Pi. Fe en el caos.Darren Aronofsky.






Ficha técnica:


Título original: Pi: Faits in Chaos.
País: EE.UU.
Año: 1998.
Duración: 86 minutos, aproximadamente.

Dirección: Darren Aronofski.
Guión: Darren Aronofsu, Sean Gullette, Eric Watson.
Casting: Denise Fitzgerald.
Score músical original: Clint Mansell. Supervisor: Sioux Zimmerman.
Dirección de Fotografía: Matthew Libatique.
Edición: Gren Sarch. Edición: Oren Sarch.

Productor: Eric Watson.
Productores ejecutivos: David Godbout, Tyler Brodie, Jonah S.Smith.
Co-Productor: Scott Vogel.
Diseño de producción: Matthew Maraffi.
Compañías poductoras y distribuidoras: Artisan Entertainment, Harvest Filmworks Truth & Soul Plantain Films, Filmtel.


Ficha artística: 


Sean Gullette : Maximilian Cohen,
Mark Margolis: Sol Robeson
Ben Shenkman: Lenny Meyer,
Pamela Hart: Marcy Dawson,
Stephen Pearlman: Rabbi Cohen
Samia Shoaib: Devi,
Ajay Naidu: Farrouhk,
Joanne Gordon: Mrs. Ovadia.


Sinopsis:


Max es un brillante matemático que está  a punto de dar con el descubrimiento  más importante de su vida: la decodificación del sistema numérico que rige el aparente caos del mercado bursátil. Pero primero ha de encontrar el valor del número Pi. Mientras se acerca a la verdad, y afectado periódicamente por unas terribles jaquecas, Max es acosado por una agresiva firma de Wall Street y una secta judía que pretende descifrar los secretos ocultos tras los textos sagrados. Todos ansían apropiarse del inminente hallazgo del obsesionado matemático, que sobrevive gracias al consumo de todo tipo de tranquilizantes y analgésicos.

Crítica:


Film  de culto, vanguardista en la forma y en el fondo. Darren Aronofsky (El luchador, Cisne negro...), recibió el premio al Mejor Director  en el Festival de Sundance de 1998  por esta película, filmada en blanco y negro, con un fuerte claroscuro, y texturas con grano. Los espacios agobiantes, repletos de artilugios informáticos primitivos y un tanto surrealistas, puertas con cerrojos y grandes mirillas que comunican a Max con el exterior, contribuyen a reforzar la imagen del  matemático que enloquece buscando el modelo  que debe regir en las transacciones de  Wall Street. Parte del hecho de   que estamos constituidos por espirales, vivimos en una galaxia que es una gran espiral, por lo tanto  todo lo que tocamos está imbuido por la espiral. De esta reflexión deduce que las crisis cíclicas de la bolsa tienen necesariamente que responder a ese modelo que hemos citado, que si se llegará a determinar y entender pondría un instrumento muy eficaz en manos de su poseedor. Pero su trabajo no conduce al orden, sino al caos, a la nada más absoluta y a la destrucción del hombre,  empeñado en  encontrar la fórmula de un movimiento que tiene repercusiones a escala global.

Max se codea, por diferentes razones que sólo podemos intuir visualmente, con gentes de todos los continentes: chinos, africanos, musulmanes, negros y blancos norteamericanos.. o  judiíos, que también ansían la formula para 'llegar a Dios' y aumentar el poder de los elegidos. ¿Hay alguna razón que justifique estas crisis que se repiten periódicamente, o reina la anaquía en el capitalismo? Ese es el interrogante que queda en el aire, de una de las cintas más raras y surrealistas que se ha hecho recientemente, con resonancias de Buñuel y  ciertas representaciones que lo asocian con el cine mudo.


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