El Padrino III. Francis Ford Coppola







Ficha técnica:

Título original: The Goodfather III.
País: USA.
Año: 1990.
Duración: 163 minutos.
Dirección: Francis Ford Coppola.
Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola.
Casting: Janet Hirshenson, C.S.A., Jane Jenkins, C.S.A. y Roger Mussenden, C.S.A.
Dirección de Fotografía: Gordon Willis, A.S.C.
Edición: Barry Malkin, Lisa Fruchtman y Walter Murch.
Vestuario: Milena Canonero.
Música. Composición y dirección: Carmine Coppola. Musica adicional y temas de Nino Rota.
Producción: Francis Ford Coppola.
Productor asociado: Marina Gefter.
Diseño de producción: Dean Tavoularis.
Productor ejecutivo: Fred Fuchs  y Nicholas Gage.
Co-producción: Fred Ross, Gray Frederickson y Charles Mulvehill.
Paramount Pictures

Dedicada a Charlie Bluhdorn.

Intérpretes:

Al Pacino: Michael Corleone,
Diane Keaton: Kay Adams,
Talia Shire: Connie Corleone Rizzi,
Andy García: Vincent Mancini,
Eli Wallach: Don Altobello,
Joe Mantegna: Joey Zasa,
George Hamilton: B.J.Harrison,
Bridget Fonda: Grace Hamilton,
Sofia Coppola: Mary Corleone,
Raf Vallone: Cardinal Lamberto,
Franc D'Ambrosio: Anthony Corleone,
Helmunt Berger: Frederick Keinszig,
John Savage: Andrew Hagen
Al Martino: Johnny Fontane.

Premios:

 1990: 7 Nominaciones al Oscar, incluyendo película, director y actor de reparto (García)
 1990: 2 Nominaciones a los Premios Razzie: Peor actriz sec. (Coppola) y peor nueva estrella Sinopsis

Sinopsis:

A sus 60 años, Michael Corleone se siente atenazado por por la culpabilidad de su trayectoria y planea que la familia y su imperio se coniertan en un negocio legal. Francis Ford Coppola explora de manera magistral temas como el poder, la tradición, la venganza y el amor.

Comentario.

La tercera entrega de la saga decae respecto a las dos anteriores, debido al agotamiento de la  epopeya épica de la acumulación pre-capitalista protagonizada por unos hombres que, procediendo de la miseria, ascendieron en la escala social y llegaron  a la cumbre, que sólo  ocupan unos cuantos empresarios entre los que se encuentra la Banca Vaticana, cuyos procedimientos no difieren mucho de los del hampa, aunque el hecho de pertenecer a segundas generaciones permite que se olvide su oscuro pasado. La incorporación al elenco de Andy García, un actor más joven que Brando, De Niro o Al Pacino, impone una nueva forma de hacer y actuar,un intento de vuelta a un pasado que ya no se producirá, olvidando la máxima de Carlos Marx de, que 'la historia se da primero como drama y luego como farsa'. La historia del crimen organizado se sigue escribiendo, con letras más gruesas, por hombres que han nacido en sociedades más desarrolladas y comercian con productos más nocivos y armas más peligrosas.

El ciclo se cierra donde se inició, en Sicilia, la patria chica del Comendatore Michael Corleone,  premiado por la Iglesia con su ingreso en la Orden de San Sebastián , en una tierra de la que se vieron forzados a huir sus progenitores. Termina sus días fracasando  en el intento de regenerar el nombre  de los Andolini, llamados Corleone gracias a un error de un funcionario de aduanas norteamericano, y preparar un imperio legal para su familia, una utopía inalcanzable en un mundo podrido y corrupto. En el trayecto pierde a las mujeres que más amó: su esposa americana, su mujer italiana y su hija María, interpretada por la propia hija de Coppola, Sofía, directora de gran talento. La historia de amor entre Vincent Mancini (Andy García), hijo de su hermano Sonny y María carece de la intensidad y credibilidad de las de Vito o Michael.

Michael Andolini Corleone no abandona sus negocios, que aunque tienen vocación de legales no están exentos de  un  lado oscuro: la relación  con empresarios que basan su éxito en políticas populistas  y  exigen para  su entrada en el club  el  dinero suficiente para cubrir los agujeros que deja la corrupción,  ejemplificada por  el escándalo, con nombres ficticios,  que protagonizó el Cardenal Marzinkus, director de la Banca Vaticana y la sospechosa muerte de un papa al mes de ser elegido por el cónclave, que ha protagonizado algunos relatos cinematográficos. La piedra que encuentra en su camino, no procede tanto de los teóricamente honrados defraudadores, como de los miembros de la Cosa Nostra que se mezclan con ellos y  que exigen la colaboración de su fratelli para blanquear los beneficios del crimen organizado. La factura que paga por cambiar de máscara es demasiado alta: el fracaso de todo su proyecto vital, que carga con el asesinato de su propio hermano Fredo. Los mafiosos ganan la batalla, victoria que avala la máxima de Corleone: "Quien construye sobre el pueblo, construye sobre el barro". La crisis se llevó por delante a muchos de los implicados, dentro y fuera de la organización, pero dejó ileso el tronco en el que empezaron a crecer los brotes de una nueva delincuencia.

El Padrino III se adentra en el fucionamiento de los clubes de negocios, de los financieros que invierten en inmobiliarias, la bolsa o IBM, y las relaciones peligrosas que establecen entre ellos, pero pierde en epicidad,  dramatismo y profundización en la psique de los personajes, lo que gana en la descripción documentalista del mundo de los negocios 'legales'. Quizás decepciona por esta razón, porque rompe con el espíritu de la saga; Michael no tiene una muerte heroica, no es víctima de las pistolas que tantas veces dirigió contra otros. Muere viejo, solo y desengañado, con la única compañía de dos o tres perros tan ajados como él, olvidado por todos los que un día lo amaron o lo temieron.




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