cinemusicarosalabrandero. Una terapia peligrosa.Harold Ramis.









Ficha técnica:

Título original: Analize This.
País: Estados Unidos.
Año: 1999.
Duración: 99 minutos.

Dirección: Harold Ramis.
Guión:Peter Tolan,  Harold Ramis  y Kenneth Lonergan, basado en una  historia de Kenneth Lonergan y Peter Tolan.
Casting: Ellen Chenoweth y Laura Rosenthal.
Director de Fotografía: Stuart Dryburgh.
Edición: Christopher Tellefsen.

Vestuario: Aude Bronson-Howard.

Productores: Paula Weinstein y Jane Rosenthal.
Productor asociado: Suzanne Herrington.
Co-Productor: Len Amato.
Productores ejecutivos: Bruce Berman, Chris Brigham. Billy Crystal.
Diseño de producción: Wynn Thomas.
Village Roadshow Pictures, Warner Bros, Village Roadshow Pictures y NPV Entertainment, Baltimore Spring Creek Pictures, Face/ Tribeca Production.



Intérpretes:



Robert De Niro: Paul Vitti, Billy Crystal: Ben Sobel, Lisa Kudrow: Lisa Kudrow, Joe Viterelli: Jelly, Leo Rossi: Carlo Mangano, Chazz Palminteri: Primo Sindone. Kile Sabihy: Michael Sobel. Rebeca Schull: Dorothy Sobel, Molly Shannon: Caroline, Max Casella: Nicky Shivers, Pat Cooper: Salvatore Masiello, Richard Castellano: Jimmy, Jimmie Ray Weeks: Agente Steadman del FBI. Elizabeth Bracco: Marie Vitti, Tony Darrow: Moony.


Sinopsis:


Robert De Niro y Billy Cristal se unen a Lisa Kudrow, Chazz Palmintari y el director y co-productor Harol Ramis, para ofrecernos una comedia brillante sobre la  mafia. De Niro realiza una hábil parodia de los papeles que han sido una constante a lo largo de  su  gran carrera , protagonizando a un poderoso timador proveniente de una familia de Nueva York: Paul Vitti. Crystal, siempre con bromas por delante, es el psiquiatra Ben Sobel, quien tiene tan sólo unos días para resolver la crisis emocional de Vitti y hacer que sea un gángster feliz y bien asentado.

Comentario:


Lo que hace esta comedia, una parodia del cine negro,  muy especial es la magnífica ambientación de un film genuino del género, con un  halo romántico de gente con mejor ropa que formación cultural, acostumbrada a la buena mesa, sin necesidad de una  máscara de  respetabilidad, aunque sí del respeto  y temor que exige la supervivencia entre los duros colegas de la Cosa Nostra. Eran los momentos  finales del siglo XX, en que las nuevas tecnologías hacían discurrir el dinero por canales diferentes a los tradicionales y   en que la mafia intentaba  renovarse.  Paul Vitti, que comenzaba a sentir cansancio de este mundo, bromeaba con la posibilidad de hacerse una página web para estar al día. Las nuevas formas de sustraer los excedentes a la población dejaban claramente escuálidos los beneficios del sindicato del crimen y  los hombres de confianza del  jefe  de una de las dos familias más importantes de la ciudad de New York   le aconsejaban pagar a un asesor de Merril Lynch para sacar mayor rendimiento a sus ingresos, cuando nadie vaticinaba su dura caída tan solo  nueve años después. La situación por la que atravesaba el gángster le provocaba auténticos ataques de pánico que le empujaron a buscar desesperadamente la asistencia de un psiquiatra o 'loquero' en términos coloquiales. El hecho de reconocer una debilidad mental podía ser muy mal interpretado en un mundo embrutecido.

Y es precisamente en este punto en el que la comedia se torna deliciosamente genial, basada en la experienca extradiegética del público, que define a Robert De Niro como el hombre de la 'sonrisa desarmante' como dirían los italianos, el protagonista de Taxi Driver de Martin Scorsese,(1976),  o de La  chica  del gángster (1993), en la que interpreta a un policía que come un bocadillo y baila al son de la música de la máquina tragaperras, mientras examina a un muerto, un  hombre duro y cínico, imagen reforzada por grandes títulos, como  El Padrino de Coppola en el que da vida a  los inicios de la carrera del joven  Vito Corleone. Ver a este personaje cruel  y sin escrúpulos llorando como un niño y amenazando  al psiquiatra  con la muerte, si después del tratamiento pierde su virilidad y se convierte en un 'marica' provoca la hilaridad espontánea del espectador. En un universo patriarcal, lleno de mammonis, en el que la madre es sacrosanta, la homofobia viene casi impuesta. Hoy, curiosamente se llama mammonismo  a la creación de riqueza  mediante el interés, sin esfuerzo ni producción de bienes. ¿Tiene ésto algo que ver con la época que está tratando Harold Ramis?

Bill Krystal, un actor cómico consolidado, interpreta una de las secuencias más divertidas del film, en la convención de los gángsters, y  realiza su parte del trabajo en esta película  que reúne  elementos de la  buddy movie y la screwball,  con dignidad, a través de secuencias cómicas inteligentes, sin histrionismos ni salidas de tono, consiguiendo la complicidad del público con lo bizarro y loco de las situaciones: un cultivado médico-psiquiatra intenta curar a un hombre acostumbrado a resolver todas las situaciones a las bravas.¿Imaginamos cómo se pueda tomar un hombre como éste la descripción del complejo de Edipo y la posibilidad de que él pueda padecerlo? En cierto momento le cuenta al doctor un sueño sobre un biberón  que contiene  leche  negra y le pide que  lo interprete, advirtiéndole de antemano de que no quiere oir porquerías sobre su madre.

Es también paradójico, y en ello consiste su comicidad, la curiosa descendencia de ambos hombres. El cultivado doctor tiene un hijo de su anterior matrimonio, gordito, impresionado favorablemente con los mafiosos y mucho  más  impertinente que el hijo de Johnny Gaspar (Johnny Polito),  brutal personaje de  la película de los Hermanos Coen 'Muerte entre las flores' (1990); Paul Vitti tiene por el contrario un hijo educado, candoroso y modosito, que le habla con respeto y  se ocupa de su salud. Es una comedia que cuenta con el bagaje cinéfilo  de sus espectadores, al que van dirigido la mayor parte de guiños y cameos. Ben Sobel (Billy Crystal), atormentado por su relación imprevista y tempestuosa con su cliente, sueña con la famosísima secuencia en la que Vito Corleone sufre un atentado tras comprar unas naranjas, identificándose con el mítico personaje y  a Vitti con su padre,  sueño que cobra un sentido siniestro cuando el gángster lo lleva a cenar al restaurante en el que mataron a su auténtico progenitor. Supone el mejor legado para sus admiradores  el que sea precisamente Robert De Niro quien se encargue de la parodia de los personajes más importantes de su carrera cinematográfica, y demuestre finalmente lo difícil  que es abandonar la profesión de matón, como más tarde se encargaría de probar Joaquin Phoenix  (I'm still here, dirigida por Casey Affleck, 2011), que tampoco es fácil dejar de ser actor.

El mafioso le hace el mejor regalo de bodas a  su médico: un concierto particular de Tony Bennett, dos de  cuyas canciones  se le ofrecen al público:  The best is yet to come, y I'v got  world on a string, ante una ostentosa fuente, que lleva un trocito de Roma a New York. Mientras desfilan los créditos finales una canción, Angelina ( The  maitress at the pizzeria)  nos transporta a la nación que se identifica con  Robert De Niro. Así era en parte en la vida real, y mayoritariamente en su alter ego actoral.




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