Pat Garret y Billy The Kid. Sam Peckinpah.





Ficha técnica: 


Título original:  Patt Garret and Billy de Kid.
País: USA.
Año: 1973
Duración: 122 minutos.

Dirección: Sam Peckinpah.
Guión: Rudolph Wurlitzer. 
Casting Patricia Mock.
Director de Fotografía: John Coquillon, B.S.C..
Música: Bob Dylan.
Editores: Roger Spottiswoode, Carth Graven, Robert L. Wolfe, A.C.E.
Director artístico: Ted Haworth.
Decorador del set: Ray Moyer.
Efectos especiales: A.J. Lohman.
Sonido: Charles M. Wilborn

Maquillaje: Jack P.Wilson

Producción: Gordon Carroll-Sam Peckinpah
Production. Compañías: Warner Bross Pictures, MGM


Intérpretes: 


James Coburn: Patt Garret ,
Kris Kristofferson: Billy 'El Niño',
Bob Dylan: Alias,
Richard Jaeckel:  Sheriff Kip McKinney.
Katy Jurado: Mrs. Baker.
Chill Wills: Lemuel
Barry Sullivan: Chisum.
Jason Robards: Gobernador Wallace.


Sinopsis:



Son amigos íntimos y los peores enemigos. Uno es Billy el Niño (Kris Kristofferson), quien impone su propia ley. El otro representa a la ley, es el sheriff Pat Garret (James Coburn), que una vez cabalgó junto a Billy.

Con una emocionante banda sonora de la mano de Bob Dylan, que hace el papel de Alias,  compañero de Billy, y con algunos actores iconos del   western, la saga de Sam Peckinpah sobre una  de las mayores leyendas del oeste se presentan con una magistral restauración para el disfrute de todos.


Comentario:


El hombre que no conoce su historia está  obligado a repetirla, dijo Santayana. La historia no se repite nunca en las mismas condiciones, el hombre  evoluciona a pesar de todo y de todos. El lector de este blog conoce la intención que nos anima por descubrir qué ventana a la experiencia nos quiere abrir cada autor/director en sus diferentes realizaciones, aportaciones intelectuales que se suman  a los  conocimientos que   quien escribe y los que nos siguen  poseen de antemano . Sam Peckinpah nos muestra un mundo en decadencia  a causa del desarrollo de la ciencia y la tecnología; la construcción del ferrocarril, que se benefició de la invención de la máquina de vapor, no sólo acortaba las distancias y facilitaba la comunicación y transporte de mercancías, pasajeros y  ejércitos, cercaba los poderes feudales de caciques a los que beneficiaba el aislamiento, y se llevaba todo un mundo de pistoleros, vagabundos, sheriffs , funcionarios ocasionales,  a los que daba autoridad una simple  estrella, que se daba o se quitaba arbitrariamente, regentes de bares de copas, etc. Uno de las secuencias más emotivas del cine en la que se representa el crepúsculo de estos dioses, la consigue el director de Grupo salvaje, con las imágenes del sheriff Baker. Patt Garrett  había ofrecido  una pieza de oro al representante de la ley, el Sheriff Baker, que  construía una barca para huir de esas tierras hostiles. Nunca la utilizaría, el último tránsito lo iba a hacer en la postrera barca de Caronte; tras un enfrentamiento con ladrones de ganado (abigeato) al que había acudido su esposa, (Mrs. Baker, interpretada por Katy Jurado),  un primer plano del rostro de ésta, al ver a su marido herido de muerte, reune todo el amor,la  tristeza, el dolor y la compasión que es capaz de sentir un ser humano.

Patt Garret, antiguo pistolero y camarada de Billy, actúa como un ángel exterminador, que  cumple inexorable su  misión y escribe su epitafio sobre un mundo del que él mismo forma parte. La ejecución del bandido no satisface a nadie, incluido su propio ejecutor, al que la vejez había derrotado y  había puesto al servicio de los dirigentes corruptos de la ciudad de Lincoln, la mayor cesión de principios entre los que militaban en su grupo. Billy  optó  por el riesgo, por una vida al margen de una  ley corrupta, y  antepuso  su dignidad a la realización de cualquier trabajo al servicio de los grandes. El mismo acto, persecución y asesinato de un hombre, podía  conllevar la horca o un salario; Pat Garret optó por el salario, pero no pudo  evitar que el nuevo mundo lo devorara como el hizo con Billy 'El Niño'. La diferencia  reside en que a él lo mató un sicario, mientras él ejecutó  al camarada  y asesinó con  él a sus principios, ante la mirada triste y censora de los miserables rebeldes que crearon la leyenda del joven muerto. La crisis de su universo material y espiritual le llegó a Billy en el comienzo de su vida, pletórico de ilusiones, con la actitud desprevenida y confiada de la juventud; Patt estaba en el ocaso y sólo aspiraba a una vida tranquila y sin preocupaciones, algo que nadie puede garantizar.  Mediante el recurso a un  flashforward con el que se abre el film, se informa al espectador de que Garrett no disfrutó de esa vejez añorada, sino que murió asesinado camino de Near Las Cruces, en Nuevo Méjico, en 1909, aunque no deja claro si el representante del gobernador, que le ayudó a matar a Billy estaba implicado en la acción; un corte oportuno da lugar a una edición ambigua.

En tiempos de injusticia y tiranía, cuando la ley oprime al pueblo, el forajido ocupa su lugar. Este lema que preside Robin Hood de Ridley Scott, es perfectamente trasladable a cualquier época en la que se dan estas condiciones. La peligrosidad de Billy The Kid no era mayor que la de los grupos mafiosos que actuaban en  los estados del sur, a los que nunca se sometió. Hoy estamos viviendo circunstancias un tanto inquietantes, en las que el liberalismo socava los cimientos de una sociedad del bienestar y amenaza por llevarse por delante conquistas obtenidas tras años de lucha por el hombre, desde los tiempos de  Billy  'El Niño', que crearon  un marco de cierta seguridad: funcionarios seleccionados en procesos  previstos por la ley, derecho a pensiones, prestaciones por desempleo, financiadas por los  propios trabajadores... Que nadie se llame a engaño, funcionarios siempre ha habido y siempre habrá, porque su trabajo es necesario para que los países 'funcionen', cada día se pueda viajar, abrir las persianas de las tiendas, trasladar mercancías, curar enfermos, etc.; la cuestión es cómo los preferimos, si elegidos por los caciques, como el sheriff y el marshall que representa Patt Garret, u hombres formados que tienen que rendir cuentas ante la sociedad en general. Hoy son otra vez las nuevas tecnologías las que están dando lugar a un mundo diferente, global, pero de momento sin regular, en el que los 'bandidos' se mueven como pez en el agua. ¿Cuales son sus armas? ¿Cuatro ridículos rifles? Ahora se puede destrozar miles de familias , separadas de cualquier tipo de propiedad por un montón de años de hipoteca, sin tan siquiera dar la cara, y en caso de necesidad los poderosos disponen de armas muchos más potentes de las que nadie en el  siglo XIX pudo imaginar. Pat Garret y Billy The Kid nos habla del fin de una época, y el comienzo de una revolución industrial que nos ha llevado hasta donde estamos, y nos obliga a reflexionar sobre nuestro futuro. Algo tendrán que decir los lectores y algo espero que digan, bien como praxis catártica, bien  para colocar al cine en el lugar que se merece. Sam Peckinpah se caracteriza por el uso de esas cámaras lentas que nos hacen detenernos y contemplar de frente a la muerte, ya sea de un hombre o de una gallina, por cuyos cuerpos fluye esa sangre/pintura tan roja. Western  crepuscular para retratar un tiempo  crepuscular, en el que los actores no tenían plena conciencia de  que su mundo se estaba desmoronando. ¿Nos sucede ahora lo mismo? Os animo a reflexionar.


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