In my country. John Boorman.








Ficha técnica:

Título original: In my country.
País: Gran Bretaña/ Sudáfrica.
Año: 2004
Duración: 104 minutos aprox.
Dirección:John Boorman.
Guionista: Ann Peacock.
Productores: John Boorman, Robert Chartoff, Kieran Corrigan,  Lyn Hendee, Mike Medavoy.
Productores ejecutivos: Chris Auty, Sam Bhembe, Jamie Brown, Neil Pelpow, Duncan Reid, Mfundi  Vundla..

Intérpretes:

Samuel  L. Jackson : Langston
Juliette Binoche: Anna,
Brendan Gleeson: De Jager,
Menzi Ngubane: Dumi Mkhalipi,
Sam Ngakane: Anderson.

Sinopsis:

Langston Whitifield, periodista del Washington Post es enviado a Sudáfrica a cubrir  las vistas de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, en la que los asesinos y torturadores de la época del  Apartheid comparecen ante sus víctimas. Si dicen toda la verdad y se declaran arrepentidos, podrían obtener la amnistía.

Langston busca al Coronel De Jager, el torturador más conocido de la policía sudafricana, e intenta penetrar la mente de este monstruo, una experiencia que le obliga a enfrentarse a sus propios demonios.

Anna Malan es una poeta afrikaans que cubre las sesiones de la comisión para una radio. Como sudafricana de raza blanca, el testimonio de los horrores y aberraciones cometidos por sus compatriotas la deja profundamente trastornada. El desgarrador testiomonio de las victimas les afecta profundamente pero esta experiencia les ayuda a estrechar la relación.

Comentario.

Si el arte no tiene función carece de sentido, si seguimos el criterio de Arnold Hauser. O bien funciona como ese tren eléctrico con el que todo niño sueña, (Orson Welles) es decir ilusiona y entretiene, o abre nuevas ventanas al mundo como reclama Claude Chabrol. El film de John Boorman nos abre una nueva perspectiva acerca de cómo se realizaron las sesiones de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación en la República Sudafricana, cómo se entretejen los hilos de tal manera que es imposible separar el trigo de la paja sin sufrir heridas, dividiéndose las familias entre quienes se mancharon las manos de sangre y quienes lucharon por un mundo más justo.

La confesión de los crímenes que permitió a mucha gente recuperar los restos de sus familiares, fue seguida de una amnistia, excepto para los altos responsables del  último ejecutivo blanco, que fueron encarcelados. En algunos casos se logró  la  reconciliación, basada en el perdón de las víctimas a sus torturadores, que confesaron hechos terribles a sabiendas de que iban a ser perdonados, pero conllevó alguna que otra represalia contra informadores negros, que traicionaron a los suyos para salvaguardar la vida de sus familias.

El periodista del Wasingthon Post, Langston (Samuel L. Jackson), acaba entendiendo la  dificultad de restablecer la justicia, con procedimientos que tienen poco que ver con ella, pero al menos lo hicieron, lo que resulta muy triste reconocer. Para narrar estos hechos John Boorman optó por un modo de representación convencional, sereno y tranquilo, al que ayudan extraordinariamente los dos protagonistas, Samuel L. Jackson y Juliette Binoche, un trabajo muy convincente, dentro de un periodismo de guerra, que fomenta la solidaridad e incluso la atracción física entre sus miembros.



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