Premonición. Gilles Bourdos.



Ficha técnica:

Título original: Afterwards/ Et  après.
País: Alemania/Francia/Canadá.
Año: 2008.
Duración: 107 minutos.
Dirección: Gilles Bourdos.
Guión: Michel Spinosa y  Guilles  Bourdos, basado en la novela de  Guillaume Musso.
Dirección de Fotografía: Ping Bin Lee.
Diseño de producción: Anne  Pritchard.
Música: Alexandre Desplat.
Montaje: Valerie Deseine.
Productores:  Olivier Delbosc, Christian Gagne, Christian Larouche y Marc Missonier.
Compañías:  Akkord Filmproduktion, Fidélité Films, Christal Films, M6 Films.

Intérpretes:

John Malkovich: Dr. Kay.
Evangeline Lilly: Claire,
Romain Duris: Nathan,
Pascale Bussières: AAnna,
Reece Thompson: Jeremy,
Sara Waisglass: Tracey,
Glenda Braganza: Rachel,
James Arden: Dennis,
Marianne Farley: Judy,
Alex Kudrytsky: Ivan.

Sinopsis:


Nathan (Romain Duris) es un brillante abogado de Nueva York cuyo éxito profesional contrasta con su problemática vida privada, que ha quedado marcada por su divorcio de Claire (Evangeline Lilly), su único amor. En medio de su pesar conoce al doctor Kay (John Malkovich), un misterioso médico que le asegura que tiene facultades para percibir la proximidad de la muerte. Esta afirmación se verá reforzada a medida que Nathan le vaya revelando episodios de su pasado: por ejemplo, cuando tenía sólo ocho años, se zambulló en agua helada para salvar a una niña, Claire,  y sufrió un paro cardíaco que le provocó una breve muerte clínica, una Near Death Experience




Críticas y comentario.


La lectura de las críticas en torno al film de  Gilles Bourdos evidencia más que en otros casos que la diégesis se completa con la percepción, basada en la experiencia, de cada espectador. Aurélien Le Genissel afirma que en la película  no hay premoniciones llenas de suspense sino una reflexión trascendental y llena de sentimentalismo sobre el sentido de la vida. Una especie de enésimo elogio de la filosofía del Carpe diem. Más que un consejo de aprovechar el momento se podría afirmar que es algo así como Time diem, (teme cada momento),  ve al médico al mínimo síntoma. Film no apto para hipocondriacos, que pueden llenar las consultas de los facultativos; duele especialmente cuando el Dr. Kay, le dice a Nathan (Romain Duris) la primera vez que lo ve siendo adulto, mientras éste toma un café: "Tomas demasiado azúcar". Alarmar ya alarman bastante las industrias farmacéuticas.

Otra evidencia es que los cineastas europeos todavía no dominan, salvo honrosas excepciones, el cine de género, que  generalmente despachan con dos etiquetas: blockbuster o mainstream, y cuando se les pone en la mano los recursos, no  sólo necesarios, sino de lujo, como los mejores actores,  un músico como Alexandre Desplat o un Director de Fotografía como Ping  Bin Lee, se mueven torpemente, con un discurso vacuo, y concretamente en  Premonición aterrando al público  con la enfermedad y la muerte más cotidiana. Tras un buen comienzo que promete al público deleitarse pasando un 'mal rato', la película se  introduce por derroteros muy diferentes a los esperados, llegando a cansar con  la repetición una y otra vez de los mismos presupuestos,  hasta el extremo de tener la sensación de que el director  desconoce la elipsis (Eduardo Galán.Cinemanía).

No todos los recuerdos del protagonista son positivos y le incitan a aprovechar cada momento, aunque lo veamos en un paisaje placentero con su ex-mujer y sus hijos, ya que también incluyen la muerte  súbita del  menor de ellos, y desde luego no estamos de acuerdo con Aurélien Le Genissel en disociar en el análisis la forma del fondo. Su forma corresponde totalmente a lo que quiere transmitir en cada momento: calles populosas en las que un hombre, que cree que va a morir, se siente solo,  grandes rascacielos privados de humanidad, fríos ascensores de cristal, o paisajes naturales en las etapas primeras de la vida del protagonista; final más que imprevisible inverosímil y retorcido. Lo más probable es que el  director quiera decir ni más ni menos lo que dice; otra cosa es que ésto nos satisfaga.

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