Crepúsculo. Catherine Hardwicke.







Ficha técnica:

Título original: Twilight.
País: Estados Unidos.
Año: 2008.
Duración: 122 minutos.
Dirección: Catherine Hardwicke.
Guión: Melissa Rosenberg, basado en la novela de Stephenie Meyer.
Dirección de Fotografía:  Eliott  Davis.
Música: Carter Burwell.
Montaje: Nancy Richardson.
Vestuario: Wendy Chuck.
Producción: Mark Morgan, Greg Mooradian y Wyck Godfrey.
Summit Entertainment.

Intérpretes:

 Kristen Stewart : Isabella ,'Bella' Swan,
 Robert Pattinson : Edward Cullen,
Taylor Lautner: Jacob Black.
 Billy Burke :Charlie Swan,
 Peter Facinelli : Dr. Carlisle Cullen,
 Elizabeth Reaser :Esme Cullen,
 Nikki Reed :Rosalie Hale,
 Ashley Greene : Alice Cullen,
 Jackson Rathbone :Jasper Hale,
 Kellan Lutz :Emmett Cullen,
 Cam Gigandet :James,
 Edi Gathegi :Laurent.

Sinopsis:

Isabella Swan, 'Bella', (Kristen Stewart)  decide ir a vivir con su padre cuando su madre forma un nuevo hogar tras casarse con otro hombre. Su padre vive en un lluvioso e 'inhóspito' pueblo , Forks (Wahsington), poblado de criaturas extrañas. Allí conoce a Edward Cullen (Robert Pattinson), el miembro de una familia de vampiros, un grupo de hombres y mujeres perfectos, que no muestran sus colmillos y viven eternamente. ¿Qué más se puede pedir?.

Críticas:

José Arce (La Butaca.net) es inmisericorde con la película que inicia la saga, y si no leamos lo que escribe sobre ella:"Del enfrentamiento final, mejor no hablar, así como absurdo resulta hacer referencia a la calidad de los diálogos, la banda sonora o cualquier elemento de este bodrio en toda regla ideado para vaciar los bolsillos de una platea que dentro de unos años renegará de haber formado parte de la legión de amantes de esta estafa inmisericorde. 

Otros son menos apocalípticos, como Miguel Ángel Delgado (La Butaca.net)  sostiene que : (...) hemos de convenir en que “Crepúsculo”, tanto el largometraje como el original literario, funcionan con una enorme inteligencia. Porque aquí están todos los elementos que interesan a los adolescentes de nuestros días, especialmente a las chicas. Problemas como la incapacidad de encontrar un lugar en el mundo, la esperanza de encontrar un amor romántico y arrebatador por el que darlo todo (y además, por el chico malo de buen corazón... 

Es lo que tiene el febril amor de juventud, la devoción incontrolada al guapo de la clase o a la peli de Hardwicke, que para cierta edad está muy bien, que hay miradas del inmortal que matan, pero luego creces, y ya se sabe que la adolescencia es una enfermedad que se cura con la edad. Tranquilas: habrá otros colmillos ante los que caer rendidas. También con nombres sonoros, como George Clooney, Liberty Valance o Louis Vuitton. (Pablo Kurt: Filmafinitty)

 La crítica norteamericana recibió con bastante unanimidad de forma muy positiva la primera entrega de la saga.


Comentario.

Reconozco que me he estado resistiendo a escribir sobre la saga vampírica basada en las novelas de Stephanie Meyer, que inaugura la película Crepúsculo, un fenómeno mediático de gran trascendencia, no sé  si inteligente, pero sí sometido a estudios de mercadotecnia, incluido el perfil psicológico del público adolescente al que va dirigido, especialmente chicas, no tanto las abuelas actuales que han recibido una formación superior a la de generaciones anteriores. Vamos a intentar desvelar los elementos que se han tenido en cuenta para garantizar el éxito de taquilla y el boom económico consiguiente. No están exentos de razón ni  José Arce ni Miguel Ángel Delgado.

Kristen Stewar, la protagonista, es un joven corriente, cohibida y triste, hija de una familia desestructurada, que vive en una casa digna pero modesta, en la que predominan multitud de objetos reconocibles por muchas de las jóvenes que ocupan una butaca en la sala de proyección, y con los que se pueden sentir identificadas. Los primeros jóvenes con los que entra en contacto a través de su padre son indios quileutes de la reserva en apariencia, licántropos en la 'realidad', que deben andar a cuatro patas para conseguir con qué alimentarse. Al frente de ellos Jacob (Taylor Lautner), un joven monísimo y de apariencia muy pija, a pesar de un cabello largo que no se adecua a su apariencia, y que como hombre-lobo no tiene otro futuro que jugar el papel de perdedor.

En el  instituto al que acude, multirracial y multicultural, destaca la casta superior de los chupa-sangre, guapos, altos, ricos, de miradas penetrantas, que entran en grupo en la cafetería, avanzando a cámara lenta para marcar la diferencia con la morralla. Como no podía ser de otra manera Bella cae prendada de Edward, y  es nexplicable la primera secuencia en la que se hablan y en la que vemos al joven turbado y apretando la boca, sin que el espectador halle una explicación lógica. Estos jóvenes reunen todas las cualidades que pueden epatar a una joven, viven en casas lujosas repletas de libros y birretes, y además son inmortales. ¿Qué más se puede pedir? A pesar de la acumulación de criaturas sangrientas, el film no es en absoluto de terror, sino marcadamente romántico y con continuas connotaciones sexuales. Edward es, como todos los vampiros, aristocrático, refinado, sensible y delicado, no muerde a humanos, no muestra colmillos y hace el amor con tal ferocidad que rompe la cama y el dosel; Jacob es un licántropo rudo, rebelde y feroz, que se 'imprima' o  se enamora a primera vista con facilidad . Uno y otro son creíbles como amantes adolescentes, pero nada temibles como las criaturas que representan.

El modo de representación es muy convencional, con los personajes desplegados en el plano como si fueran cuadros vivientes, sin emoción, salvo en la dirección e intensidad de las miradas, y mucho filtrado en azul de acuerdo con la moda. Estos vampiros que se ven en los espejos, comen animales, beben plasma, llevan coches de lujo, etc., son mirados por la cámara como jóvenes  cuyas virtudes  son la velocidad, la fuerza y la inmortalidad, y pasean a sus novias volando como Superman.

Conclusión: la saga tenía el éxito garantizado entre miriadas de jóvenes, en una edad en la que ansían enamorarse, especialmente de jóvenes extraordinarios y que les ofrecen aventura, dentro de un orden. Aquí reside la inteligencia de los promotores del proyecto.


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