2012. Roland Emmerich

Ficha técnica:

Título original:

País: EE.UU.

Año: 2009.

Duración: 158 minutos.

Dirección: Roland Emmerich.

Guión: Harald Kloser y Roland Emmerich.

Casting: April Webster, CSA.

Vestuario: Shay Cunliffe.

 Música: Harald Kloser y Thomas Wander.

 Producción: Harald Kloser, Mark Gordon y Larry Franco.

Productores ejecutivos: Roland Emmerich, Ute Emmerich, Michael Wimer.

Co-productores: Volker Engel, Marc Weigert, Aaron Boyd.

Director de Fotografía: Dean SSemler, ACS, ASC.

Diseño de producción: Barry Chusid.

Edición: David Brenner, ACE, Peter S.Elliot.

Columbia  Pictures/ Centropolis Production.

Intérpretes:

John Cusack:: Jackson Curtis,

Chiwetel Ejiofor: Adrian Helmsley,

Amanda Peet: Kate Curtis,

Oliver Platt: Carl Anheurser,

Thandie Newton: Laura Wilson.

Tom McCarthy: Gordon Silberman.

George Segal:  Tony  Delgatto,

Danny Glover: President Thomas Wilson,

Woody Harrelson: Charlie Frost: ,

Liam James: : Noah Curtis,

Morgan Lily: Lilly Curtis

Blu Mankuma : Harry Helmsey.

Sinopsis:

Sinopsis: 2012 muestra el fin del mundo, que se enfrenta a una catástrofe apocalíptica. Las ciudades se derrumban y lo continentes se hunden, mientras los hombres luchan por su supervivencia.

 Comentario.

 Roland Emmerich es el cineasta de lo apocalíptico, que usa las nuevas tecnologías para representar la destrucción del mundo material que ha construido el hombre a lo largo de siglos, sintiendo especial placer por mostrar al espectador un espectáculo extraordinario: la caída de los edificios,  monumentos  y parajes más emblemáticos de la cultura mundial: Torre  Eiffel, Estatua de la Libertad. Hawai, monasterios del Tibet, el Vaticano o el Air force One.

No se incide en las causas del calentamiento de la Tierra, ni tiene mayor interés de profundizar en ninguna en concreto. Cada 650.000 años se produce una conjunción de los astros que incide en la geomorfología terráquea, y la catástrofe  actual  llega  en un  momento en que la economía se ha globalizado y los hombres de todas razas y naciones  colaboran en proyectos on line. Todo parece indicar que estamos ante un pronóstico, sino de fin del mundo, si de destrucción de una humanidad culpable, en la que en vez de una hay tres arcas de Noé, con sus  animales, obras de arte y un montón de hombres, seleccionados no por sus virtudes, sino por su nivel adquisitivo y conocimiento científico. La tierra prometida es en esta ocasión el Cabo de Buena Esperanza, que se ha elevado unos cuantos miles de metros. Llegados al nivel tecnológico en que estamos, ¿Qué organización social puede surgir de un grupo de hombres acostumbrados a mandar o a realizar trabajos en laboratorios y oficinas? ¿Volverán a situaciones como las que refleja El planeta de los simios? Es difícil  imaginar a los hombres y mujeres de Emmerich cultivando los campos y cuidando de los animales. Carece de verosimilitud

Lo más provocador e interesante del film es el placer iconoclasta del  director de destruir lo que la sociedad venera como sagrado, y mostrar los millones de toneladas de residuos y  cosas inútiles que acumulamos. Estas aventuras bíblicas no tienen espacio en el mundo actual, y resulta descarado 'matar' a la nueva pareja de  la ex-esposa de John  Cusack,  para reunir de nuevo a la familia; el film 'políticamente correcto', trata bien al amante, para fnalmente deshacerse de él.

Un dato de interés lo ofrece la primera secuencia del film, en la que un grupo de ciudadanos se manifiestan delante de La Casa Blanca, pidiendo la condonación de las deudas en vísperas del mayor desastre imaginable. ¿Es una premonición? Algunos cineastas explican la crisis (Ferguson, Oliver Ston, J.C. Chandor,  Jason Reitman o   John Wells ), otros, como Roland Emmerich, pronostican el Apocalipsis.