Desapariciones. Ron Howard
Ficha técnica:
Título original: Desapariciones.
País: Estados Unidos.
Año: 2003.
Duración: 131 minutos.
Dirección: Ron Howard.
Guión: Ken Kaufman, basado en la novela The last Ride de Thomas Edison.
Casting: Jane Jenkins, C.S.A, y Janet Hirshenson, C.S.A.
Director de Fotografía: Salvatore Totino.
Música: James Horner.
Director artístico: Guy Barnes.
Consultor visual: Merideth Boswell.
Edición: Dan Hanley, A.C.E. y Mike Hill, A.C.E.
Vestuario: Julie Weiss.
Producción: Brian Grazer, Daniel Ostroff y Ron Howard.
Productores ejecutivos: Todd Hallowell y Steve Crystal.
Co.Productores: Thomas Edison y Sue Berger Ramin.
Prouctores asociados: Louisa Velis, Aldric La'Auli Porter y Katheleen McGill.
Columbia Pictures, Revolution Studios, Imagine Entertainment; Brian Grazer Production asociada con Daniel Ostroff Productions. Distribución: Columbia Tristar Home Entertainment.
Intépretes:
Tommy Lee Jones : Samuel Jones,
Cate Blanchett: Maggie Gilkeson/ Magdalena,
Eric Schweig: Chidin,
Evan Rachel Wood: Lilly Gilkeson,
Jenna Boyd: Dot Gilkeson,
Steve Reevis: Two Stone,
Ray McKinnon: Russell J. Wittick
Val Kilmer: Lt. Jim Ducharme,
Aaron Eckhart: Brake Baldwin,
Simon Baker: Honesco,
Jay Tavare: Kayitah,
Clint Howard: Sheriff Purdy (hermano del director Ron Howard)
Elisabeth Moss: Anne,
Sergio Calderon: Emiliano.
Sinopsis:
Cuando Lilly es secuestrada por un encapuchado con extraños poderes, su madre (Cate Blanchett) y su abuelo (Tommy Lee Jones) emprenden una búsqueda sin descanso para encontrar a la pequeña. Pero los fenómenos misteriosos a los que se van enfrentando a lo largo de todo su camino, no sólo pondrán las cosas más difíciles, sino que provocarán en ellos un sentimiento de terror del que no podrán huir.
Ron Howard cumple el sueño de muchos directores norteamericanos de consagrarse con un western, para el que se rodeó del mejor reparto, (Tommy Lee Jonez, Kate Blanchett, Evan Rachel Wood), incluso en papeles secundarios ( Val Kilmer o Aaron Eckhart), y contó con James Horner para la creación del score musical. La magnífica fotografía de Salvatore Totino crea en los momentos más mágicos el clima onírico que acompaña a los rituales mágicos de las diferentes religiones enfrentadas, que conviven pacíficamente y sin visceralidad, o muy visuales en su deambular por el desierto, en el que la gama que va del azul intenso del cielo al casi blanco de la arena del desierto irá evolucionando hacia los calidos ocres en los duros enfrentamientos. Guión, fotografía y edición están muy cuidadas y hacen de la película del alumno de los creadores de American Zoetrope una obra digna de ser recordada.
Ron Howard se debate entre el bien y el mal, ( trayectoria que no abandonará en pelíulas como Ángeles y demonios) que no residen en exclusiva en el bando de los indios ni en el de los blancos, sino en el de la avaricia que reúne a unos y a otros en un comercio brutal: el secuestro y la venta de mujeres, lo que hoy llamaríamos trata de blancas, discriminando a éstas por la edad, no por la raza o el color. Samuel y Maggie, padre e hija, tienen una sola cosa en común: no soportan yugos ni ataduras, pero mientras la mujer permanece fiel al cuidado de los hijos, el hombre huye para unirse a una tribu india, los chiricahuas, y cuando ve que el tiempo se le acaba regresa a casa para evitar que enferme su espiritu.
El secuestro de Lilly (Evan Rachel Wood) les unirá y emprenderán un camino juntos para salvar a la joven, trayecto a través del cual Ron Howard, aunque pone en boca del perverso brujo cabecilla de los comerciantes de mujeres, que todo hombre tiene su lado bueno y su zona oscura, va aceptando que existe en ocasiones la maldad absoluta. El complejo de culpa norteamericano impide que los protagonistas entiendan esto con la rapidez suficiente para evitar la muerte de inocentes. El miedo a sus propias culpas les paraliza.
Comentario:
Ron Howard cumple el sueño de muchos directores norteamericanos de consagrarse con un western, para el que se rodeó del mejor reparto, (Tommy Lee Jonez, Kate Blanchett, Evan Rachel Wood), incluso en papeles secundarios ( Val Kilmer o Aaron Eckhart), y contó con James Horner para la creación del score musical. La magnífica fotografía de Salvatore Totino crea en los momentos más mágicos el clima onírico que acompaña a los rituales mágicos de las diferentes religiones enfrentadas, que conviven pacíficamente y sin visceralidad, o muy visuales en su deambular por el desierto, en el que la gama que va del azul intenso del cielo al casi blanco de la arena del desierto irá evolucionando hacia los calidos ocres en los duros enfrentamientos. Guión, fotografía y edición están muy cuidadas y hacen de la película del alumno de los creadores de American Zoetrope una obra digna de ser recordada.
Ron Howard se debate entre el bien y el mal, ( trayectoria que no abandonará en pelíulas como Ángeles y demonios) que no residen en exclusiva en el bando de los indios ni en el de los blancos, sino en el de la avaricia que reúne a unos y a otros en un comercio brutal: el secuestro y la venta de mujeres, lo que hoy llamaríamos trata de blancas, discriminando a éstas por la edad, no por la raza o el color. Samuel y Maggie, padre e hija, tienen una sola cosa en común: no soportan yugos ni ataduras, pero mientras la mujer permanece fiel al cuidado de los hijos, el hombre huye para unirse a una tribu india, los chiricahuas, y cuando ve que el tiempo se le acaba regresa a casa para evitar que enferme su espiritu.
El secuestro de Lilly (Evan Rachel Wood) les unirá y emprenderán un camino juntos para salvar a la joven, trayecto a través del cual Ron Howard, aunque pone en boca del perverso brujo cabecilla de los comerciantes de mujeres, que todo hombre tiene su lado bueno y su zona oscura, va aceptando que existe en ocasiones la maldad absoluta. El complejo de culpa norteamericano impide que los protagonistas entiendan esto con la rapidez suficiente para evitar la muerte de inocentes. El miedo a sus propias culpas les paraliza.
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