Frankenweenie. Tim Burton.



Tim Burton ha anunciado su próximo estreno, en octubre de 2012, de un autoremake del mediometraje que le dio a conocer en Hollywood, Frankenweenie. Como sucede generalmente los comienzos de cualquier creador suelen ser difíciles, aunque trabajar en Disney como animador o pintor de acetatos le proporcionó la oportunidad de dar a conocer su trabajo, que en principio fue rechazado porque la productora lo consideró demasiado macabro para un público infantil, quedando el proyecto aparcado  hasta que  Paul Reubens lo vió, y considerá a Burton el hombre ideal para dirigir  La gran aventura de  Pee-Wee. Hasta ahora sólo se había utilizado como material extra, que acompañaba los DVDs  de otras realizaciones del director, pero parece que  ha llegado el momento de rendir homenaje al corto que le abrió las puertas del cine, y vuelve en forma de largo de animación 

Entre las voces originales recupera actores que han trabajado con él: Winona Ryder, Catherine O'Hara, Martin Landau o Martin Short,entre otros.


Frankenweenie, 1984.


Ficha técnica:
Título original: Frankenweenie.
País: USA.
Año: 1984.
Dirección: Tim Burton.
Guión: Lenny Ripps, basado en una idea original de Tim Burton.
Música: Michael y David Convertino Newman.
Productor supervisor: Tom Leetch.
Productores asociados: Rick Heinrichs.
Editor: Ernest Milano, ACE.
Director artístico: John B.Mansbridge.
Director de fotografía: Thomas Ackerman.
Productor Julie Hickson
Compañís: Walt Disney Pictures; distribución: Buena Vista Distribution. C.Inc.

Intérpretes:

Shelley Duvall, Daniel Stern, Barret Oliver, Joseph Maher,Paul Bartel, Roz Braverman.

Sinopsis:

Uni niño, llamado Victor Frankenstein, como el protagonista de El jovencito Frankenstein de  Mel Brooks, tras la muerte de su querida mascota, el perro Sparky, descubre que puede devolverlo a la vida aplicándole   cargas eléctricas. Su reaparición en el mundo de los vivos provocará el terror de los vecinos.

Comentario.

El primer trabajo de Tim Burton es de una narrativa bastante convencional, nada vanguardista. La peculiaridad del director reside en su modo de  trasladar a imágenes su universo particular, poblado de seres oníricos, góticos, con costurones, zombies amables que sufren y sienten como cuando estaban vivos, cementerios, murciélagos... Un canto a la marginalidad en esas zonas residenciales conservadoras, con sus casas rodeadas de un pequeño jardín y unas calles por las que de tanto en tanto pasa algún coche, que  provoca la muerte del querido perro de Victor. Una secuencia preliminar, previa a los títulos iniciales,  nos recuerda que estamos en el cine; en la sala de estar de la casa de la familia se proyecta un film de terror en la que el mismo animal es el protagonista: Monster fron long ago.

Frankenweene  recoge la tradición de las adaptaciones cinematográficas de la novela de Mary  Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo,  y especialmente de la  comedia de Mel Brooks, protagonizada por el nieto del Doctor, llamado Victor, nombre  del  niño del mediometraje. La idea  fantástica de devolver la vida mediante la aplicación de electricidad en los días de tormenta, inspirada al pequeño de diez años por su profesor de ciencias naturales conserva la tradición fabulosa, pero las piezas de laboratorio, ideadas para el film de 1931 por Ken Stricfaden, son sustituidas por los objetos electrónicos más variopintos: tostadora, juguetes, cables viejos, y una tabla de planchar como mesa de operaciones; una vez devuelto el perro  a la vida, una steadycam manejada a ras del suelo nos muestra el pánico del animal  resucitado, huyendo  a través de puertas entrabiertas, ante la percepción de  cualquier amenaza en su nueva situación.

Los vecinos de la urbanización, representantes del mundo de los adultos,  son vistos por la cámara anomisamente, como los mayores enemigos de la imaginación de un niño: oscos, gordos, gritones, histriónicos, y capaces de cometer actos de la mayor crueldad; "Hay gente muy rara" dice Victor a su particular mascota. La última secuencia, un anticipo de la de Eduardo Manostijeras, en la que  el niño y su perro se refugian en un retorcido molino, al que se accede por una verja de hierro que da a una tortuosa  senda, aunque sin la carga de  cinismo y crítica social que osará aplicar a su film de 1990, tan sólo seis años más tarde.

Especialmente emotivas son las secuencias en las que la madre de Victor (Shelley Duvall, protagonista de 'El resplandor' de Kubrick),  borda los costurones que su hijo  he realizado en el cuello de Sparky, para hacerlo más presentable ante los vecinos, o la de la participación de un vecindario arrepentido que colabora en la resurrección del perro con sus pinzas para cargar las baterías de los coches. No sé que más puede hacer Tim Burton, pero es muy peligroso tratar de mejorar un film inmejorable por su frescura, su calidez, la belleza de sus imágenes en blanco y negro y la captación sin melindres de la psicología de un niño amante de los animales. La aparición de Sophia Coppola dando vida a una vecina pija y timorata, protegida por su padre (no vemos a la madre), supone la negación de concesiones a cualquier grupo (recordemos Charlie y la fábrica de chocolate)  y  enfrenta a Victor con otros niños menos imaginativos, que también los hay.

Se puede ver el mediometraje completo en YouTube . Muy aconsejable.



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