Tierra de sangre. Tom Hopper.

Ficha técnica:

Título original: Red  Dust.

País: Suráfrica.

Año: 2004.

Durción: 110 minutos.

Dirección: Tom Hopper.

Guión: Tro Kennedy Martin, basado en una novela de Gilliam Slovo 'Red Dust'.

Casting AS: Christa Schamberger ; Casting US: Pam Dixon.

Dirección de Fotografía:  Larry Smith.

Música: Robert Lane.

Edición: Avril Beukers ((S.A.G.E.)

Diseño de producción: Mark Wilby,

Productores: Ruth Caleb y David M. Thomson, Anant Singh, Helena Spring.

Co-productores: SSudhir Pragjee, Sanjeev Singh, Joe Oppenheimer.

Vestuario: Diana Cilliers.

DeAPLaneeta Home Entertainment.  Coproducción Suráfrica-Reino Unido; British Broadcasting Corporation (BBC)  &  Distant Horizon , Videovision Entertainment , Industrial Development Corporation of South Africa /, BBC Films

Intérpretes:

Hilary Swank:Sarah Barcant,

Chiwetel  Ejiofor: Alex Mpondo,

Jamie Bartlett: Dirk Hendricks,

Nomhle Nkonyeni: Mrs. Sizela,

Ian Roberts: Piet Muller,

Greg Latter: Mannie Bester,

Mawonga Dominic Tyawa: James Sizela, 

Marius Weyers: Ben Hoffman.

Sinopsis:

Thriller intenso que tiene lugar durante las audiencias de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica y su lucha decisiva para cerrar las heridas abiertas por las atrocidades del Apartheid.. La emocionante trama de esta película se centra en Alex Mpondo, miembro del Congreso Nacional Africano, al que se  sometió durante su encarcelamiento como preso político, y en la abogada de derechos humanos Sarah Barcant, interpretada por la ganadora del Oscar Hilary Swank, cuyas vidas cambian para siempre a partir de la audiencia realizada en la pequeña ciudad de Smitsriver.

Comentario:

 Red Dust    plantea el mismo tema que In my country de John  Boorman, el de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación creada en la República Sudafricana para conseguir un futuro en paz, que permitía a los torturadores pedir la amnistía con la condición de que si  los asesinos hacían una confesión integral de sus crímenes, jamás serían juzgados y condenados por ellos. Lo que diferencia ambas películas es que la protagonista de la obra de John Boorman , Anna  Malan ( Juliette Binoche) es parte de la sociedad blanca y está sometida a las mismas contradicciones, mientras que  Sarah Barcant , también blanca, decidió mucho tiempo atrás abandonar su país y refugiarse en un bufete de abogados, defensores de los derechos  humanos y contra los genoidios, en New York. El protagonista masculino no es un periodista del Wasinghton Post,  como el encarnado por Samuel L. Jackson, sino un miembro del CNA (Congreso Nacional Africano), un luchador contra el  Apartheid. En ambos casos se insiste en que, por muy doloroso que resulte, hay que perdonar  a los torturadores. " Tras haber mirado a la bestia a los ojos, tras  tras haber pedido y recibido el perdón, cerremos la puerta  sobre el pasado, no para olvidarlo, sino para permitir que no nos aprisione. Estas palabras del Arzobispo  Tutu, recogen el espíritu que animó esta Comisión, que abrió muchas heridas en su momento, y que recogen ambas películas.

Tom Hopper analiza el  lado oscuro del resentimiento  de hombres objeto de marginación y explotación que desconfían del poder,  y  son hábilmente  manipulados  por los  delincuentes  al servicio de los  auténticos poderes fácticos, algo que ya entendieron los antiguos romanos, lo que les llevó a legislar la inmunidad para los representantes del  pueblo, los tribuni plebis, institución ( la de la inmunidad parlamentaria)  que ha perdurado hasta nuestros días. Cuando Mpondo, representante del Congreo en Pretoria,  se presenta en el tribunal para oponerse a la aministía de su  torturador, Dirk Hendricks (Jamie Bartlett), este le acusa de haber traicionado a su compañero Sizela, lo que  en aquel momento  equivalió a firmar su sentencia de muerte, difamación de la que  que nunca se rehabilitaría  completamente, a pesar de haber sufrido torturas durante 31 días, sin dar los nombres de los que  ahora le acusaban. Alex y Sizela fueron detenidos al mismo tiempo, masacrados y enfrentados medio muertos, con el objetivo de conseguir la muerte física y moral e intelectual, lo que lograron de una forma u otra, volviendo de nuevo  a la carga contra uno de  ellos, el superviviente,  a causa de su vulverabilidad como representante  político de la  mayoría negra. La participación de Alex en las audiencias permitió la recuperación del cuerpo de su compañero, lo que trajo la paz espiritual a la vida de sus padres, que entendieron y perdonaron las posibles debilidades de unos presos a los que incluso drogaban para sus declaraciones. Cuatro años después de celebrarse estas comisiones dos directores creyeron en el año  2004 que llevar esta historia a las pantallas, con la denuncia de centros de tortura en granjas aisladas, era un tributo que debían  a la humanidad entera.