Pelle el Conquistador. Bille August.




Ficha técnica:


Título original: Pelle Erobreren.
País: Dinamarca.
Año: 1987.
Duración: 138  minutos.
Guión y dirección: Bille August.
Dirección artística: Anna Asp.
Dirección de Fotografía: Jörgen
Música: Stefani Nilsson.
Operador cámara: Rolf Lindström.
Efectos especiales: Claus Bjerre, Kristian Lund, Michael Kvium, Lasse Spang Olsen.
Maquillaje Kaj Grónberg.
Vestuario Kicki Lander.
Producción Lars Kolvic
Diseño de producción  Vibeke Mathiesen
Holst Filmproduktion, Svensk Filmindustri, Danmarks Radio, Danske Filmininstitute, Kaerne Film.

Intérpretes:


Pelle Hvnegaard, Max Von Sidow, Erik Paaske, Bjorn Granath, Astrid Villaume, Axel Strobye, Troels Asmussen, Kristina Törnquist, Karen Wegener, Sofia Grabal, Lars Simonsen.


Premios:


1988: Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1988: Festival de Cannes: Palma de Oro
1987: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor película y actor (Max von Sydow)

Sinopsis:


Pelle, (Pelle Hvenegaard),  y su padre Lasse, (Max Von Sidow),  emigrantes suecos  en Dinamarca,  han conseguido trabajo en la granja Stone, pero en condiciones similares a la esclavitud,  un lugar muy duro capaz de matar todos sus sueños. Allí conoce a  un trabajador rebelde, el único capaz de enfrentarse a los abusos, que sueña con emigrar a un país libre, al otro lado del océano: América, y el niño comienza a anidar la esperanza de huir con él . Pelle crece y va descubriendo poco a poco todas las facetas de la vida: el sexo, el frío invierno, la discriminación, la violencia o  la muerte.


Crítica.



Las aventuras de Pelle, con la dureza característica del cine nórdico, parecen construidas para ejemplificar las teorías del politólogo noruego Johan Galtung y su célebre triángulo de la violencia. En la sociedad retratada por Bille August se dan las tres formas en que  éste las clasificó : violencia estructural, cultural y directa. En la transfondo del calvario que padecen padre e hijo en la búsqueda de mejores condiciones de vida está la pobreza, de la que constantemente se queja Lasse, un hombre viejo y su pequeño hijo tardío, que se  sumergen en una cultura de la sumisión y la aceptación pasiva de la injusticia que practican los poderosos y ante la que sólo se rebela el cochero, Eric, que sufre el castigo divino por su insolencia, es golpeado por  un enorme pedrusco que sirve de contrapeso en el pozo y pierde lo poco que le queda de hombre: la razón. A la marginación que acompaña a la pobreza y la ignorancia  padre e hijo unen la derivada del edadismo y  la xenofobia. El fuerte rechazo que padecen los suecos en los países vecinos, y especialmente en  Dinamarca, ha sido objeto de una interesante película reciente, En un mundo mejor, dirigida por Susanne Bier, que evidencia que la actitud de acoso al extranjero, aunque sea blanco y rubio como ellos, continúa.

En esta granja, propiedad de una familia creyente sin hijos, en la que el pastor tiene una enorme influencia y en la que practicando una farisea caridad se lleva a los niños a una escuela  cochambrosa de la que caen las letras que la identifican, el mayor aprendizaje se basa en la experiencia. Desde la más tierna edad los niños son testigos presenciales de embarazos derivados del mestizaje de señores y criados, abortos, detención de las abortistas, abuso de menores, castración del amo por la esposa y otras violaciones de los derechos humanos de este cariz. Desde pequeños acosan a sus compañeros extranjeros  con trancas de madera, los echan al mar helado, degradan a sus padres, los desnudan. Pelle sueña con huir de este infierno en vida con su amigo Erik, porque su padre ya es muy viejo. La esposa del amo, tras castrar a su marido adúltero, toma las riendas del poder con mayor benevolencia y comprensión, pero esto no cambia en absoluto las condiciones sociales de la mayoría. América se dibuja como el paraíso de la libertad.

Películas como ésta o como América, América de Elia Kazan permiten al espectador conocer los esfuerzos titánicos que ha realizado el hombre para conseguir el estatus actual; muchos ignorantes, decía el historiador francés Pierre Vilar, creen que las cosas siempre han sido como ellos las ven ahora, pero el camino que el hombre ha recorrido ha sido largo, tortuoso y lleno de obstáculos. Lasse enseña a su hijo el valor de la limpieza y la corrección en el vestir, pero el trabajo que realizan les obliga a ir sucios y sin ropa interior la mayor parte del tiempo, en el que están realizando los trabajos más duros y anti-higiénicos o recibiendo azotes por doquier. Al final del recorrido el público siente que si algo fallara en los proyectos de alcanzar la libertad, sería imposible volver a iniciar la aventura. Si  vemos este film el mismo día que In side job de Charles Ferguson podremos entender que la última jugada del destino ha sido la peor de todas y supone un desprecio total y absoluto a la lucha  de tantos hombres y mujeres por salir de la ignorancia y la miseria a la que unos pocos los someten. No es un título que podamos elegir para pasar una buena tarde, pero si nos sirve para conocer un poco más los orígenes de las ricas economías del norte.

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