del crimen organizado.

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