Lo mejor es lo malo conocido (Ricos y extraños) Alfred Hitchcock














Ficha técnica:

Título original: Rich and Strange.
País:Reino Unido.
Año: 1931.
Duración:  83 minutos.
Adaptada y dirigida: Alfred Hitchcock.
Guión: Alma Reville y Val Valentin
Decorados: C. Wilfrod Arnold
Dirección de Fotografía: John Cox, Charles Martin.
Escenario: Alma Reville, Val Valentine.
Director artístico: G. Wilfred Arnold.
Música: Hal Dolphe. Director musical: John Reynders.
Sonido:  Alex Murray.
Edición: Rene Marrison y Winifred Cooper.
Productor: John Marwell.
 Estudios: Elstree. Exteriores: Marsella, Port-Said, Colombo, Suez. Producción: British International Pictures Limited. Distribución: Wardour Films Ltd.

Intérpretes:

Henry Kendall: Fredy Hill,
Joan Barry: Emily Hill,
Betty Amann: la princesa,
Percy Marmont: Gordon,
Elise Randolph: la solterona.

Sinopsis:

El contable Fred Hill y su esposa Emily darían lo que fuera por llevar una vida distinta a su monótona existencia como familia de clase media. Cuando un tío suyo les regala una gran cantidad de dinero, emprenden un largo viaje por todo el mundo. A lo largo de la travesía habrá de todo, diversión, conflictos y un misterio por resolver.

Comentario:

La cinta no tuvo buena crítica, hecho que el autor achaca a la elección de los actores, poco convincentes, y a los personajes  mal diseñados, y  pasa muy por encima de ella, aunque a Truffaut le parece deliciosa. Si algo caracteriza esta película es el pragmatismo y  la aceptación de la rutina y la vida desapasionada, espíritu que, por una vez, captó muy bien el título español: Lo mejor es lo malo conocido.

En el crucero  que los esposos realizan por todo el mundo, ambos conocen personas extraordinarias que pueden dar un giro a sus vidas. La rendición de Fred no tiene mérito, pues es objeto de un engaño, pero la renuncia de Emily está cargada de sentido: ama a Gordon, pero identifica a la esposa con la madre, que no puede dejar indefenso a su hijo. La mujer buena e inocente  es rubia, la peligrosa morena, como no podía ser de otra forma tratándose de Hitchcock. El destino de Emily es la maternidad, tanto del marido como del futuro hijo, que de momento había sustituido por un gato negro al que malcriaba.

Frente a este modelo de mujer pura e inocente, el tráfico en  los pasillos de la primera clase es constante e implica tanto a las mujeres como a los hombres. El maltrato de la solterona, de aspecto deplorable y de carácter entrometido e inoportuno es deplorable; el cine se convierte con frecuencia en una crónica de un momento deerminado, que visto desde la perspectiva actual pierde parte de su significado. Mujeres y hombres ridículos hay y siempre habrá, pero esta característica  ya no se  puede asociar al estado civil de las personas, pues muchas mujeres deciden no casarse nunca en la actualidad.

El mayor interés de la película reside en que es uno de los primeros filmes que realizó el maestro del suspense en cine sonoro, abundando los largos diálogos y las voces en off para contentar a un público que estaba cansado de ver gesticular a unos actores de cuyas gargantas no salía ningun sonido, lo que suplían con una mayor expresividad e incluso histrionismo. El cine iba avanzando en la construcción del  mito de Frankenstein de que habla Noël Burch.

En la primera secuencia denuncia la alienación e insatisfacción que produce el trabajo reiterado e inhumano de los miles de oficinistas que trabajaban en los grandes rascacielos y volvían  a sus hogares apiñados en los metros. Los personajes no pertenecen a las clases altas, como en la mayor parte de los filmes de Hitchcock, sino a clases medias, que soportaban la Gran Depresión de 1929, y que hoy consideraría privilegiadas por disfrutar de un empleo. Estaban tan acostumbrados a sus miserables vidas, que ni tan siquiera eran capaces de sacar provecho de la aventura de recorrer el mundo, un sueño antiguo representado por la fotografía de un buque de recreo que presidía su salón. La vuelta a lo cotidiano les da seguridad.









Lo mejor es lo malo conocido

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