Cosmopolis. David Cronenberg.







Ficha técnica:

Título original:
País:  Canadá y Francia.
Año: 2012.
Duración:  108 minutos.
Dirección: David Cronenberg.
Guión: David Cronenberg, basado  en la novela de Don DeLillo.
Dirección de Fotografía:  Peter Suschitzky.
Música: Howard Shore.
Diseño de producción: Arinder Greywal.
Vestuario: Denise Cronenberg.
Producción:  Paulo Branco, David Cronenberg y  Martin Katz.
Compañías:


Intérpretes:

 Robert Pattinson :Eric Packer,
 Paul Giamatti :Benno Levin,
 Juliette Binoche :Didi Fancher,
 Sarah Gadon :Elsie,
 Samantha Morton :Vija,
 Mathieu Amalric :André,
 Jay Baruchel :Shiner.

 Sinopsis:

 Eric Parker, (Robert Pattinson ), el chico de oro de las finanzas, vive las veinticuatro horas mas asfixiantes de su imperio económico con una obsesión: que le corte el pelo su estilista, a cuyo establecimiento se dirige en su limusina blanca. A medida que avanza un día, en el que el Presidente de Estados Unidos visita la meca de los negocios, Manhattan, comienza a invadirle la obsesión de que va a ser asesinado, aunque no presiente dónde ni cuando. Su agobia a in crescendo  desde que se ve atrapado  en un atasco producido por diversos acontecimientos: la llegada del Presidente a la ciudad, el funeral de un ídolo de la música, el rodaje de una película y una violenta manifestación política.

Críticas.

El cine francés está copando altas cuotas de las pantallas de las salas de proyección, ahora Cronenberg, un cineasta canadiense de  formación francófona, uno de los principales exponentes de lo que se ha llamado horror corporal, juega fuerte y a ganar, convirtiendo a Robert Pattinson en el héroe de su fábula sobre el fin del capitalismo en el contexto de su primera y al parecer decisiva crisis global. En un momento en que todo puede cambiar algunos sólo se preocupan de su peluquero, o de unos papelitos que, si no se basan en la confianza, pueden perder todo su valor.
 
El realizador convierte a la limusina, símbolo del ensueño reciente de una economía sostenible, en la que se podía crecer y enriquecerse ilimitadamente, convirtiendo el film en una road movie de recorrido urbano, resultando simbólico el objetivo del movimiento y los riesgos que debe sortear el protagonista. Cronenberg opta por un estilo de ciencia ficción introspectiva, estática, de graduación imperturbable y fría tonalidad (Quim Casas).

Una película sin fisuras ni imperfecciones  pero que, a diferencia del libro, no deja de ser un diagnóstico frío, poco arriesgado, casi médico, del mundo actua al que le falta ese lirismo y esa vitalidad propias de las tragedias irremediables o de los cuentos esperanzados. (Aurélien Le Genissel. La limusina como paradigma. Dirigido por...Octubre 2012).




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