Drácula. Tod Browning.
Ficha técnica:
Título original: Drácula.
País: Estados Unidos.
Año: 1931.
Duración: 75 minutos.
Dirección: Tod Browning.
Guión: Hamilton Deane y John L. Balderston, basado en la obra de Bram Stoker, 'Dracula'.
Dirección de Fotografía: Karl Freund (B6W)
Música: Varios autores clasicos: Wagner, Tchaikovsky.
Director artístico: Charles D.Hall.
Edición: Milton Carruth
Producción: Carl Laemmle, Jr.
Productor asociado: E.M. Asher.
Universal Estudios, Millenium Film & Video.
Intérpretes:
Bela Lugosi: Conde Drácula,
Helen Chandler: Mina,
David Manners: John Harker,
Dwight Frye: Renfield.
Edward Van Sloan: Van Helsing,
Herbert Bunston: Doctor Seward,
Frances Dade: Lucy,
Joan Standing: Maid,
Charles Gerrad: Martin
Sinopsis.
Pese a que ha habido numerosas versiones cinematográficas del clásico de Bram Stoker, ninguna puede compararse al imperecedero original de 1931. El castillo de Drácula, que se eleva como una amenaza entre las tinieblas de los montes Cárpatos. Infunde pánico a los vecinos de la aldea Transilvana situada a sus pies. Bela Lugosi que interpreta al vampiro más famoso de la historia del cine, el conde Drácula, crea en esta película, junto al director Tod Browning, especialista en cine de terror, un atmósfera sobrecogedora y espeluznante. Drácula sigue siendo una obra maestra, no sólo de su género, sino de la historia cinematográfica.
Comentario.
La fuerza icónica de las mujeres de Frankestein, tanto sus 'esposas' como las heroínas del film es verdaderamente impactante y muy visual, así como el carisma y la fuerza del actor Bela Lugosi, con una potente iluminación que refuerza la intensidad de su mirada. Drácula es un noble, un conde, cuya fuerza radica en la confianza e inocencia de la gente que no cree o no quiere ver la maldad en los señores, que desde tiempos inmemoriales han sido los buenos, los hombres honrados (William Shakespeare), pero cuando llega la noche y todos están desprevenidos salen de sus tumbas a chuparles hasta la última gota de sangre. Curiosamente sólo pueden supervivir si su féretro descansa en la tierra patria, fuera de ella no son nada.
El rancio abolengo está embleatizado en esas enormes telarañas que tejen insectos enormes, y que el noble, acostumbrado a transitar entre ellas las atraviesa sin dificultad; el aséptico burgués debe superar su aprensión y arrancarlas con sus manos. El Conde Drácula advierte al joven Reinfield (Dwight Fire) que las arañas tejen sus telas para alcanzar a las moscas incautas.
La tecnología de la época no permitía realizar grandes puestas en escena, y la primera secuencia nos ubica en el lóbrego contexto vampírico por medio de paisajes pintados, pantallas transparentes, montajes de foto fija del interior del castillo de Transilvania y cortinillas que se cierran como los objetivos. En esta primera edición del notable vampiro juega ya un papel importante Van Helsing, un científico que cree en la existencia de estos muertos vivientes y acaba con ellos clavándoles una estaca en el corazón. Rito que enlaza con la tradición cristiana y la legendaria muerte de Adán, cuya vida acabó de esta manera, cuando se le clavó esta estaca con una madera procedente del Huerto de Getsemaní, de acuerdo con las pinturas del retablo de Bonifacio Ferrer. Espejos que no reflejan su imagen, crucifíjos, collares y ramos de salvia divinorum, una especie de vampiros vegetales, están presentes en la iconografía del personaje, un noble altivo, elegante, que se codea con la alta sociedad y elige a sus víctimas entre mujeres de esta clase, aunque si tiene hambre le sirve hasta una violetera.
Comentario.
La fuerza icónica de las mujeres de Frankestein, tanto sus 'esposas' como las heroínas del film es verdaderamente impactante y muy visual, así como el carisma y la fuerza del actor Bela Lugosi, con una potente iluminación que refuerza la intensidad de su mirada. Drácula es un noble, un conde, cuya fuerza radica en la confianza e inocencia de la gente que no cree o no quiere ver la maldad en los señores, que desde tiempos inmemoriales han sido los buenos, los hombres honrados (William Shakespeare), pero cuando llega la noche y todos están desprevenidos salen de sus tumbas a chuparles hasta la última gota de sangre. Curiosamente sólo pueden supervivir si su féretro descansa en la tierra patria, fuera de ella no son nada.
El rancio abolengo está embleatizado en esas enormes telarañas que tejen insectos enormes, y que el noble, acostumbrado a transitar entre ellas las atraviesa sin dificultad; el aséptico burgués debe superar su aprensión y arrancarlas con sus manos. El Conde Drácula advierte al joven Reinfield (Dwight Fire) que las arañas tejen sus telas para alcanzar a las moscas incautas.
La tecnología de la época no permitía realizar grandes puestas en escena, y la primera secuencia nos ubica en el lóbrego contexto vampírico por medio de paisajes pintados, pantallas transparentes, montajes de foto fija del interior del castillo de Transilvania y cortinillas que se cierran como los objetivos. En esta primera edición del notable vampiro juega ya un papel importante Van Helsing, un científico que cree en la existencia de estos muertos vivientes y acaba con ellos clavándoles una estaca en el corazón. Rito que enlaza con la tradición cristiana y la legendaria muerte de Adán, cuya vida acabó de esta manera, cuando se le clavó esta estaca con una madera procedente del Huerto de Getsemaní, de acuerdo con las pinturas del retablo de Bonifacio Ferrer. Espejos que no reflejan su imagen, crucifíjos, collares y ramos de salvia divinorum, una especie de vampiros vegetales, están presentes en la iconografía del personaje, un noble altivo, elegante, que se codea con la alta sociedad y elige a sus víctimas entre mujeres de esta clase, aunque si tiene hambre le sirve hasta una violetera.
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