Cautiva. Roger Cardinal.









Ficha técnica:

Título original: Captive.
País: Canadá.
Año: 1998.
Duración: 93 minutos.
Dirección: Roger Cardinal.
Guión: Rodney Gibbons y Richar Stanford.
Música original: David Finley.
Dirección de Fotografía: Bruno Philip. Color
Edición: Michael Doherty.
Producción: Michael Doherty, Anthony I. Ginnane, William R. Mariani, Yanko  Palls y Holly Simpson.
Diseño de producción;  Csaba  Andres Kertèsz.
Vestuario:  Nicole Pelleter.
Sonido: Philippe Espantoso.
Especialista: David McKeown.
Sotelysa, Blackwatch Releasing Inc.,  Blackwatch  Communications Production, Rodney Gibbons Film .Paycom Multimedia.

 
Intérpretes

Erika Eleniak: Samantha  Hoffman,
Michael Ironside: Detective Briscoe,
Catherine Colvey: Dra. Kossim,
Stewart Bick: Joel Hofman.
Adrienne Ironside: Lissy.
Larry Day: Bailey.
Noel Burton: Dr. Hagar.
Gilliam Ferrabae: Invictado de la boda
Laurel Paetz: enfermera Boland.
Jean-Marc Bisson: Guardia de seguridad.


Sinopsis:

La terrorífica historia de  Sam Hoffman (Erica Eleniak) una joven modelo a quien la vida maltrata, en la misma noche de bodas debe hacer frente al brutal asesinato de su marido. Destrozada y tras una tentativa de suicidio, atiende a los consejos del hermano de su novio, Joel,(Stewart Bick), quien le sugiere entrar en una Casa de Reposo donde pueda recuperarse, pero muy pronto Sam observa que en dicho  Instituto los métodos de tratamiento a los enfermos distan mucho de ser saludables. Internada en una habitación  con Lissy, una joven artista,  descubre que uno de los celadores, Bailey (Larry Day), abusa sexualmente de ambas jóvenes. Al dia siguiente, Sam es llamada por la directora del centro para ser interrogada, pero nadie acepta su versión de los hechos, y queda incomunicada. Desde ese momento, nadie ayudará a Sam a salir del infierno, nadie escuchará sus gritos. Sam está cautiva."


Comentario.

Film canadiense sobre la corrupción transversal, que atraviesa todas las instituciones, (justicia, policia, centros sanitarios...) y capas sociales, (empresarios, médicos, enfermeros, agentes de la ley...), es una obra fallida, con pretensiones de modernidad que se materializan en la repetición constante del momento del crimen en torno al que gira la trama, filmado en tonos azules, una semantización del color difícil de interpretar y que, en el mejor de los casos, no tiene ningún sentido. Un narrador omnisciente, Bailey (Larry Day), va describiendo de manera claramente subjetiva, desde la Prisión Estatal Sierra en la que está encarcelado por los abusos a las pacientes, los acontecimientos  que se produjeron en el establecimiento en el que trabajaba, el Instiuto Dinel, una especie de psiquiátrico privado con fines espurios, (apropiarse de los bienes de los enfermos 'mentales' que ingresaban en él ), pero se excede en sus observaciones pues revela datos que no puede conocer desde la posición que ocupa en el papel que representa. El cierre del caso del asesinato del marido  de Sam, cerrado mediante el soborno, cuyo resultado es un crimen perfecto cometido gracias a un plan minuciosamente organizado, que se basaba en el conocimiento profundo de la corrupción del ser humano. Afortunadamente muchos crímenes se resuelven, lo que prueba que no todos los implicados en una investigación son tan venales.

Joel, el hermano del asesinado y cuñado por tanto de  Sam, lleva el caso del divorcio  del  detective Briscoe (Michael Ironside) y le amenaza constantemente con exigirle una elevada pensión, lo que en la vida real debía suponer una incompatibilidad clara entre el investigador y  el abogado de la viuda. Roger Cardinal intenta demostrar que el dinero corrompe muchas voluntades en todos los ámbitos sociales, lo que es cierto pero no de forma general, y en este punto es maniqueo. Es curioso el epílogo en el que Baily, como un deus ex machina, describe a Sam, interpretada por una actriz rubia sin duda alguna, con piel muy clara y ojos azules, la define como una mujer tan falaz y embustera que tiñe su pelo de color claro, cuando en realidad la taimada es morena.

Constantemente el film desmiente con el discurso hablado el discurso visual, lo que puede llegar a resultar doloroso intelectualmente. Casi el único atractivo de la película es la contemplación de Erika Eleniak, una belleza nórdica que guarda cierto parecido con Romy Schneider, al tiempo que podemos constatar nuestra injusticia cuando juzgamos otras cintas: siempre se puede hacer peor. Por cierto sería recomendable que quien realiza las sinopsis que se inscriben en las carátulas de los DVD viera antes la película.Nadie desfigura la cara a Lissy (Adrienne Ironside), ni Joel es novio de Sam, al menos en los acontecimientos narrados en el film.

Se han hecho, se hacen y se harán muchas películas sobre la corrupción, uno de los temas que preocupan más a la sociedad, algunas muy interesantes y auténticas obras maestras. Pero todos sabemos que si se pone en marcha el ventilador se diluyen las culpas y se fomenta la impotencia intelectual  de la población y se dificulta la posibilidad de  combatirla.

Cmrl.

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