Mimic. Guillermo del Toro.




Ciencia-ficción

Imagen cedida por BMA House a cinelodeon.com




Ficha técnica:


Título original: Mimic.
País: USA.
Año: 1997.
Duración: 110 minutos.

Dirección: Guillermo del Toro.
Guión: Matthew Robbins y Guillermo del Toro.  Basado en el relato corto "Mimic" de Donald A. Wollheim
Casting: Billy Hopkins, Suzanne Smith, Kerry Bardem.
Director de Fotografía: Dan Laustsen, d.f.f.
Música: Marco Beltrani.
Edición: Patrick Lussier.
Diseño criaturas: Rob Bottin, Tyruben Ellingson; creadas por Rick Lazzarini
Supervisor efectos especiales: Brian M.Jennings.

Vestuario: Marie-Silvye Deveau. 

Co-Productores: Scott Shiffman y Michael Zoumas.; Cary Granat, Richard Potter, Andrew Rona. Co-Productores ejecutivos: Stuart Cornfeld y Harvey  Weinstein
Diseño de producción: Carol Spier. 
Producción: Bob Weinstein. Distribusión: Emon Home Entertainment, Miramax


Intérpretes:



Mira Sorvino: Doctora Susan Tyler,
Jeremy Northam: Doctor Peter Mann,
Giancarlo Giannini: Manny,
Josh Brolin: Josh, 
Charles S. Dutton: Leonard
Alexander Goodwin: Chuy,
Alix Koromzay: Remy,
F.Murray Abraham: Doctor Gates.


Sinopsis:



Una científica, la doctora Susan Tyler (Mira Sorvino), y su esposo el doctor Peter Man  (Jeremy Northan), director del Centro de Control de Enfermedades, unen esfuerzos para erradicar una epidemia que amenazaba la vida de miles de niños de la ciudad de Nueva York. La Doctora consigue combinar con éxito el ADN de diferentes especies para crear un contra-agente biológico eficaz contra el agente infeccioso. Bautiza a esta nueva especie como Judas y, con ayuda de su marido la introduce en el sistema de la gran ciudad. Pero lo que parecía haber sido un invento genial, regresa al cabo de tres años para perseguirlos. El remedio que crearon ha cobrado vida propia.


Comentario.



El debate entre la ciencia y la superstición, y concretamente entre la desproporción de los medios para combatir los riesgos que amenazan la vida de los hombres, centran el relato de Mimic con una conclusión confusa, que deja en el aire la interpretación y  el juicio sobre ciertas prácticas  científicas frente a  las  pandemias o cualquier otra catástrofe. El agente infeccioso son las cucarachas, y para  acabar con ellas  Susa Tyler crea una nueva especie,  resultado de la combinación peligrosa  de genes de las termitas y la mantis religiosa que, en contra de lo previsto,  evoluciona imitando las características de su depredador, el hombre. Este nuevo espécimen recibe un nombre religioso, Judas, mucho más mortífero que el que se pretendía erradicar, al tiempo que supone una amenaza para el equilibrio natural de las especies. En la batalla final contra estas criaturas la doctora, como una mantis religiosa, eliminará al macho.

Los monstruos  creados  por la manipulación genética buscan refugio en una Iglesia, dirigida por un sacerdote asiático, y conviven con todo tipo de signos religiosos, -cruces, imágenes de santos, velas...-, observados por un niño autista que no entiende el peligro que encierran; estas criaturas, programadas para vivir alrededor de 128 días, experimentan mutaciones que les acercan al hombre, desarrollando órganos, como los pulmones, de los que carecen los insectos, y amenazan con la extinción de la especie humana. Cronenberg imaginó en 1986 una metamorfósis a la inversa: un hombre se transmutaba en mosca en un experimento científico, adoptando la fora y características de un insecto de esta especie que por azar se introdujo en la cápsula en la que realizaba su experimento.

Una  perfecta realización hace atractivo un film, en el  que el nuevo Prometeo intenta combatir a la muerte y recibe el castigo divino por su soberbia. El plan no sólo fracasa, sino que está a punto de acabar con la especie humana dominante. Guillermo del Toro no hace un alegato contra la ciencia, sino a lo suma contra el uso de medidas desproporcionadas para combatir los peligros que acechan al hombre, y que el miedo, casi siempre instrumentalizado, pone en marcha.


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