Todo por un sueño. Gus Van Sant














Ficha técnica:

Título original: To die for.
País: EE.UU.
Año: 1995
Duración: 103 minutos.
Dirección: Gus Van Sant.
Guión:  Buck Henry, basado en el libro de Joyce Maynard
Casting: Howard Feuer.
Título secuencias: PPablo Ferro
Música: Danny Elfman.
Director de Fotografía: Eric Alan Edwards.
Vestuario: Beatrix Aruna Pasztor.
Edición: Curtiss Clayton.
Productor: Laura Ziskin
Diseño de Producción: Missys Stewart.
Productor ejecutivo: Jonathan Taplin, Joseph M. Caracciolo.
Rank Film Distributors y Columbis Pictures, Laura Ziskin Production.


Intérpretes:

Nicole Kidman: Suzanne  Stone Maretto,
Matt Dillon: Larry Maretto, 
Joaquim Phoenix: Jimmy  Emmett,
Cassey Affleck: Russel Hines,
Illeana Douglas:  Janice Maretto.
Alison Folland: Lydia Mertz,
Dan Hedaya: Jose Maretto,
Wayne Knight:  Ed Grant,
Kurtwood  Smith:  Earl Stone,
Holland Taylor:  Carol Stone.
Susan Taylor: Faye Stone,
Maria Tucci: Angela Maretto,
Tim Hopper: Mike Warden.



Sinopsis:

Suzanne tiene como máximo sueño convertirse en una presentadora-estrella de la televisión. Su primer peldaño en la escalada a la cima de la popularidad es un trabajo como mujer del tiempo en una cadena local. Pero aspira a mucho más. Con la ayuda de tres estudiantes  empieza a rodar un documental sobre los jóvenes de Hoy. Su desmedida ambición le lleva a utilizar a los chicos para ejecutar un terrible plan: acabar con su marido, un serio obstáculo para sus sueños de gloria.

Comentario.

 Magnífico film de Gus Van Sant,  el retratista de unos jóvenes tan fríos que te hielan la sangre en las venas, especialmente en sus últimas películas sobre  adolescentes (Elephant, 2003,  Last days, 2005,  o Paranoid Park , 2007) . En su primera etapa, por el contrario,   presentó a estos jóvenes, humanos, sensibles y víctimas de adultos desaprensivos (Drugstore Cowboy, 1989,  Mi Idaho privado, 1991 y la que ahora comentamos, Todo por un sueño, 1995). Jimmy (Joaquim Phoenix), Russel (Casey Affleck) y  Liddy (Alison Folland), tres white trash, blancos sucios y marginales, son manipulados por una blanca limpia y atractiva, una mediocre presentadora del tiempo, corresponsal como le gusta llamarse a ella, de una modesta televisión local, que tiene en mente la realización de grandes proyectos pero escasa capacidad intelectual y técnica para llevarlos a cabo. Pero lo que sí posee es esa soberbia y pretensiones de quien se cree superior a todos los que la rodean y a la que nadie en la vida le ha dicho nunca  la palabra no; el día que su marido, un músico baterista de poca calidad, que trabaja con su padre en un establecimiento de restauración y copas, pronuncia  la maléfica palabra su suerte está echada.

La maldad innata, más que frialdad y cálculo, de la ignorante Suzanne, a la que la naturaleza dotó de un buen físico,  utiliza sus encantos para camelar a estos adolescentes 'desventajados' como ella los llama, l empujarlos al crimen y luego deja caer sobre ellos todo el peso de la culpa, lo que no es nada difícil en una sociedad llena de prejuicios, los red states que denuncia Kevin Smith en su último film. Suzanne parece jugar con todas las cartas a su favor contra jóvenes marginales o  minorías raciales de origen italiano, como los Maretto, pero no tiene en cuenta en su avance demoledor que algunos de estos pueblos crearon sus mafias para conseguir la justicia que los poderes del estado les negaban.

Es francamente impresionante el trabajo de Joaquim Phoenix y su caracterización como adolescente procedente de esta geografía de la miseria, poblada de  grupos humanos excluídos, con una mirada entre torva  e inocente y fácil de subyugar cuando se le promete un paraíso inalcanzable  para los  de su clase; Russel es el  prototipo de alumno conflictivo, que quien ha tenido acceso a la educación reconoce rápidamente, aunque mucho más dificil de manejar por su talante menos proclive al enamoramiento. Finalmente Lyddi, la menor, será la beneficiaría del show de los horrores que comienzan las televisiones estatales y sus reality extendidos por todo el país. Todo el mundo debía salir en la televisión para ser feliz, pero el comentario de la joven la define tanto como su trabajo en la película: si todos salen en la televisión  no queda nadie para mirar, mientras su imagen se va multiplicando hasta formar un gran mosaico.

Un trabajo digno de Gus Van Sant. Enrique López Lavigne (Cinemanía) cree que el film es un acto de venganza contra los mass media norteamericanos que estuvieron a punto de hundir su carrera. De hecho el film  adopta la forma de un documental  agresivo, que reune entrevistas, ruedas de prensa a las puertas de los juzgados, programas televisivos que generalmente reciben la denominación de basura, etc., que se nutren económicamente de la alarma que ella provocan.



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