Van Helsing. Stephen Sommers.

Ficha técnica:

Título original: Van Helsing.

País: Estados Unidos.

Año: 2004.

Duración: 131 minutos.

Dirección: Stephen Sommers (In memoriam de su padre).

Casting: Priscilla John, CDG, Ellen Lewis, Joanna Colbert.

Música: Alan Silvestri.

Dirección  de Fotografía: Allen Daviau, A.S.C.

Edición: Bod Ducsay y Kelly Matsumoto.

Producción: Stephen Sommers y Bob Ducsay.

Productor ejecutivo: Sam Mercer

Diseño de producción: Allan Cameron.

Vestuario: Gabriella Pescucci, Carlo Poggioli.

Maquillaje especial: Greg Cannom.

Supervisor efectos visuales: Ben Snow y Scott Squires.

Supervisor animación: Daniel Jeannette.

Universal Pictures.

Intérpretes:

Hugh Jackman: Van Helsing,

Kate Beckinsale: Anna Valerious,

Richard Roxburgh: Conde Vladislaus Dracula,

David Wenham: Carl,

Shuler Hensley: Monstruo de Frankenstein,

Elena Anaya: Aleera,

WWill Kemp: Elkan Valerious,

Kevin J. O'Connor: Igor,

Alun Armstrong: Cardenal Jinette,

Silvia Colloca: Verona,

Josie Maran: Marishka,

Samuel West: Dr. Victor Frankenstein,

Tom Fisher: Top Hat,

Robbie Coltrane: Mr. Hyde,

Stephen H. Fisher: Doctor Jekyll.

Sinopsis:

Van Helsing, el legendario cazador de monstruos, es enviado por el Vaticano a la lejana Transilvania, una región aterrorizada por el poderoso Conde Drácula  (Vladislau Dragulia), uniendo sus fuerzas a una valerosa princesa gitana, que está decidida a poner fin a un antigua maldición que pesa sobre su familia derrotando al infame vampiro.

Comentario.

Stephen Sommers (La Momia, El regreso de la Momia), realiza un film abigarrado y barroco, tanto visual como discursivamente, en el que como afectado por un horror vacui no deja un espacio en blanco en sus decorados, por los que transitan todos los monstruos que generó la literatura romántica  del siglo XIX, (Bram Stoker, Mary Shelley, Polidori, Robert Louis Stevenson...)  una amalgama de  terror, romanticismo  alimentado por la evocación  de espacios gótico-medievales, y el amor intensificado por la cercanía de la muerte. Estos escritores  ubicaron sus demonios en la Edad Media, la era de la oscuridad, (Drácula 1422-1462), en la que monjes o frailes, como Carl (David Wenham), custodiaron en los conventos el saber y la ciencia, copiaron textos de los sabios greco-latinos y los ocultaron a la sociedad, lo que favoreció el nacimiento de mitos  secundarios y de creaciones fantásticas de magos capaces de producir oro o de dar la vida a los muertos, utilizando la fuerza eléctrica de las tormentas. La lucha entre la ciencia y Dios comienza su andadura.

Frankenstein y su monstruo, Drácula, el Hombre-Lobo o el Doctor Jekyll y Mr. Hayd se desplazan realizando metamorfosis constantes o perdiendo miembros en los combates, en medio de un ejército  de criaturas creadas por la imaginación del hombre, con el único límite que pone la tecnología, escaso según Scott Squire, y que proporcionan el divertimento  de un público que busca la aventura y la evasión. Van Helsing se mueve y dispara como un pistolero del oeste, con su guardapolvos y sombrero, cabalgando en ocasiones sobre  el flanco de su caballo,desafiando a los monstruos clásicos,  y  Kate Beckinsale adopta el look de un gótica-punk, con sus amplios cinturones de cuero y los labios pintados del color rojo oscuro de la sangre, buscando la conexión con el público joven que llena las salas. En la incorporación de efectos especiales se recurrió a la combinación de  procedimientos tradicionales, como maquetas, y  técnicas más sofisticadas de la moderna tecnología informática, incluida la captura de movimiento para la representación del gigante Mr.Hyde. El resultado es espectacular y muy entretenido, aunque algunos sectores de la crítica la hayan considerado una película tonta, que no obstante saca pecho en la defensa de las víctimas inocentes, que naciendo 'puros', han acabado en el lado oscuro, empujados por los poderosos,  y son objeto de las iras de la Iglesia, como el hombre-lobo, cuya transformación es reversible, o el monstruo de Frankenstein, al que el director salva de la extinción y le da una oportunidad de seguir viviendo.

Magnífico diseño y  ambientación de los títulos de crédito finales, que conecta con la estética de un film que debe realizar un esfuerzo para conectar a tres monstruos a través de Van Helsing, nacido de la imaginación de Bram Stoker y que aquí se independiza de su autor. El peso de estos personajes literarios en los adictos al género de terror, literario o cinematográfico, provoca estas lógicas protestas.