¿Y si vivimos todos juntos? Stéphane Robelin.





Ficha técnica:

Título original: Et si on vivait tous ensemble)
País: Francia y Alemania.
Año : 2011.
Duración: 96 minutos
Guión y Dirección: Stéphane Robelin.
Dirección de Fotografía: Dominique Colin.
Música: Jean Pierre Verdin.
Montaje: Patrick Wifert.
Dirección artística: Daid Besanetti.
Vestuario: Jurgen Doering.
Compañía distribuidora: Golem.



Intérpretes:

Guy Bedos : Jean,
Daniel Brühl: Dirk,
Geraldine Chaplin:  Annie,
Jane Fonda: Jeanne,
Claude Rich: Claude,
Pierre Richard : Albert.


Sinopsis:

Annie, Jean, Claude, Albert y Jeanne son amigos desde hace más de 40 años. Pero cuando la memoria falla, el corazón se descontrola y aparece el fantasma de la residencia de ancianos, se rebelan y deciden irse a vivir juntos. A todas luces, una locura. Pero aunque la falta de espacio moleste y despierte viejos recuerdos, empieza una genial aventura: Compartir casa a los 75 años.

Comentario:

La potente emergencia del cine francés es un hecho incuestionable, cuando ocupan más de la mitad  de  las carteleras de los cines europeos, altando las barreras de su propio país. La respuesta del público puede tener su origen en que  se ocupan de las cosas que conciernen al tan manido 'hombre de la calle', como la vejez, el arte de amar, la militancia en partidos y sindicatos...El referente son las décadas prodigiosas de los 60 y 70 del siglo XX, que tanto significaron para Francia y para el resto del mundo, y el resultado es un cine humano e intimista, que esperamos satisfaga a los amantes del cine francés.

La vejez es algo horrible, si se la mira desde el lado de la decadencia física y la enfermedad, que desgraciadamente con frecuencia no discrimina por la edad, pero puede contemplarse también como el momento en que el hombre ha dejado de lado y ha superado contradicciones que le han amargado la vida entera, como la líbido, la lucha por un empleo y un lugar en la sociedad, el pago de la hipoteca, y otros sinsabores que nos acompañan toda la vida. Así lo contempló Cicerón en su canto  a la vejez, (De senectute), y así parecen querer reeditarlo los protagonistas del film, protagonistas del Mayo Francés, que se decantaron por un hedonismo sin fronteras, que deja perplejos a jóvenes  como el personaje encarnado por Daniel Brühl, y  que escandalizan a quienes por su edad pudieron haberlo practicado, pero prefirieron vivir su juventud con otros parámetros morales.

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