Lo que el viento se llevó. Victor Fleming.





Ficha técnica:


Título original: Gone with the wind.
País: Estados Unidos.
Año: 1939.
Duración:  220 minutos.

Dirección: Victor Fleming. Codirectores no acreditados:  George Cukor, Sam Wood, William Cameron Menzies, Leslie Howard y David O.Selznick.
Guión:  Sidney Howard ( coguionistas no acreditados: Oliver Garret, Jo Swerling, Ben Hecht, John van Druten, Charles MacArthur y Francis Scott Fitzgerald), basado en  la novela homónima de Margaret Mitchell.
Dirección de Fotografía: Ernest Haller, Lee Garmes y Ray  Rennaham.
Música:  Max Steiner.
Montaje: Hal C. Kern y James, E. Newcom.
Decorados: William Cameron, Cameron  Menzies, Lyle Wheeler y Edward G.Boyle.

Productor: David O'Selznick.
Compañías. Productora MGM.


Intépretes:


Vivien Leigh: Escarlata O'Hara,
Clark Gable: Rhett Butler,
Leslie Howard: Ashley Wilkes,
Olivia de  Havilland: Melania  Hamilton,
Thomas Mitchell: Gerald O'Hara,
Carrol Nye: Frank Kennedy,
Laura Hope Crews : Tía Pittypat Hamilton,
Harry Davenport: Dr. Meade,
Ann Rutherford: Careen O'Hara.


Sinopsis:


Georgia, en visperas de la Guerra de Secesión. Scarlata O'Hara, (Vivien Leigh), es una joven heredera, bella y  caprichosa, hija de un rico hacendado sudista, enamorada de su vecino  Ashley Wilkes, (Leslie Howard), pero el hombre prefiere a su prima Melania, (Olivia de Havilland). Desengañada sentimentalmente, Escarlata se casa por despecho con un  joven acomodado, que morirá al poco de estallar la Guerra Civil, llamada de Secesión, americana. Arrasado el sur, la joven viuda se deja cortejar por Rhett Butler (Clark Gable), un maduro comerciante, cínico y desaprensivo, que la salvará del  incendio de Atlanta. Tras asumir la dirección de su finca y casarse por despecho con el novio de su hermana, quien la dejará otra vez viuda al término de la guerra, acaba contrayendo matrimonio con Butler, que le dará una hija que morirá en un accidente al caer del poney sobre el que monta. Sin embargo, el carácter rebelde de Escarlata, que sigue enamorada de Ashley, la llevará a provocar el aborto de su segundo hijo, hecho que la apartará definitivamente de Rhett, quedándose sóla en la finca de Tara, pronunciando el mítico final: "Mañana será otro día". (resumen de J.M.Caparros, ampliado con el nombre de los actores, e introduciendo algún matiz).








Comentario:


Producida por David O'Selznick, jeararca del cine y mito al que siempre quiso emular el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels, por el poder que llegó a concentrar en sus manos, es la película que todo cinéfilo conoce y alaba , (dudo ya que sea popular entre las nuevas generaciones) , a pesar de que  como ocurre con el  Ulyses  de James Joyce, creador junto a Proust de la novela moderna, en cuyo recuerdo se celebra una bizarra fiesta, Bloomsday en Dublin, la mayoría de los asistentes reconoce que no ha podido acabar de leer la  obra. Algo así ocurre con la película de Fleming, que se logra ver hasta el fin al menos al cuarto o quinto asalto.

Basada en la novela de  Margaret Mitchell, considerada una obra mediocre,  nos da una visión de las consecuencias de la gran guerra,  que dividió a los futuros estadounidenses, desde la perspectiva de los grandes hacendados sureños, que contaban con la lealtad incondicional de sus esclavos negros, que no sabían cómo administrar su futura 'libertad' que limitaría el segregacionismo, sustituto de la esclavitud y que aborda de manera magistral Arde Missisipi (Alan Parker, 1998). Los trabajos de pre-producción  no estuvieron exentos de graves problemas,  y de conflictos económicos entre las  empresas que constituían la industria del cine. Zelznick contrató  a George Cuckor como realizador y a Gable como actor, el llamado Rey de Hollywood,  ligado por contrato a la Metro, por lo que el productor tuvo que vender los derechos de distribución a su suegro Zukor. Las incompatibilidades del actor y el director eran conocidas por la homofobia del Clark y la homosexualidad de Cuckor, razón por la que finalmente firmó el contrato Victor Fleming, aunque lo terminó Sam Wood, lo que convierte al productor en el auténtico responsable de la cinta, aunque el Oscar lo tuviera que recoger alguien y éste fuera Fleming. Todos estos hechos demuestran que las guerras resuelven pocas cosas.

Lo que no supieron evitar sus nueve realizadores fue la carga literaria que se aprecia en  la puesta en escena, que Camerón Menzies, encargado de  los decorados,  logra  unificar en  las diferentes fases del rodaje, labor que se completa   en el montaje final. Decorados, vestuario, o incluso el maquillaje, cuya función primordial es caracterizar la imagen que los actores presentan en el encuadre, desempeñan un papel dramático o narrativo (Ramón Carmona. Como se comenta un texto fílmico. Cátedra. págs.130.131) y salvan los avatares producidos por intereses e incomprensiones en la dirección de un proyecto que ha adquirido con el tiempo el papel de epopeya nacional.

J M.Caparrós Lera es de los que  se suman a la interpretación de que pese al melodrama, sí consiguieron dar profundidad psicológica a la trama y a sus personajes, por el encuentro de unos mundos y el violento choque de caracteres, logrando un agudo estudio de mentalidades y un idóneo reflejo de la época de la Guerra de Secesión e, incluso, del contexto de la Depresión. (Breve Historia del Cine Americano. De Edison a Spielberg.Littera. págs.102-103).

El historiador Marc Ferro la sintetiza así: "Se trata, pues, de una obra de reconciliación nacional en la que se han limado todas las aristas políticas en beneficio de unos héroes individuales que no encarnan ningún ideal político en particular" (Historia contemporánea y cine. Barcelona. Ariel, 1995, p.202). Yo invito a este historiador a que destaque un sólo héroe del bando contrario, el yanqui, y que, por favor, no cite al protagonista  Rhett Butler, un auténtico sinvergüenza, un mercenario al que sólo redime el dinero obtenido sin escrúpulos y que no resiste la más ligera comparación con los altos valores que adornan a sus contrincantes, encarnados en el buenísimo Ashley Wilkes, un honesto marido, un hombre que luchó por su patria y que siempre fue leal a su esposa, a pesar de estar enamorado de la caprichosa Escarlata.

Lo más notable del film es el personaje de Escarlata, una joven caprichosa e indomable que hace siempre su voluntad, caiga quien caiga. El film nos regala imágenes impagables, como las del descando de las jóvenes amas, que se desprenden de ropa y corsés en plena canícula, en una habitación de las mansiones destinada  al descanso en mitad de la fiesta, y en la que otras jóvenes esclavas les dan aire con grandes abanicos, que tuvo mucho rendimiento  en un  momento  en el que la buena vida se asociaba a  disponer de 'una negra que te abanicara'. Que nadie olvide su historia.

Perdida la guerra y arrasadas su propiedades Scarlett se pone al frente de la reconstrucción de sus propiedades, y ésto es lo más loable del film, el coraje de una mujer que proclama al viento que:" Aunque tenga que mentir, o robar, o estafar, o ¡matar!, pongo a Dios por testigo que ¡nunca más pasaré hambre!". Puede que muchos y muchas la hayan imitado a lo largo de la historia; el cine ha reproducido la solemnidad de estas palabras reproduciendo, si no el texto, si la puesta en escena en medio de un cielo amenazante, inflamado por un sol mefistofélico que desempolva el consejo de Maquiavelo de que  el fin justifica los medios. Escarlata se casa con Butler, el ganapán al que ha despreciado toda su vida; el amor entre ambos no es el amor romántico entre el hombre duro y la mujer que se doblega, el de las novelas pulp de Corín Tellado, sino la venta vergonzante, la ' coemptio' de la mujer por motivos económicos; es posible que para algunos tenga su morbo.



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