Tallo de Hierro. Hector Babenco.









Ficha técnica:

Título original: Ironweed.
País: Estados Unidos.
Año: 1987.
Duración: 144 minutos.
Dirección : Héctor Babenco.
Guión: William Kennedy, basado en su novela.
Casting: Bonnie Timmermann.
Música: John Morris.
Director de Fotografía: Lauro Escorel.
Edición: Anne Goursaud.
Producción: Keith Barish y Marcia Nasatir.
Diseño de producción: Jeannine Oppewall.
Co-productores: Gene Kirkwood, C.O. Erickson.
Productores ejecutivos: Joseph H. Kanter,Denis Blouin, Rob Cohen.
Vestuario: Joseph G.Aulisi.
Manga Films, Taft Entertainment Pictures, Keith Barish Productions



Jack Nicholson: Francis Phelan,
Meryl Streep: Helen,
Carroll Baker: Annie Phelan,
Michael O'Keefe: Billy,
Diane Venora: Peg,                                          
Fred Gwynne: Oscar Reo
Margaret Whitton: Katrina,
Tom Waits: Rudy.











Sinopsis.

En el invierno de 1938 en Albany, Nueva York Francis Phelan, que una vez fue esposo, padre y jugador de la liga de béisbol, vagabundea por las calles compartiendo su botella de  whisky con su amiga Helen, cuya única razón de vivir es su pasión por la vida. Ambos se aferran el uno al otro ofreciéndose mutuamente amistad y coraje, pero Francis sabe que tarde o temprano se tendrá que reconciliar con la familia que abandonó años atrás, dejando a Helen sola para afrontar el resto de su vida.

Comentario.

El cine de Héctor Babenco no elude nunca la realidad más sórdida, ese mundo que  no  queremos ver que existe  ni que nos lo muestren, y la razón de esta voluntaria  ceguera es que en el fondo nuestros fantasmas son los de  Francis Phelan y la línea que separa la riqueza de la pobreza es tan fina que la podemos traspasar  con facilidad a causa de la enfermedad, el desempleo, el fracaso personal, etc. Las crisis económicas lanzan auténticos ejércitos a la exclusión social, que figuran en las cifras macroeconómicas como simples números  que se equiparan a las listas de las agencias de calificación de riesgo, , los índices de la bolsa o los beneficios de las empresas.

Babenco nos trae estos fantasmas y nos obliga a pensar en que los vagabundos, en algunos casos, antes fueron chaperos o prostitutas, pero antes, y eso es seguro, fueron niños,que acaban sus vidas de forma inhumana y mueren en medio de otros niños, tan pobres como ellos, que les roban lo poco que les queda; la gente no se muere cuando le llega la hora, afirma Helen (Meryl Streep), sino cuando se cansa de aguantar. Los pijos les llaman vagabundos, dice el alemán Rudy, para sentirse superiores y los apalizan para no ver la imagen que les devuelve el espejo.

Mundo sórdido al que los hombres temen hasta el extremo de que uno de estos días murieron cinco personas en un desahucio, entre inquilinos y ejecutores de la ley, porque ese era el último escalón para descender a la calle. Lo que verdaderamente horroriza de las películas de Babenco es que el hombre no haya aprendido nada de su propia historia y tenga que sufrir de nuevo la vergüenza de la extrema pobreza.

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