Eternamente tuya. Tay Garnett.









Ficha técnica:

Titulo original: Eternally Yours.
País: Estados Unidos.
Año: 1939.
Duración: 95 minutos.
Dirección: Tay Garnett.
Guión: Graham Baker y Gene Towne.
Dirección de Fotografía: Merrit Gerstad.
Montaje: Otto Lovering y Dorothy Spencer.
Musica: Werner Jenssen.
Sonido: FFred Lau.
Efectos especiales: Ray Binger.
Vestuario: Travis Banton e Irene.
Departamento artístico : Julia Heron y Richard Irvine.
Director artístico: Alexander Golitzen.
Productor: Tay Garnett.
Compañías: Producción: United Artists y Walter Wanger Productions; Distribución: United Artists.


Intérpretes:

Loretta Young: Anita,
David Niven: Tony,
Hugh Herbert: Benton,
Billie Burke: Tia Abby,
C. Aubrey Smith: Gramps,
Raymond Walbum: Sr. Bingham,
Zasu Pitts: Sra. BBingham,
Broderick Crawford: Don,
Virginia Field: Lola De Vere
Eve Arden: Gloria
Ralph Graves: Sr. Morrisey,
Lionel Pape: r. Howard
...

Sinopsis:

Anita Halstead deja a su prometido, el aburrido Don Barnes, y se casa con Tony, conocido como 'El Gran Arturo', ídolo del público femenino e ilusionista de postín. Pronto Anita se convertirá en ayudante de un marido que solo piensa en aumentar su fama y coquetear con sus  admiradoras. Durante una reunión social, Tony se compromete a tirarse de un avión con las amnos esposadas y, tras conseguir su hazaña, firma un fabuloso contrato que le obliga a repetir su proeza. Desengañada al ver arruinados sus sueños, Anita se divorcia de Tony.

Más tarde, coinciden durante un fin de semana, y él se  compromete a una nueva prueba para comprobar la eficacia de unas esposas policiales. Esta vez, el intento será realmente a vida o muerte.

Comentario. 

Año 1939. Han transcurrido 10 años desde el Viernes Negro de Wall Street, y se combate la tristeza con filmes de evasión,  comedias screwball, en las que la mujer lleva la voz cantante y el hombre se ve arrastrado, arrastrando a su vez a los de su alrededor  a torcer su voluntad para complacerla. En este caso  hay dosis, a partes iguales, de realismo y fantasía alienante e incluso un tanto deshonesta,

Tony (David Niven), 'El Gran Arturo', es un mago de éxito que atrae a muchas jovencitas con la erótica de  la fama  y el atractivo personal, pero una vez casados, la mujer intenta reconducirlo hacia una vida tranquila y familiar. Hoy  he oído a Iñaki Gabilondo, un gran periodista español,  decir algo muy trascendente: "Si alguien me hubiera preguntado en mi juventud qué prefería ser  un buen periodista o un buen padre de familia, le hubiera abofeteado. Mientras se haga esa pregunta a una mujer es que aún no ha conseguido la igualdad con el hombre". Pero, ¿ qué pasa si es ella la que intenta que el hombre acepte esta renuncia? Está todavía en una situación más precaria, a pesar de sus ínfulas, que la que describe Iñaki.

Pero el film es además tramposo. Cuando ella decide abandonar a su marido y divorciarse, le buscan un partner objetivamente  peor que el deslumbrante David Niven, lo que le hace volver al nido abandonado. Si necesitaban entretener a un público entristecido  es posible que lo consiguieran con estas historias bien narradas, con unas mujeres que buscan su espacio de libertad, vestidas como muñecas de feria. Eran otros tiempos. Cuando era niña no acertaba a comprender que una de las reivindicaciones de los revolucionarios franceses era la felicidad. Me lo han hecho entender  de repente, traumáticamente.

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