La noche de la iguana. John Huston.










Ficha técnica:

Título original: The night of the iguana.
Pais:USA.
Año: 1964.
Duración: 113 minutos, aproximadamente.
Dirección: John Huston.
Guión: Anthony Weiller y John  Huston,  basado en la obra de Tennessee Williams,  adaptado por The Charles Bowden-Two Rivers enterprises Inc. Stage Production.
Director artístico: SStephen Grimes.
Edición: Ralph Kemplen.
Sonido: Basil Fenton-Smith.
Dirección de Fotografía:  Gabriel Figueroa.
Música, composición y dirección: Benjamin Frankel.
Script: Angela Allen.
Vestuario: Dorothy Jeakins.
Peluquería:  creada por Sidney Guilaroff y ejecutada por Agnes Flanagan, C.S.A.
Producción: John Huston y Ray Stark Production.
Productor ejecutivo: Abe Steinberg.
Productor asociado: Alexander Whitelaw.
Productor manager: Clarence Aurist.
Metro Goldwyn Mayer & Seven Arts Productions.


Intérpretes:

Richard Burton: Reverendo, doctor T.Lawrence Shannon.
Ava Gadner: Maxime Faulk,
Deborah Kerr: Hannah Yelkes.
Sue Lyon: Charlotte  Goodall,
James Ward:  Hank Prosner.
Grayson Hall: Judith Felowes,
Cyril Delevanti: Nonno,
Mary Boylan: Miss  Peebles.

Sinopsis:

En una lejana ciudad costera mejicana, un sacerdote episcopal que ha perdido la fe en la lucha para enderezar su católica existencia. Las mujeres- una desenfrenada propietaria de un hotel, una artista etérea y una malintencionada adolescente de ojos ardientes-, pueden ayudar a salvarlo o a destruirlo.

Con un reparto extraordinario encabezado por Richard Burton, Ava Gadner y Deborah Kerr, dirigido por el legendario realizador John Huston y con un apasionado guión, basado en la aclamada obra de teatro de Tennessee Williams, La Noche de la Iguana es una comedia negra, con geniales diálogos, donde se desatan conflictivas pasiones, todo ello aderezado con un toque de humor lleno de complicidad. Ganadora de un premio de la Academia, al mejor vestuario, y cuatro nominaciones, la película explora el lado oscuro del alma de un hombre, e ilumina la diferencia entre los sueños y la vuelta a la realidad.

Comentario

Las noches de la Iguana es una de las películas más valientes de la historia del cine en lo que respecta al análisis de las relaciones humanas, realizada por el cineasta más representativo de la generación que sufrió durante su juventud la  Segunda Guerra Mundial, y a la que Gertrud Stein llamó 'Perdida': John Huston que  hace  un alegato  a favor  de la moral laica, no atea, como  señala Maxime, que arrebató a la religión la defensa del ser humano por encima de otros intereses. Los mimbres con los que teje sus historias son los personajes, cuyo perfil ya se ha hecho explícito al espectador mucho antes de que los diálogos confirmen ciertas sospechas.

El Doctor Shanon (Richard Burton)  es un reverendo insatisfecho, alcoholizado y enganchado al diablo azul, parafraseando a   Miss Yelkes (Deborah Kerr), que explota ante la hipocresía de la sociedad en varias ocasiones desde la primera secuencia en la que tira de la Iglesia a los feligreses. Apartado momentaneamente del sacerdocio, el determinismo que caracteriza la obra de Huston, impide que emprenda un camino alternativo al que le ha marcado, el de  guía de una agencia de viajes,  y la tentación aparece en forma de una joven 'Lolita', Charlotte (Sue Lyon),   cuyos coqueteos de niña malcriada  provocan las iras de su profesora de canto, convertida en tutora, la Srta. Fleowes. La llegada al hotel regentado por   Maxime (Ava Gadner) provocará la resolución de todos los conflictos, con la ayuda de una especie de ángel Hannah Yelkes, (Deborah Kerr=,  una pintora que viaja con su abuelo-poeta.

Huston confronta la vida, con todas sus posibles desviaciones y  errores, a la malicia, el chismorreo y la ocultación que provoca tantas víctimas, entre ellas el propio acerdote, que llega a andar entre vidrios para sofocar la tentación. La doble moral está representada por  la profesora de canto, que en realidad está enamorada de Charlotte y no puede sufrir la competencia de cualquier hombre o mujer, encubriendo sus deseos con  denuncias en los juzgados y en las empresas en las que trabaja el reverendo de crímenes que sólo existen en su imaginación. Maxime (Ava Gadner) representa or el contrario la fuerza incontenible de  la sensualidad, de la inocencia  perdida y compartida con los pobres cazadores de iguanas, que protagoniza la secuencia más celebrada y notable del film en el que se baña  de noche en el mar con dos jóvenes nativos, con los que satisface sus necesidades sexuales, ante la incapacidad de un marido veintiocho años mayor que ella, que comprende y tolera la actitud de su mujer.

La Srta.Yelkes no comprende que Richard Burton haga callar a Maxime cuando  ésta está poniendo a Fleowes ante el espejo de sus deformaciones y perversidades, como él tampoco entiende que la mujer haya tenido una relación extraña con un fetichista. Yelkes resume en su respuesta el espíritu que anima el film de Huston: "Nada que sea humano me repugna, salvo la violencia y la grosería. La aceptación de la vida es el primer requisito para vivirla". El retroceso que se está produciendo en la libertades hace difícil que hoy pudiéramos ver un film como el de Huston; vemos, es verdad, muchos más desnudos y sexo explícito en nuestras pantallas, pero en muchas ocasiones sólo responden a la necesidad de   satisfacer la escoptofilia y el voyeurismo de los espectadores, sin cuestionar tan duramente la sociedad, su doble moral y su hipocresía.


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